•Inminente•

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Gabriel fue el nombre que me puso mi madre, ella decía que iba de llenar de luz el mundo pero lo que no dijo era que en el proceso me iba a llenar de oscuridad, esta no es una historia de fantasmas sino de demonios, de los demonios que están en mi cabeza.

Era un frio 5 de julio, volvía de la universidad camino a mi casa, para llegar tenia que cruzar por un parque con una inmensa arboleda

mire mis pies y las hojas el otoño pasado seguían en el suelo anhelando la llegada de la primavera para renacer otra vez. La lluvia de repente comenzó a caer cubriendo mi rostro con pequeñas gotas de agua, no había llovido desde aquel trágico día en el que mi madre falleció todavía recuerdo sus ultimas palabras "Se feliz" y es algo que todavía no logro conseguir, iba al psicólogo una vez por semana pero esto solo hizo que mi dolor se agravara.

La muerte es algo tenebroso y desde aquel día es en lo único que pienso y eso genero un miedo irremediable a esta, ¿Dolerá?¿Que pasara luego?, son las preguntas que siempre me hago a veces me mantengo ocupado para no pensar en el tema pero esto no evita que algunas ideas crucen por mi mente, al llegar a mi casa solo inserte la llave y le di dos giros para abrirla y dejar mis cosas sobre la mesa, fui directamente a tirarme a la cama mire el techo y las lagrimas comenzaron a brotar como pequeños cristales salados que caían de mis ojos, me levante exaltado por unos susurros que venían de la sala

me acerque a la sala pero allí no había nadie, asustado con los pelos de punta tome un cuchillo y lo apunte hacia la nada ese susurro volvió a ocurrir pero esta vez detrás de mi oreja, solté el cuchillo y salí de mi casa pero solo me había quedado afuera de ella, no quería volver a entrar porque tenia mucho miedo así que dormí en la tempestad de la noche mientras el frio me arrullaba, tiempo después el sonido de los pájaros hicieron que me despertara, así que entre ya no tenia tanto miedo pero sentía esa sensación de inquietud, mire mi celular y ya se estaba por hacer tarde para ir a la universidad así que agarre mis cosas y me fui corriendo al pasar por el parque vi la figura de mi madre, me detuve y un fuerte dolor de cabeza invadió mi cuerpo entonces me desmaye.

Desperté y estaba en un lugar totalmente oscuro, a lo lejos se escuchaban unas voces pero cuando corría hacia ellos solo se alejaban cada vez mas, mis ojos se cristalizaron ¿era esto la muerte? No lo comprendía ni quería comprenderlo solo hacia mi mayor esfuerzo por despertar hasta que lo hice sobresaltado y con los ojos inundados de lagrimas, observe que la enfermera de la universidad y a algunos maestros me miraban fijamente, me incorpore y lo único que salió de mi boca fue -tengo miedo- y las lagrimas otra vez comenzaron a salir, los profesores no tenían idea de que hacer al igual que la enfermera yo solo me levante y me fui directo al baño a vomitar, era tanto el miedo que llevaba conmigo que solo salí de la universidad para ir a mi casa y solo encerrarme a evitar a la muerte, ella pudre todo lo que toca lo va destruyendo poco a poco consumiendo cada parte de ti hasta que ya no quede nada para tomar, eso pensé mientras caminaba hasta mi casa donde me encerré para ya no salir, me había acostado en mi cama y me cubrí para luego acabar durmiéndome, mas tarde me levante a cenar aunque había comido muy poco, al terminar solo me fui a mi cama otra vez y así fue por un par de días hasta que tuve que salir a comprar mas comida, me detenía en cada esquina mirando para todos lados cualquier ruido me asustaba estaba demasiado paranoico en el supermercado no quería acercarme a ninguna persona agarraba las cosas lo mas rápido que pude para ir directo a pagar yo solo quería volver a mi cálido hogar, cuando me acerque a pagar di mi dinero como podía ya que mi mano temblaban demasiado y de repente se escucho un sonido que iba hacer que el corazón me comenzara a latir con mucha fuerza

me tire al suelo de inmediato mientras gritaba que no quería morir, cuando gire la cabeza vi a dos niños con armas de juguete sonreí nerviosamente tome mis cosas, me fui rápidamente a mi casa y los susurros comenzaron otra vez pero esta vez las voces solo decían que ella iba a venir, al llegar solo deje las cosas en la mesa y me puse mis auriculares a todo volumen, pero las voces no cesaron solo se intensificaban, me acosté mientras la música seguía sonando y solo me dormí, desperté pero no estaba en mi casa estaba en ese lugar oscuro donde había estado cuando me desmaye pero a lo lejos se veía una persona, me acerque a ella y mis ojos se colmaron de lagrimas pero de felicidad, era mi madre. Ella estaba ahí e invadía el lugar de luz convirtiéndolo totalmente en un lugar hermoso, la mire a los ojos y la abrace y ella comenzó a hablar -Mi hijo...perdiste tu luz te preocupaste por la muerte y te olvidaste de ser feliz- acaricie su rostro -Madre es tan difícil ser feliz sin ti, siento que me ahogo y tu no estas aquí para ayudarme- Sonreí dolorosamente mientras me ahogaba en mis lagrimas -Hijo, sal has tu vida no te preocupes por lo que podría pasar y si te da miedo solo piensa que yo estoy aquí y siempre lo hare- ella se esfumo y desperté.
Me levante con una sonrisa leve pero verdadera el día esta hermoso aunque seguía siendo invierno tenia hambre así que me prepare el desayuno y aliste mis cosas para ir a la universidad por alguna razón me sentía bien aunque el miedo no se había ido por completo el seguía ahí latente, comí mi desayuno, agarre mis cosas y me fui al salir observe todo detenidamente camine con pasos ligeros pero rápidos sonreía relucientemente y me pare antes de cruzar la calle para mirar el semáforo y este estaba en rojo así que decidí cruzar pero de repente escuche un sonido que ensordeció mis oídos

y después todo se torno negro.

OscuroWhere stories live. Discover now