King Of My Heart. [Kazufuyu]

Estaba mejor sin ti.

"When I dropped my sword
I threw it in the bushes and knocked on your door
And we live in peace
But if someone comes at us
This time, I'm ready
'Cause I fell from the pedestal
Right down the rabbit hole
Long story short, it was a bad time
Pushed from the precipice
Clung to the nearest lips
Long story short, it was the wrong guy."

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—¿Seguro que no es muy exagerado? No debí dejar que me hicieras más mechones, es demasiado. —Se dejó caer por completo en la cama de Kazutora y se dedicó a ver el techo sin borrar la ligera sonrisa que se había instalado en sus labios desde hace más de diez minutos. —Pah se va a burlar de mi.

—Te ves bien, dos mechones eran muy poquito. Así luce más tu cabello, además, ¿Lo quieres dejar crecer más largo? Con solo dos mechas no se verá bien.

—¿¡Cómo sabes que me veo bien si no me estás viendo siquiera!?

—Lo sé y ya. Ahora apúrate, Pah dijo que te esperaba en el recibidor. —Rodó sobre la cama hasta quedar boca abajo, apoyo su rostro sobre sus palmas y se quedó viendo con detenimiento a su amigo. Era bastante atractivo, ojalá se diera cuenta sin necesidad de buscar aprobación de los demás. —Si al final si deciden ir a tomar algo me envías mensaje, ¿De acuerdo? Puedo ir por ti en caso de que ambos se pongan ebrios.

—Vale, yo te aviso. —Ronroneó por lo bajo cuando Kazutora se acercó a acariciarle los ahora rubios cabellos, complacido por el tacto. —¿Seguro que puedes solo con la tienda?

—¡Eso ni lo dudes! Aunque pienso cerrar un poco temprano, a la noche tengo una cita. —Al notar el rostro contraído de su acompañante, y como dejaba de hacerle caricias se apuro a agregar. —No pienses mal. Sólo será una cita, nadamás. Y seguro nos quedemos aquí a cenar algo, no tengo ánimos de salir.

Takuya parecía ser un buen chico. Lo conocía de hace años y no iba a mentir, el tiempo le había sentado de maravilla; cabello largo y castaño, una mandíbula marcada y el cuello siempre cubierto por gargantillas. Era bastante atractivo, salir con él tal vez le sentaría de buena forma. No recordaba la última vez que tuvo una cita de verdad, es más, dudaba haber tenido una cita alguna vez en su vida. Todas sus salidas eran con el único y exclusivo fin de tener sexo, beber y dejar de ser un humano funcional por un par de horas.

Hizo un puchero cuando Kazutora se alejo por completo y siguió arreglándose. Todavía le costaba terminar de leerlo. Era como intentar descifrar un crucigrama diseñado para personas de un IQ muy superior al promedio, para genios natos y para personas con extrema paciencia. Le resultaba interesante pasar gran parte del día tratando de entender, buscando respuestas o dando soluciones. Le gustaba Kazutora, era amable y divertido, pasar el rato a su lado le dejaba una sensación algodonosa en el estómago. Suponía era normal, le gustaba diferente a la forma en que le gustaba Takemichi, por ejemplo. No le daba muchas vueltas a ese aspecto, después de todo, cada persona es diferente y todos sus amigos le pueden gustar de diversas formas, con colores variados.

—En ese caso mejor ni te molesto para que me busques, tienes planes más interesantes, ¿No? —Había algo agrio dentro del tono de voz que no le gustó para nada. Se ahorro los comentarios. —Cómo sea, pásala bien. Trataré de no llegar tan tarde, pero no lo suficientemente temprano para interrumpir tu cena.