(3) Cap 11, Empieza la Guerra contra cruel.

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En ese preciso momento los cinco chicos se encontraban corriendo, huyendo, como siempre. Esta vez huían de los agentes de cruel, que no iban a parar hasta capturarlos.

Aunque Minho estuviera super desubicado, sin entender como es que Gally estuviera vivo, aun afectado por las simulaciones que le habían hecho anteriormente, seguía corriendo.

Aunque Newt no podía casi respirar con normalidad, sintiendo como el virus de los raros se iba extendiendo de manera rápida por todo su cuerpo, sintiendo que cada vez le costaba más mantenerse en sí mismo, seguía corriendo.

Aunque Martinna sentía como su pierna ardía del dolor, como su herida se abría y su pantalón se manchaba ligeramente de sangre, seguía corriendo.

Por que si no lo hacían, todo lo que habían conseguido no serviría para nada, para absolutamente nada. Y eso no se lo podían permitir, debían ganar esa guerra. Ya era hora de que empezaran a controlar ellos mismos su propia vida, y no cruel.

Todos pararon para cubrirse tras unos pequeños muros que les llegaba a la altura de la cintura. Se sentaron en el suelo, apoyando su espalda en la piedra, recobrando el aliento.

—Está claro que están cabreados. —comentó Gally con la respiración entrecortada.

—¿A cuánto están los túneles? —quiso saber Thomas a su lado.

—A unas doce manzanas. —Newt comenzó a toser, preocupando a todo el grupo. Martinna a su lado le miró sintiendo como su corazón latía con nerviosismo y miedo. No estaba preparada para ver a su hermano así, todo estaba pasando demasiado rápido. Thomas se pasó la lengua por los labios y miró hacia abajo, afectado, pensando en si esa noche acabaría bien. —Podemos conseguirlo. —animó Gally.

—Newt ¿Cómo te encuentras? —cuestionó Minho sabiendo lo que le pasaba a Newt sin siquiera tener que preguntárselo. El rubio negó con la cabeza y volvió a toser.

—Fatal —confesó siendo sincero. No solo sentía que todo su cuerpo le dolía, también se daba cuenta de como cada vez la herida le crecía más, como cada vez hacia más calor, como su cabeza le impedía pensar con claridad... Y ver como todos le miraban, como todos sabían como acabaría, lo empeoraba todo.

Ya lo había asumido, no iba a conseguirlo. Era prácticamente imposible lograr conseguir el suero. El virus estaba demasiado avanzado en su cuerpo y sabía que en poco tiempo lo consumiría. Pero a él no le importaba morir, no le daba miedo, y ni si quiera se ponía nervioso al pensarlo. Desde aquel día en el área, cuando intentó hacer aquello, todos los días para él eran un regalo. Y sabía que en cualquier momento su vida iba a acabar, y ese era el momento.

Lo que le daba realmente miedo eran sus amigos, su hermana. Ya habían perdido a demasiado gente. Por dios, su hermana había perdido a Alby, a Alex, a Ben, a Chuck... Y ahora iba a pasarle lo mismo con su hermano. Newt no sabía que sería de ella, no sabía si podría superarlo, o si conseguiría fuerzas para seguir adelante, y eso le rompía el corazón. Por que ella era lo que más le importaba en el mundo, su única familia, su mayor apoyo, todo. Y le daba demasiado miedo romperla con algo tan doloroso como su muerte. Todo esto lo aprendió aquel día en el área, y se regañó mil veces así mismo por no pensar en la gente de su alrededor, en que aunque para él acabaría todo el sufrimiento, igual a los demás podía destrozarles.

—Me alegro de verte, Minho —habló Newt volviendo a la realidad. Minho sonrió algo apenado, y se dirigió hacia Thomas para preguntarle algo, dejando a los hermanos solos. Martinna se puso frente al rubio, poniendo una mano en su hombro, mirándolo a los ojos.

Se quedó unos segundos cayada, mirándolo, deseando con todas sus fuerzas que pudiera verlo con la sonrisa tan característica suya, y no con los ojos rojos, la piel pálida y los labios morados.

The Maze Runner: Fight [#3]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora