Capítulo 8

75 6 0
                                    

Marck

Después de clase estuve esperando por si Chiara me decía que quería a cambio, pero eso nunca llegó. Salí de la universidad y me subí a mi moto, llegué a mi casa y no me sorprendió que no halla ningún tipo de ruido. Pero en esta ocasión hubo algo raro en el ambiente, entre a la cocina y en la mesita se encontraba una nota, de mi madre.

"Marck, tu padre y yo ya no podemos seguir con esto, sabíamos perfectamente en lo que nos metíamos al no dejarte solo, pero ya no podemos más. No te preocupes, no vamos a decir nada de lo ocurrido, pero tampoco podemos seguir contigo como si nada hubiera pasado. Espero que algún día puedas continuar con tu vida, te queremos hijo"

Todo eso me cayó como un vaso de agua fría, pero sabía que ninguno de los dos estaban bien. Llevamos años sin dirigirnos la palabra, ni un buenos días, un buenas noches, un hola que tal tu día. Nada.

Mis ojos se humedecieron al instante que terminé de leer la carta, la deje donde estaba y fui directo a mi cuarto. Me eché a llorar, como si eso arreglara todas las cosas que habían pasado. Nada volvería hacer como antes, ahora no tengo familia, tendré que arreglarme las yo solo.

Ahora si ya no tengo nada que perder

Después de a ver llorado por más de 2 horas tenía que calmarme, mi vida se había acabado el mismo segundo en lo ocurrido con Jessica. Pero a diferencia que ahora no tenía nada que perder.

Lo único que podía calmarme era leer, agarre uno de los tantos libros que tenía y comencé a leerlo, mientras lo hacía las lagrimas seguían cayendo por mis mejillas, los recuerdos, los momentos en los que realmente era yo. Cuando era feliz, hace muchos años que no lo era y tampoco creo volverlo hacer.

Me dirigí a mi estantería, abrí uno de los libros y de ahí saque una bolsita, cocaína para ser exactos. Hace mucho tiempo no consumo ningún tipo de droga, pero siempre supe que en algún momento lo tendría que utilizar. Lo llevaba conmigo a cualquier mudanza, pero no la usaba, hasta hora.

Dejé caer el contenido en la mesita de noche que tenía en mi habitación, saque la tarjeta que tenía en mi billetera y dividí en 2 todo el contenido, empecé inhalando la primera fila. Ya sentía que por fin podía respirar tranquilo, pero no estaba bien por completo, inhalé la siguiente fila y ahora si estaba bien. Luego de tantos años, por fin volvía a estar bien.

Estuve alucinando cosas buenas, mis padres conmigo en casa, Jessica y yo viviendo con ellos, teníamos un perro y planeabamos casarnos. La verdad no sabía si eran alucinaciones, o eran las cosas que quería que realmente pasarán.

Mis ojos se volvieron a llenarse de lagrimas, no sabía ya ni donde estaba parado, todo los recuerdos comenzaron a pasar como una película de cine, pero la parte importante, la más difícil de contar no, lo veía todo borroso, solo escuché gritos, llantos y una música todo volumen.

&

El timbre comenzó a sonar 1...2...3 veces. Nada....4....5

Escuché como la puerta de entrada se habría de un golpe, como subían a toda prisa por las escaleras, no sabía quien era, todo estaba borroso. Yo estaba riendo, recordando mi vida en el instituto.

-¡Marck!- Escuché que gritaba alguien mientras entraba a mi habitación.

-Maldita sea Marck- Ahora si pude diferenciar quien es. Era Liam

Se agachó para quedar a mi altura, bien estaba sentado en el piso-De donde sacaste esa mierda-

Mi vista se había aclarado, no por completo, pero lo vi a el, preocupado por mi, como cuando éramos unos críos, siempre se ocupaba de mi, no dejaba que me meta en problemas. Si lo hacía, el también hacía alguna travesuras para que nos castigarán a ambos por iguales.

Oscura PasiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora