Flowers & Snow - JJK;PJM

Capítulo 9

Noche buena había llegado, y ninguno estaba viviendo el día que había soñado. Al despertar, Jeongguk no sintió nada parecido a la emoción porque ya casi era navidad, en realidad solo quería quedarse en su cama, en pijama, y no tener que ver el rostro de Jimin. Se sentía un idiota con todas las letras, por su pelea y por haber arruinado el vinculo tan lindo que habían creado. Cuando giró hacia el lado donde estaba la cama de Park pudo ver que estaba vacía, y lejos de sentirse tranquilo por estar solo, se sentía increíblemente triste. Sabía que no iba a poder soportar ese día sin antes descargar, y por ello llamó a Shuhua, tranquilo de que en realidad no era un mal horario para charlar con ella.

— Oye no tienes cara de espíritu navideño, en realidad eras más como un grinch triste. — A pesar de toda la tristeza que en verdad lo superaba, pudo sonreír gracias a las ocurrencias de su amiga. — Dime qué está mal para que justamente tú amanezcas con esa cara el día de noche buena.

— Peleé con Jimin hyung. — Decirlo en voz alta hacía que sus ganas de llorar volvieran, pero luchó contra ese impulso.

— ¿Qué? ¿Por qué? Ustedes se veían unidos, me lo dijiste tú mismo, y lo confirmé con todas las fotos que subían juntos. — Sentía que esos días habían ocurrido hace milenios.

Luego de suspirar, comenzó a contarle a su amiga todo lo que había pasado la noche anterior cuando había conocido a los amigos de Jimin. Aunque en realidad no habían pasado tantas cosas, solo fue una que desencadenó el caos, y eso solo hacía que se sintiera increíblemente frustrado.

— Pues en realidad si se ve mal que una mujer tan grande haya querido besarte. — frunció el ceño ante ese comentario. ¿Ella también iba a empezar con la edad? — Si un hombre de casi 30 años hubiera querido besarme frente a tus ojos, habrías reaccionado igual. — En realidad tenía razón, la diferencia de edad se veía mal, y más si era una persona que había hecho eso estando ebria.

— ¿Por qué alguien mayor no puede verme como un hombre con quien estar? — Esa era su gran frustración, y en verdad no lo comprendía.

— Claro que puedes ser visto como un hombre Gukie, pero en ese caso Jimin solo quiso cuidarte. Tienes solo 21, no lo olvides. — De pronto odiaba demasiado la edad que tenía, le parecía un número demasiado molesto.

— Tengo la teoría de que en realidad esa chica era su ex. — respondió ignorando lo antes dicho. Esa había sido la única explicación lógica que se le había ocurrido. Aunque no tenía mucho sentido pues no sabía si la chica en realidad era de Corea, o habían tenido una relación a distancia, de todas formas le sonó a eso, pues Park sin dudas que se había visto celoso, y no había otra posibilidad que esa. — O tal vez en realidad solo le gusta.

— No deberías sacar conclusiones tan rápido Guk. — intentó frenarlo su amiga, pero ambos sabían que era inútil, pues la cabeza del peliazul ya estaba creando muchos escenarios posibles que explicaran la reacción de Jimin. — Dime una cosa, ¿en realidad querías ser besado por esa mujer extraña que no conocías de nada? ¿Así querías vivir tu primer beso?

En realidad no, claro que no quería dar su primer beso de esa forma; ni siquiera le había atraído la chica, pero sí había sentido como un insulto que Jimin tocara el tema de la diferencia de edad. Sabía que era un niño para él, pero no tenía que recordárselo de esa forma, y no tenía que decirle tan directamente que alguien unos años más grandes no podía salir con alguien menor. Él sabía esas cosas, por supuesto que había una línea que respetar, pero era un adulto ya, y quería ser tomado en serio por una vez en su vida. No quería ser el niño al que estaba acostumbrado a ser, ya que toda la vida siempre había sido el más pequeño de su familia y de su entorno, quería ser un hombre, y en especial a ojos de Jimin, aunque tal vez no era un hombre que pudiera llegar a gustarle, quería que dejara de verlo como un pequeño tierno que debía proteger. Incluso luego de horas de hablar con su amiga, no sentía ánimos de salir y festejar, pero lo intentó, por su familia, por la otra familia que tan dulce había sido siempre con él, y por él mismo, pues se merecía disfrutar.