CAPITULO 12

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Ivanna fue la primera en llegar, vivía literal a pocos minutos de mi casa, lo cual hace que las cosas sean más fáciles porque estamos llendo y viniendo de casa en casa la mayoría del tiempo.

Rebeca llegó una hora después y al fin se podía declarar oficialmente inaugurada la pijamada.

-¿Qué quieren hacer primero?- les pregunto antes de empezar a hacer algo- Mamá dijo que si queríamos salir o algo le dijéramos a Miguel, así que...

-Pues... Hay que salir a comprar algo ¿no?, no sé, algunos dulces, helado...- a Rebe le encantan los dulces y todas esas cosas tanto como a mí.

-¡Ya sé!- se me vino algo a la mente- Hay que hacer brownies- Rebe tiene una debilidad por mis brownies.

-¡Siiii!- contesta emocionada.

-Yo no quiero estar toda la noche en la cocina- señoras y señores, el primer berrinche de Ivanna.

-¿Si sabes que no te tardas ni siquiera una hora horneando brownies?- amo cuando Rebeca regaña a Ivanna, parecen madre e hija.

-Bueno pues, en lo que ustedes hornean yo hago otra cosa.

-Entones le digo a Miguel que nos lleve a la tienda a comprar todo y ya nos vamos- les digo dirigiéndome a la cocina.

-¿Y si mejor le gritamos?- dice Ivanna deteniéndome.

-Mmm... buena idea- me alejo de las escaleras- No tenía muchas ganas de subir de todas formas.

-¿A las tres?- pregunta Rebe.

-1...2...3- empiezo a contar.

-¡MIGUEEELLLL!- gritamos las tres como locas desde las escaleras.

-¿QUÉ QUIEREEENN?- se escucha su voz desde la planta de arriba.

-¡BAJAAAA!- le contesto de la misma manera. Pero esperé varios minutos y ni sus luces, así que decidí volver a gritarle.

-¡QUE BAJE...!- fui groseramente interrumpida.

-No es necesario tanto grito, hermanita, ¿qué quieren?- tiene la cara de no haber dormido en años.

-¿Nos llevas a la tienda?- pongo cara de perrito maltratado.

-Quita esa cara. Las llevo solo si me dan de lo que van a comprar.

-Hecho- interrumpe Ivanna y le da la mano para cerrar el trato "formalmente".

-Si es así, vámonos pues.

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El supermercado estaba un poco vacío, creo que las personas prefieren hacer sus compras el fin de semana porque eso era un desierto.

-¿Si me subo a un carrito me paseas por toda la tienda?- pregunta Ivanna con cara de niña chiquita.

-Si te subes a un carrito, no te vuelvo a hablar en toda mi vida- contesta Rebe muerta de pena.

-Ándale, plissssss.

-Yo te paseo pues, creo que será divertido- yo también estoy emocionada, qué más da, no hay nadie en la tienda.

Recorrimos toda la tienda recolectando todas las cosas que necesitábamos para hornear los brownies y alguna otra cosa más en el camino.

Miguel nos había abandonado, se había quedado en el carro hablando por teléfono con quién sabe quién, había estado muy misterioso últimamente con sus llamadas y mensajes.

La Historia de ZoffiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora