Estoy en el carro con Miguel después de la clase de atletismo. Creo que vio que Tadeo me estaba hablando porque está cumpliendo su trabajo de hermano mayor, molestarme y burlarse de mí.
-¿Qué te dijo?- me pregunta en tono burlón
-Nada que te importe, metiche- le saco la lengua.
-Pareces niña chiquita sacándome la lengua- me revuelve el pelo con la mano.
-Ya cállate-nos empezamos a reír como tontos- Miguel, pon atención que no quiero morir tan joven.
-Es tu culpa por no quererme decir qué te dijo Tadeo.
-No, es TU culpa por ser tan metiche.
-Como digas, enana- me saca la lengua.
-Ja, ahora eres tú el niño chi-qui-to.
-Chiquita tu abuela, ya cállate- finge estar enojado pero no le queda nada, pobrecito.
Llegamos a casa y mamá no estaba, pero nos había dejado una nota en el refrigerador:
NIÑOS:
Fui al súper a comprar algunas cosas, traten de no pelear tanto mientras no estoy.
No voy a tardar tanto, si tienen hambre dejé algunos bocadillos en el refri.
Pórtense bien.
Los quiere.
MAMÁ XXX
-Ya oíste Miguel, pórtate bien, no hagas desastre y prepárame la cena.
-Qué risa me das hermanita, si tienes hambre, ahí está la cocina, sírvete tú misma- hace una pequeña reverencia y se dirige hacia las escaleras aguantando la risa.
-Te odio, feo- digo con la risa en la boca mientras corro hacia las escaleras y brinco hacia la espalda de Miguel y me cuelgo de su cuello.
-Me rompiste en cuello, enana- Me sujeta súper fuerte de la cintura y me lleva hasta el sillón- De ésta no te salvas, peque- y empieza a hacerme cosquillas despiadadamente.
Nos estábamos divirtiendo tanto que no nos dimos cuenta cuando llegó mamá a casa. Estaba parada en el marco de la puerta viéndonos con ganas de querer meterse en la guerra de cosquillas, pero solamente se reservó a mirarnos por un rato.
-Ya llegué- grita de repente mamá, que se hace la que no nos ha visto todavía.
-Hola, madre- dice Miguel en su tono “soy demasiado educado como para decir mamá” que utiliza siempre que quiere bromear con mamá.
-¿Te nos unes a la guerra de cosquillas?- le pregunto esperanzada. Mamá está todavía en ese proceso de superación, que aunque sabemos que finge para que no la veamos triste y que lo superemos más rápido, sabemos que ella todavía no lo hace.
-Mejor vamos a cenar ¿Qué les parece?- responde.
-Me parece perfecto, la clase de atletismo me dejó súper hambrienta.
-Pues a cenar se ha dicho- contesta Miguel mientras se levanta del sillón y se dirige a lavarse la manos. Yo le sigo.
Mamá hizo una deliciosa ensalada de futas para la cena, últimamente hemos estado tratando de comer un poco más saludable, no tengo ni idea de porqué.
Termino la cena en un dos por tres y le ayudo a mamá a lavar los platos.
-Gracias por la cena, mamá- le doy un beso en la mejilla y salgo disparada hacia mi habitación.
Mi cuarto es mi parte favorita de toda mi casa, me gusta el hecho de que sea mía y solamente mía, me encanta tener cada cosa en su lugar y que esté todo limpio.
A la hora del baño siempre pongo música, tengo la costumbre de hacer una playlist con mis canciones favoritas y escucharlas a todo volumen, aunque nunca he sido una de esas niñas que cantan en la regadera. Gia, Georgia y yo siempre nos reímos mucho cuando estamos en una pijamada y toca el turno de Emilia de bañarse, ella tiene la costumbre de bailar y cantar cada vez que se baña, es más, se podría decir que tiene su propio concierto de Ariana Grande versión regadera.
Ya son casi las 9:30 de la noche cuando termino de bañarme, lo bueno es que ya terminé toda mi tarea y al fin tengo un poco de tiempo para leer en Wattpad o ver Netflix. Creo que hoy me decidiré por Netflix, antes de ir a atletismo me quedé picadísima con Suits y tengo que ver el siguiente capítulo, así que eso es lo que hago durante unas cuantas horas.
Mi hora de dormir siempre ha sido a las doce, desde que tengo memoria mamá nunca se ha preocupado por la hora de dormir, no es una de esas madres esquizofrénicas que a las 8:00 p.m. ya está en tu puerta esperando a que te duermas, es más, mamá se desvelaba con nosotros viendo películas y platicando, por eso mi reloj corporal a las puras doce empieza a decirme que ya me puedo dormir.
Casualmente siempre antes de dormir checo todas mi redes sociales, las pocas que tengo. Por más que mis amigas me dicen no tengo ganas de tener Instagram, no es que me desagrade la cosa, pero nunca he sido de muchas fotografías y menos si son para subirlas, lo único que me encanta es robarme los teléfonos de mis amigas y llenarlos de selfies extrañas, pero fuera de eso me escondo de la cámara siempre que puedo.
Checo rápidamente Facebook y twitter y veo que no hay nada nuevo.
Ahora sí, hora de dormir….
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HOLAAA!!!!
¿CÓMO HAN ESTADO?
ESPERO QUE LES ESTÉ GUSTANDO LA HISTORIA.
¿SE QUEDARÁ CON TADEO?.... J
SI NO SE DIERON CUENTA LES DEJÉ LA LISTA CON LOS PERSONAJES….ESPERO Y LES GUSTE JAJAJA
VOTEN Y COMENTEN PLISSS SE LOS AGRADECERÍA MUCHÍSMO…
BESOOSSSS XXX -L <3
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La Historia de Zoffia
RomanceHola, soy Zoffia, tengo 16 años y vivo en Madrid, España. Mi mayor problema: Estoy secretamente enamorada hasta el cerebro de un niño que ni siquiera se dignaría a dirigirme la mirada. Pero eso va a cambiar, es más, tiene que cambiar muy pronto, por...