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18 años

¿Te quieres casar conmigo?

¿Te quieres casar conmigo?

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—Vamos, Changbin. No hagas esto — me decía mi madre intentando controlarse, pero podía percibir en su voz que estaba totalmente desesperada tanto por la escena que estaba montando como por la vergüenza que esto le causaba.

—¡No, no me moveré de aquí! — le grité.

Estaba abrazando a un árbol, mi padre y Felix habían intentado soltarme de allí, pero no lo lograron. Me aferré con más fuerza y no me moví ni un centímetro. Agarraron mis pies y tiraron de mí, pero tampoco aflojé el agarre.

—¡Sólo es una escuela de verano, Bin! — me gritó Felix. No lo quise escuchar, si lo hacía me pondría nervioso y los brazos me flaqueaban.

—¡Cállate, esto es tu culpa! — exclamé.

Algunas personas se nos quedaban mirando, nos encontrábamos a la entrada de la escuela de verano para niños matemáticos en medio del bosque. Había reprobado matemáticas y si lo volvía a hacer el próximo semestre, repetiría el año nuevamente. Así que mi maestra conversó con mis padres y acordaron que asista todo mi verano aquí para reforzar. Para mis padres y la escuela fue la solución perfecta a mi falta de voluntad con los números, para mí significaba una nueva tortura.
Podría terminar agonizando si pasaba una semana allí. Estaba seguro.

—¿¡Mi culpa!? ¿Qué tengo que ver yo? — me preguntó Felix, tirando de mis pies.

Tzuyu se había unido a ayudarlos y ahora se hacía más difícil mantener mis brazos junto al árbol.

—¡Eres más listo, me haces parecer un tonto! — le dije.

Lo decía de broma, me importaba en absoluto parecer un tonto o un chico listo, sólo quería que me soltaran. Pero Felix pareció pensarlo y me soltó. Se fue al lado de mi madre con el rostro serio y me miró con tristeza. Me había creído. Era muy débil a la hora de detectar mentiras.

—Changbin, vamos. No es tan malo como piensas, harás más amigos nuevos y puede que te diviertas — me dijo Tzuyu.

No era tan malo si lo pone así, lo que sucedía era que yo no quería más amigos, con los que tenía me bastaba. Y los números jamás serían divertidos.

—¡No me soltaré, tendrán que apuntarme a los brazos si quieren que entre!

—Traeré la cierra — escuché que decía Hyunjin.

—¡Puedes encontrar novio allá, Bin! — me gritó Yeji. La pequeña Yeji ya tenía catorce años y en lo único que pensaba era en chicos, aún así me pareció graciosa su manera de convencerme.

𝑀𝒶𝓇𝓇𝓎 𝑀𝑒 || 𝐿𝒾𝓍𝒷𝒾𝓃 /𝒞𝒽𝒶𝓃𝑔𝓁𝒾𝓍 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora