Sueños? ¿Alucinaciones? ¿Recuerdos? Al final del día parecen ser lo mismo pero, nuestro protagonista no sabe definirlos o entenderlos.
Dimitri.
Parece que alguien lo llama, cada noche al mirar las estrellas, algo en él se siente nostálgico, pequeñ...
¿Dónde quedó aquél espíritu en llamas que solía brillar por sí sólo?
La arena del tiempo ha cegado tus ojos pero, la luz te guía de regreso a mí.
Me has buscado todo este tiempo, la mente fragmentada busca respuestas aún dentro de su propia demencia.
No me he ido, tus ojos blancos, ciegos por el llanto siguen esperando verme.
Realidades distintas donde lo único que no es diferente es el dolor, naces, mueres y renaces.
Pequeña ave enjaulada ¿Qué harás cuando alcances la libertad que deseas?
Te escondes de la luz aún cuando siempre has deseado ser bañado por su calor y brillantez.
¿Qué pasará si saltas?
Ya conoces lo que pasará sino lo haces, lo vives a diario, la misma rutina de siempre.
Te ves al espejo y junto con tu mirada yace la mirada de miles de ojos que como tú desean lo mismo.
Libertad.
Algo que con el tiempo parece haberse convertido en un sueño, una retorcida broma del destino.
Siempre te has sentido encadenado a una roca gigante en medio de olas asfixiantes, pensando que no tenías otra opción más que permanecer ahí.
¿Cuándo pasó que olvidaste que puedes elegir?
Lo sé, crees que te has ido para siempre, solo regresa a mí.
Eres lo único que importa, cuando todo está perdido, eres tú, eres tú.
No puedo encontrarte pero, te siento, las tinieblas te cubren bien, te bañan con su esencia tratando de ocultarte.
Lo entiendo, desde tu memoria fragmentanda has sobrevivido con el nulo conocimiento de conocer las múltiples formas en las que puedes abrir tus alas.
Tus lágrimas han pasado a ser esas mismas olas que no te dejan respirar, las cadenas ya no existen desde hace mucho pero, te has aferrado a ellas puesto que es lo único que conoces.
En varios lapsos te he sentido casi rendirte, puesto que tus rodillas tocan el suelo y tus ojos permanecen muertos pero, siempre te encuentras girando tu rostro al cielo y es ahí cuando ardes en llamas, te hemos estado llamando a pesar de la distancia y presiento que por esos instantes puedes recordar quien eres.
Has dejado pequeñas partes de ti, pistas que puedo seguir, te siento a pesar de que no puedo verte.
A pesar de seguir cargando con ese dolor en la espalda, te levantas de nuevo a pesar de saber que no será ese el día de tu libertad ni lo será mañana, deseo besar tus manos con aquella dulzura que has olvidado que existe.
Limpias tus lágrimas o las vuelves ácido que rompa rocas y cadenas, gritas a la nada creyendo que nadie te escucha.
Yo estoy escuchando. Te veo.
Desde el inicio tu voz me ha llamado y estoy aquí a pesar de qué has olvidado mi rostro, mi voz y mi nombre.
Crees que eres el monstruo que ellos han hecho de ti, sé lo mucho que el tiempo ha quebrado tu espíritu, siempre te preguntas qué hubiera sido si no existieran las heridas que ahora te avergüenzas de mirar.
Un ángel caído, un ave con alas rotas, un niño abandonado en lo más profundo de una cueva, te has inventado este nuevo nombre para ti mismo donde te consuelas viviendo de fantasías donde no eres tú quien sangra o llora.
Dime, ¿Darás el siguiente paso?
Porque las estrellas te han escuchado, todos te escuchamos y ahora, aquí estoy, frente a ti.
Tocaste a la puerta pero, ¿Estás listo para mirar adentro?
Te veo, ahora es tiempo de que tu me veas.
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