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Amanda y Carmen hace mucho se habían rendido con las esperanzas de recuperar a sus parejas. Los últimos meses se redujeron a Karate, peleas y reconciliaciones entre Daniel y Johnny.


─ Debemos hacer algo. ─ Amanda bebió su cuarta copa de vino. ─ Si no vamos a seguir con ellos por lo menos que se den cuenta de la atracción que existe entre los dos.

─ Tienes razón. ─ Carmen bebió su quinta cerveza. ─ No nos aman y solo nos queda ayudarlos.

─ ¿Alguna idea? ─ La de cabello rizado negó.

─ No, ¿y tú?

─ Opción nuclear. ─ Amanda no supo si era el alcohol, pero la voz en su cabeza le cuestionó su buen juicio por ponerle tal nombre a todos sus planes extremos.

─ ¿Cuál es esa opción?


Veinte minutos después Vanessa estaba sentada en uno de los sofás frente a Carmen y Amanda.


─ ¿En qué puedo ayudar?

─ Daniel y Johnny necesitan terapia de pareja.

─ Oh, yo no sabía que mi primo y Johnny ...

─ No, no, ellos todavía no han llegado a nada. ─ Dijo Carmen.

─ Por eso necesitan terapia de pareja, para resolver sus conflictos.

─ Ahh entiendo, si las resuelven se darán cuenta de sus verdaderos sentimientos.

─ Sabía que nos entenderías.

─ Encantada de ayudar, tengo un amigo especializado en terapia de pareja les daré su número.

─ No, ─ Gritó Amanda. ─ no nos has entendido por completo, en realidad esperábamos que tú los atendieras.

─ ¿Si recuerdan que soy psicóloga infantil?

─ Tu conoces a Daniel y a Johnny son como dos niños.

─ Por favor, necesitan un pequeño empujón.

─ Está bien, pero no soy responsable de los resultados.

─ Por el pago no te preocupes, yo me encargare de eso. ─ Amanda veía a Vanessa dudosa.

─ ¿Algún problema?

─ Bueno, la ex esposa de mi primo está pidiéndome que le de terapia de pareja a él y al compañero de Karate de su ex esposo.

─ Es confuso lo sé, pero es por el bien de Daniel y Johnny.


[.]


Daniel y Johnny llegaron al edificio casi al mismo tiempo, esto era incensario a su parecer.


─ LaRusso.

─ Johnny.

─ Solo vine porque Carmen me amenazó con no dejar que Miguel se me acercara.

─ Y yo porque Amanda me amenazo con quitarme la custodia de mis hijos.

─ Ok, estamos aquí por eso y no por nosotros.

─ Es hora de entrar.

─ Tu primero. ─ Daniel suspiro de mala gana y entró.

─ Señor LaRusso, Señor Lawrence los estaba esperando. ─ Vanessa los saludo. ─ Suban al segundo piso en el consultorio 3.

Intervención (LawRusso)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora