CAPITULO 11

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CAPITULO 11

La entrada principal de la escuela siempre era un desorden a la hora de salida, todos los alumnos estaban desesperados por irse a sus casas que no veían ni por donde caminaban.

-¿Qué les parece si hoy hacemos pijamada en mi casa?- ya sé que apenas es martes y no estoy en una película como para que dejen a mis amigas quedarse a dormir en mi casa, pero tan siquiera tengo que hacer el intento.

-Ya sabes que no tengo que preguntarle a mamá para que me deje ir, mientras seas tú todo perfecto, a veces siento que mi mamá te ama- dice Ivanna poniendo los ojos en blanco.

-Todos me aman, no te preocupes, ¿y tú Rebeca, crees que puedas ir?

-Lo más seguro es que solo me dejen pasar el rato ahí hasta tarde, ya sabes, con eso de que no me dejan quedarme a dormir y blah blah blah.

-Tú inténtalo, no perdemos nada...- soy brutalmente interrumpida por una persona que ha decidido que es muy gracioso gritar en mi oído.

-¡ZOFIISSSSS, YA VAMONOSSS!- grita el inmaduro de mi hermano.

-Hola Miguel- saluda con la mano Rebeca.

-Hola, tribu de locas- las saluda Miguel con un beso en la mejilla a cada una.

-¿Me acaba de gritar en el oído y lo están saludando?, lo que se merece es un golpe- finjo estar enojada, a ver si me sale.

-Pues yo le puedo pegar si quieres- Ivanna se encoje de hombros.

-JA-JA-JA, pones tus manos encima de mí y me olvido de que eres niña- se ríe Miguel mientras finge esposar a Ivanna.

-¡Ya, Miguel!- Ivanna no aguanta la risa, Miguel es como un hermano para ella- Suéltame o le digo a tu mamá que maltratas a las niñas indefensas como yo.

-Pégame y le digo a tu mamá que me haces bullying, ya sabes que tu madre me ama...

-Ya, bola de inmaduros los dos, son tal para cual- los interrumpo poniéndome en medio de los dos- Ya vámonos a casa, Miguel.

-Sí, no puedo esperar para contarle a mamá lo del profe de Lógica, me cae de la patada ese hijo de... su mami.

-Nos vemos chicas, piden permiso y las espero en mi casa después de la comida- me despido de cada una con un beso en la mejilla igual que Miguel.

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Miguel y yo estamos atorados en la Gran vía, no es tiempo de turismo todavía y la calle ya está repleta de gente comprando, platicando, comiendo, etc. Y el tráfico a esta hora siempre se pone horriblemente espantoso.

-¿Me vas a contar de una vez por todas qué fue lo que pasó con el profesor de lógica?- tengo todo el camino tratando de entender por qué Miguel está tan molesto de nuevo con ese maestro.

-No, mejor ponemos un poco de música y así me olvido de todo ¿ok?

-Vamos, que yo te cuento todo lo que me pasa.

-No es cierto, el otro día no me dijiste lo que te dijo Tadeo en el estacionamiento de la pista.

-Si te cuento lo que me dijo... ¿Me cuentas que pasó?

-Mmm...no.

-Porfisss plisssss- junto mis manos como si le estuviera rogando.

-Que no Zoffia, no seas tan terca.

-Me chocas ¿Sabías?

-Yo también te quiero hermanita... y pon algo de música que esto ya se está poniendo aburrido- me pasa el brazo que tiene libre por los hombros.

La Historia de ZoffiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora