The Maze Runner: Fight [#3]

(3) Cap 5, Luchando.

Martinna sabía que ese era su momento. Solo tenía que salir de aquel ascensor, salir del edificio por la puerta de emergencia con la llave que le dio Will y aventurarse sola en una ciudad que esta controlada por cientos de guardias que podían verle en cualquier momento.

La chica suspiró nerviosa intentando controlar su respiración sin mucho éxito. Lo que iba a hacer era una locura, y no tenía certeza de salir viva. Pero debía y quería hacerlo a pesar de eso. Por sus amigos, por su hermano, por Thomas. Necesitaba verlos de nuevo, saber que estaban bien, vivos.

Recordó la cara de su hermano, extrañándolo como nunca. Nunca habían estado tanto tiempo sin verse, ni si quiera cuando le enviaron al laberinto, ya que Newt entró en el tercer mes. Siempre habían estado juntos, ayudándose en todo, haciendo reír al otro y ofreciéndose un abrazo cuando lo necesitaban.

Y Thomas... necesitaba verlo, era una necesidad. El moreno de lunares se había convertido en una persona esencial para ella, hasta el punto de preguntarse como pudo aguantar tanto en el área sin él. Necesitaba sus brazos, por que por muy cursi que sonara, era el único lugar en el que recordaba haberse sentido segura.

Y Minho, era un tema aparte. No podía si quiera pensar en él sin sentirse mal. Por que ella iba a escapar, pero él seguiría ahí, siendo torturado. Y aunque estuvieran en el mismo edificio, nunca se habían visto. Era estúpido, y cuando Martinna pensaba en ello, se enfadaba al instante.

—Te prometo que volveré, Minhito. —susurró para si misma para después salir del ascensor con cuidado de sus pasos. Bien, ahí empezaría su escape.

No tuvo problema en recorrer la sala, que estaba completamente vacía hasta la puerta de emergencia. Había un escáner en la parte izquierda de esta, a si que sacó la tarjeta de su bolsillo y la pasó haciendo que la puerta se abriera.

William le dijo que salir del edifico era la parte más facil con diferencia, ya que estaba ahí él, sirviéndole como infiltrado que le facilitaba todas las salidas. Lo realmente dificil estaba ahí: la ciudad.

Nada más sintió el frio aire de la calle se movió con rapidez y sutileza por un pasadizo de al lado de el edificio. Según Will, por ahí tiraban la basura, a si que a esas horas de la noche nadie pasaría. Cuando atravesó el camino que estaba a oscuras, dio a parar directamente con una de las carreteras del lugar.

Al ver que no había nadie, Martinna cruzó por esta hasta acabar en la siguiente cera, como le había indicado el chico. Ya se había pasado el toque de queda obligatorio así que no había personas que pudieran verlos, aunque si habia guardias.

El siguiente paso de Martinna era seguir avanzando en línea recta hasta alejarse lo máximo posible del centro de la ciudad. Su meta final era el gran muro que rodeaba aquel lugar, para después pasarlo y encontrar a sus amigos. Dicho así sonaba fácil, pero Martinna estaba segura de que no iba a ser así.

Sintiéndose con energías, Martinna se colocó la capucha y se ajustó las tiras de la mochila, preparándose para avanzar hasta su destino lo más rapido posible.

Cada vez que veía un coche se escondía rápidamente tras cualquier cosa que habría por allá. En cuanto a la gente, de vez en cuando oía pasos y se alejaba lo más posible, pero no pasaba muy seguido. Tras un par de horas corriendo, paró para coger aliento.

Martinna suspiró secándose el sudor de la frente, estaba recorriendo a pie una ciudad entera que no era lo que se dice pequeña.

—Venga Marti, no seas cara fuca. —susurró para si misma para después seguir avanzando, alerta de cualquier ruido que la pondría en peligro.

. . .

Ya era de día, Martinna no había descansado ni un minuto y las calles se estaban empezando a llenar de gente. Sentía hormigueo en sus pies y también como sus piernas flaqueaban, pero no podía parar.