Capítulo 41.

1.4K 188 28
                                    

Después de tantos años, de tantos meses, semanas y días, Jungkook tuvo una noche tranquila, en la que pudo dormir en paz, sin pesadillas, sin lágrimas y sin miedo. Se levantó de la cama al amanecer, se dio un baño y justo cuando salió recibió un mensaje en ese teléfono que Hoseok le había prestado.

Ven al hospital. 6:13 am.

Era un mensaje de Jimin enviando desde temprano. Jungkook se extrañó un poco y una preocupación se apoderó de él. Se vistió rápidamente y salió para el hospital. Entró al lugar en cuanto llegó y vio gente llorando en la sala de espera principal del hospital, no les prestó mucha atención y siguió caminando hacia un pasillo, llegando a la habitación de Taehyung, abrió sus ojos sorprendido, la cama estaba vacía.

–Jungkook. –dijo una voz. El mencionado volteo y vio a Jimin, hecho un desastre con una miserable expresión. No quería ni imaginar lo que pasaba. El rubio caminó hacía él, se lanzó para abrazarlo y soltar lágrimas. –Lo siento, lo siento tanto. –lloró.

–No… no. –negó con su cabeza, aterrado y atónito. –¿dónde está? Él dijo que me esperaría. Quiero verlo. –lloró inconscientemente.

–Murió… Taehyung murió anoche. –Jimin lloró desgarrándose por dentro, no lo soportaba.

–Es mentira… Él me está esperando, quiero verlo, ¿dónde está? –insistió el pelinegro.

Jimin lo soltó y caminó con él detrás suyo. Caminaron hasta llegar a una habitación.

–No… Taehyung no… –susurró Jungkook al entrar al cuarto y ver un cuerpo cubierto en una manta blanca. El hombre corrió hasta ese cuerpo y lentamente descubrió el rostro deseando que no fuera su amado. –¡¡¡Taehyung!!! –grito Jungkook muriendo por dentro. –Mi amor… –tocó el rostro pálido y apagado de Taehyung. –precioso, despierta, por favor, dijiste que no me dejarías, mi hermoso paraíso, abre los ojos, ábrelo, no puedes dejarme, despierta... Te lo suplico... –se dejó caer al suelo llorando desesperado. –Regresemos, regresemos a aquellos tiempos cuando éramos jóvenes, cuando teníamos vendas en los ojos que evitaban ver la realidad, cariño, regresa, te lo suplico.

Jungkook lloró y gritó sacando su sufrimiento, algo desgarraba su corazón sin piedad, no podía soportar ese dolor. ¿Por qué la vida era tan cruel para él? Pare ese hombre que a pesar de que sufrió jamás dejó de ser amable y bondadoso, no había la respuesta, sólo se sabía que el destino podía llegar a ser demasiado cruel con personas buenas.

Había un pequeño detalle que el pelinegro no sabía, un pequeño detalle que Taehyung no había sido capaz de contarle un día antes, el mayor tenía una enfermedad terminal, ya no le quedaba mucho tiempo debido a que su corazón pronto dejaría de latir, fue algo que Jimin le contó después a Jungkook, quien no se separó del cuerpo en todo el día.

...

Con su traje negro desalineado, su rostro rojo y cansado, de rodillas sobre la nieve, y quedando sin lágrimas finalmente, observó  con una mirada muerta esa piedra que tenía un nombre importante tallado en ella.

Kim Taehyung.

1989 - 2046. (57 años)

Bajo esa piedra estaba la juventud, el amor, la felicidad y la vida de Jungkook, nada de eso regresaría.

El día del entierro había llegado y lloró desesperadamente sobre esa lápida de su precioso amor toda la tarde, teniendo la compañía del alguien más, que lo veía con lástima.

–Él se enfermó cuando tenía veintinueve años, incluso el doctor aseguró que no llegaría ni a los cincuenta años –habló Jimin intentando hablar con Jungkook inmóvil mirando esa lápida que tenía enfrente. –Pero aún así, no se dejó morir… Jungkook, él te estaba esperando para poder irse en paz.

‘Él me esperó todo este tiempo…’ Pensó triste.

–Tu madre… ¿Cuál es su tumba? –preguntó sin despegar su vista del frente.

El otro le apuntó, no estaba muy lejos de ellos, Jungkook caminó hasta la tumba y se dejó caer al suelo llorando.

–Perdóneme, perdón por todo señora Kim, por quitarle su vida, por hacer sufrir a sus hijos, no pude cuidar de Taehyung, de su hijo al que tanto amo, al que amo más que mi vida, perdón, no sabe cuánto lo lamento, espero que un día me perdoné. –lloró Jungkook hablándole a la tumba de la Sra. Kim.

Jimin se acercó derramando lágrimas al ver lo que hacía.

–Ella te ha perdonado, todos te hemos perdonado Jungkook, es hora de que te perdones a ti mismo. –el rubio dijo con una voz temblorosa.

Jungkook bajó su cabeza y lloró por otro rato, luego se puso de pie y con mucho esfuerzo fue al auto con Jimin para pofin irse de ahí, pero el otro se detuvo un momento antes de encender el auto.

–Hay algo que necesito mostrarte. –dijo Jimin y salió del auto. Jungkook lo siguió.

Caminaron por el cementerio, el cual era uno de los mejores de la ciudad, el cielo estaba anaranjado, Jungkook no sabía a dónde iba caminando detrás del otro hombre, rodeados de tumbas. Pronto llegaron a una, el rubio quito la nieve que la lápida tenía encima, Jungkook se acercó, vio un nombre familiar y fecha tallada.

Min Yoongi.
1995 - 2020. (25 años)

Sí, había muerto hace veintiseis años.

–Hermano. –lloró Jungkook bajando su cabeza. –¿Qué te sucedió? ¿En qué momento? –la desesperación de Jungkook era inexplicable, el perder a sus seres queridos lo estaba matando, todo se le había salido de las manos. Recordó el último momento que habló con él, el cual fue el día que peleó con él tras haber sabido la verdad.

–Él… –la voz de Jimin se cortó. –Murió en una pelea dentro de la cárcel, me dijeron que se torturó él mismo metiéndose en peleas, terminando golpeado todo el tiempo y un día… simplemente lo mataron. Me llamaron a mi debido a que no encontraban familiares. –explicó.

–Hermano, perdón. –dijo Jungkook tristemente. –¿Alguna vez...lo perdonaste?

–Lo perdoné… pero él también quería tu perdón.

–No tengo que perdonar nada, él cuidó de mi más que nadie, me brindó su amistad, su amor y su protección, yo solo lo insulté y jamás pensé en cómo se sentía, él me quería proteger, pero nunca supe nada, tal vez sentía miedo, enojó o culpa, estaba solo, Yoongi perdóname a mi, siempre te llevaré en mi corazón, hermano. –reflexionó Jungkook con lágrimas en los ojos.

Jimin intentó lo más que pudo contener sus lágrimas, no quería llorar, pero le era imposible, tantas cosas que había pasado con ese chico en el pasado y tantas experiencias que le regalo, era imposible para él olvidar a su amor de juventud por el cual sufrió como nunca.

Quiero ser tus ojos... [Kookv]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora