CAPITULO 2

40 1 0
                                    

-¡Arriba dormilona! es hora de ir a la escuela- Miguel entra gritando a mi habitación, abriendo las cortinas.

-Shhh- le respondo arrojándole una almohada a la cara- Ya estoy despierta, no hay necesidad de tanto ruido.

-Mamá hizo el desayuno, así que te apuras antes de que se enfríe.

-Ya voy, ya voy- me levanto de la cama y me dirijo al closet mientras Miguel sale de la habitación.

Hoy quiero ir simple a la escuela, nada demasiado formal como acostumbro normalmente. Unos simples jeans oscuros, una blusa blanca, un collar llamativo y mis converse blancos. Normalmente acostumbro peinar mi pelo en un chongo muy alto, pero hoy decido llevarlo suelto, así que rápidamente me paso la plancha por el cabello y listo.

Hago mi  cama súper rápido mientras me pongo los tenis y salgo corriendo escaleras abajo hacia el comedor, donde me esperan mamá y Miguel. Papá murió tres años atrás en un accidente automovilístico, aun lo estamos superando, pero todo va bien. Miguel y yo nos queremos demasiado, somos muy unidos y creo que eso nos ayuda un poco en la situación que estamos pasando.

-Hola mamá ¿Cómo amaneciste?- le pregunto mientras me acerco y le doy un beso en la mejilla.

-Bien gracias- ella también me da un beso en la mejilla- Apúrate porque si no, no llegan a la escuela.

-Ya voy, ya voy, no se desesperen.

Miguel y yo desayunamos rápido, nos despedimos de mamá y nos vamos a la escuela. Como Miguel ya tiene 18, ya puede manejar legalmente, por lo tanto es el nuevo chofer oficial de la casa, aunque él no lo acepte.

Llegamos a la escuela justo a tiempo, la verdad es que como está tan cerca de casa no hay necesidad de levantarnos tan temprano para poder llegar, por eso siempre llegamos a la hora exacta de entrada.

Salgo corriendo del carro para que no me cierren la puerta, pero en eso choco contra alguien y casi me caigo de no haber sido porque él me detuvo.

-¡Perdón! ¡Perdón! No veía por dónde iba- levanto la cabeza para ver de quien se trata.

Y adivinen quien era. Tadeo, justo yo tenía que ser tan tonta para chocar contra él. Pero cómo no, solo a mí me pasan esas cosas.

La Historia de ZoffiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora