CAPÍTULO 7 FINAL

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Bueno como les comenté en mi nota anterior mi estado de salud estaba algo mal y andaba resolviendo eso, tuve una serie de consultas médicas, en resumen el diagnóstico no fue el que temía en un inicio sin embargo me diagnosticaron una enfermedad de por vida que condiciona mi día a día, pasé este período asimilando la noticia, fue duro comprender que no mejoraré del todo y por eso no tenía cabeza para nada, pero ya volví porque escribir historias es lo que amo.

Aquí el final de esta historia.

Ojalá disfruten la lectura.

PERDER O PERDER

CAPÍTULO 7

FINAL


PRESENTE

Kuga recuperó la consciencia y tomó una gran bocanada de aire, estaba desorientada, su cabeza zumbaba, le era difícil enfocar la mirada; no recordaba que doliera tanto eso de ser electrocutada. Sintió que tenía las muñecas atadas con cinta adhesiva plateada, pero su atención se desvió a la sensación de algo duro y frío alrededor de su cuello, supo que era por la cadena que caía sobre su hombro derecho. Muy a su pesar, cuando su vista se aclaró, reconoció el lugar, estaba de regreso en la base principal de Orphan, dentro del sótano en el que despedazaba cuerpos hasta desapa...

Giró la cabeza violentamente temiendo encontrar el cadáver descuartizado de Shizuru.

A menos de medio metro de ella, en su costado izquierdo, recargado contra la pared, estaba el cuerpo de Shizuru, contuvo un grito de horror gracias a que vio el leve movimiento de su respiración, pero, un escalofrío erizó su piel, tanto Shizuru como ella estaban encadenadas a la pared, los grilletes en sus cuellos solo podían retirarse mediante una tarjeta electrónica.

No supo que nombre sería menos peligroso utilizar. -Oye-. Estiró la pierna izquierda, con la punta de su bota tocó el brazo de Shizuru. - Despierta-. Le dio leves golpecitos. -Oye-. Parecía más un cariño que un intento por despertarla. -Tenemos problemas-. No tuvo respuesta.

Quería evitar golpearla fuerte porque si ladeaba su cuerpo, la cadena en su cuello podría tensarse de más.

Pero necesitaba despertarla.

Un golpe a la cara era lo más simple, negó con la cabeza, de por sí ya la odiaba, si le rompía la nariz por error ella querría estrangularla con una de sus cadenas.

Frunció el ceño.

No pensó que algún día usaría su flexibilidad de aquella manera con Shizuru.

Medio recostó el cuerpo en el piso, hizo fuerza con su abdomen para mantener la firmeza, posicionó su pierna izquierda contra el pecho de la castaña a modo de barrera, por si sus reflejos actuaban. -Lo siento-. Flexionó su pierna derecha tanto como pudo y liberó una patada directa al muslo de Shizuru.

Los ojos carmín se abrieron, enfurecidos y desorientados, a causa del repentino dolor que estremeció toda su pierna, intentó moverse hacia enfrente, Kuga la detuvo.

Shizuru bajó la mirada a sus pechos, borroso o no, era claro que eso que la recargó contra la pared era una pierna, comprendió que el dolor fue por una patada. Sintió el impulso de regresar el golpe, sin embargo, también sintió sus manos atadas y algo desagradable en su cuello.

-Soy yo-. Lento, Kuga se movió para darle su espacio. -Soy yo-. No esperaba que su voz aclarase de golpe la cabeza de la otra.

La castaña recordó la última escena en el parque. -Tú-. Volteó a verla con una expresión de furia.

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