Volkacio - 🌸 Llamada nocturna 🌸 #VolkacioValentine

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Los días de trabajo le abrumaban cada vez más. Investigaciones, papeleo, patrullaje, ser atrapado y encarcelado... le era simplemente cansador, sin contar que los pocos momentos libres que tenía los usaba para comer algo o beber algún café para despejar su mente al menos una hora.

Llegó a casa, como cualquier día, arrastrando los pies hasta su sofá, dejandose caer sobre él.

Webonauta le recibió con emoción y lenguetazos, como cada día.

Pasó su mano por su cabeza, dándole unas suaves caricias.

- También te extrañé.

Aún recostado, se quitó las zapatillas con ayuda de sus propios pies, haciendo movimientos extraños hasta que finalmente cayeron al suelo.

Un suspiro salió de sus labios. Giró a su derecha mirando al reloj que colgaba de la pared, 2 AM.

A paso lento, se levantó arrastrando los pies, subiendo las escaleras hasta su cuarto.

Apenas entrar se quitó la chaqueta azul y remera que llevaba, arrojandolas a la pequeña silla que se encontraba en la esquina de la habitación, para recostarse en su cama.

Boca abajo, buscó una posición comoda para dormir por unos largos minutos, pero le era imposible reconciliar el sueño.

Balbuceó algunos insultos contra la almohada y estiró su mano hasta el bolsillo de su pantalón en busca de su móvil.

En cuanto lo encontró, volteó quedando boca arriba, llevó su móvil a su rostro revisando los mensajes que le habían enviado durante el día.

Sonrió al leer algunos, pero en cuanto entró a su chat la sonrisa se le borró, cambiando a una nostálgica mueca.

A diario solía enviarle mensajes, aún sabiendo que nunca recibiría una respuesta, ni siquiera un simple 'leido'.

No le fue muy complicado encontrar el número del ruso, después de todo es el director del FBI, podía conseguir casi lo que quisiera. Excepto una respuesta de esa persona.

Tras varias dudas, tocó el botón de llamada, aunque se espantó creyendo que no llamaría se llevó el móvil a la oreja. Muerto de nervios, su corazón latía rápidamente y un sudor frío caía por su frente tras cada sonido.

- ¿Si? ¿Quién habla?

La voz, esa voz. Tartamudeo varias veces, no esperaba que contestara, mucho menos a éstas horas.

- Eh... Vo--Volkov?

- Sí, está hablando con Volkov. ¿Podría darme su nombre?

Se quedó en silencio escuchándolo, pensó en colgar y hacer como si nada pero deseaba con todo su corazón el oirle un poco más.

- Soy... soy Horacio, lo siento si le he despertado.

- ¿Horacio? No, no, hombre... no se preocupe que aquí no es tan tarde aún.

- ¿Cómo? ¿Dónde está?

- Me he pedido unas vacaciones en Las Bahamas, jooder... las necesitaba, eh. ¿Necesitaba algo, Horacio?

Se apenó un poco al pensar la razón porqué lo había llamado, pensando en alguna excusa tonta.

- No.. no en realidad, es solo que... no contestaba mis mensajes y nadie sabía nada de usted, quería saber si estaba bien o algo.

- Ostia, los mensajes... lo siento por eso, he desinstalado todo, quería despejarme... Bueno pues, ya sabe, si necesita algo me llama y sin problema le ayudo, ¿Vale?

- ¡Espere no cuelgue!

Se sentó en la cama, algo agitado de haberse levantado de golpe, sujetando el móvil con ambas manos y sintiendo su respiración al otro lado del altavoz.

- ¿Está ocupado?

- Eh... no, no... estaba bebiendo un café, ya que no puedo dormir...

- ¿Usted... tampoco puede dormir?

- No, la verdad que no.

Sonrió al pensar en que estaba llevando una conversación con él, algo que los últimos días que lo vió era imposible.

Además de que le estuviera respondiendo era otra razón de alegría para el moreno.

- Yo llevo varios días con insomnio, ¿Le gustaría quedarse hablando un poco? Si quiere claro...

- Pues ya somos dos con insomnio, Horacio... Si... no me parece mala idea, pero ¿No debes trabajar mañana?

- No se preocupe, no tengo horarios de trabajo.

Se relajó al sentir como la charla fluía, dejandose caer nuevamente en la cama, dando vueltas, recostandose en miles de posiciones distintas mientras hablaba animado con Viktor al otro lado de la línea.

Un bostezo salió de su boca, y sus ojos lagrimeaban del cansancio que llevaba, pero se negaba a soltar aquella llamada que tanto había anhelado durante meses, meses que fueron eternos para Horacio.

Varias horas habían pasado, y pensó en cuánto le llegaría la factura del móvil, aunque no le importaba del todo en ese momento.

Las 4 AM se hicieron en solo un segundo, y los ojos de Horacio se iban cerrando lentamente, quedando dormido mientras escuchaba a Volkov hablar de algo que no tenía idea qué era.

- ¿Horacio? ¿Me escucha?

Esperó unos minutos pero no obtuvo respuesta, se preocupó al no sentirlo del otro lado de la llamada, pero fácilmente se calmó en cuanto escuchó el suave ronquido. Provocandole una sonrisa inevitable.

Alejó el móvil un momento mirando la hora, eran ya la 1 AM donde se encontraba.

Se acomodó tapándose con la fina sábana y volvió a apoyarlo en su oreja.

- Descansa, Horacio. Haz hecho un buen trabajo, lo haz hecho bien...

Susurró antes de colgar la llamada, aún con la sonrisa en su boca.

No se había dado cuenta cuánto extrañaba su trabajo, Los Santos, la gente,... y por supuesto, a Horacio, hasta aquella llamada.

Volvió a instalar la aplicación de mensajería, recibiendo de golpe todos los mensajes que le había dicho, leyéndolos todos con atención, hasta quedar dormido poco a poco.

Finalmente, luego de tantas noches de insomnio.

O.S - Volkacio, Gustacio, Jackacio, etcDonde viven las historias. Descúbrelo ahora