Prólogo

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El alfa de cabello negro y piel blanquecina, veía con las pupilas dilatadas a los tres omegas que tenía en frente. Ellos simplemente bailaban, eran trillizos y sus apariencias similares lo apoyaban. Sin embargo, había algo en cada uno que se le hacía interesante, no sabía cómo podía explicarlo, pero en las miradas de cada uno, se podía dar cuenta lo diferentes que eran y lo interesante que era conocerlos.

Los había conocido por separado, había entablado conversaciones con cada uno por separado y le habían fascinado solo con eso. Al principio había pensado que estaba mal, porque en una sociedad como la suya, no era del todo normal que un alfa amara a varios omegas al mismo tiempo y tampoco era normal que dichos omegas estuvieran de acuerdo en compartir a un solo alfa.

Era simplemente inaudito que sus lobos estuvieran de acuerdo con estar en una relación polígama, no tenía sentido para muchos y al principio había estado asustado de que aquello estuviera mal, de que los juzgaran y de que lastimaran a aquellos hermosos omegas de los que se había enamorado.

Pero debía admitirlo, nada ni nadie tenían el derecho de juzgarlos, si ellos querían una relación como aquella, estaba bien y si solo hubieran querido sexo entre ellos, también hubiera estado bien. Cualquier cosa habría estado bien mientras no lastimaran a nadie, ni que se lastimaran a sí mismos, ellos eran sumamente felices de esa manera. Entonces ¿por qué temer? ¿A qué debían temerle? ¿Realmente las personas tenían el derecho de juzgarlos solo por amar?

Había decidido mandar todo a la mierda, mandaría a la mierda a todo aquel que se atreviera a hablarle mal a sus omegas e incluso no soportaría ni una sola mirada que los hiciera sentir mal.

Tal vez no era el alfa más fuerte de todos, tampoco el más "varonil" y mucho menos el más atrevido de todos. Pero tenía algo en claro, protegería a sus omegas de todo aquello que pudiera dañarles, ya no dejaría que se sintieran molestos consigo mismos, tampoco que se lastimaran a sí mismos y mucho menos que se sintieran solos.

Ellos habían logrado que él mismo dejara de sentirse tan ansioso sobre el futuro y sobre todo, le habían enseñado a ser más fuerte, más decidido y más aventurero. Simplemente le habían enseñado a aceptarse a sí mismo, ya no criticarse todo el tiempo, simplemente ser él y aceptarse.

Nadie era perfecto, la perfección no existe y como tal, todos tenían aquellas pequeñas cosas de las cuales podían quejarse, pero todos eran perfectos a su modo. Quería que sus omegas se sintieran amados, que se sintieran con el derecho de poder amar y ser amados como tuvieron que sentirse desde el principio.

~•~

― ¡Alfa/Mew/Mewi! - escucho varios gritos y luego como lo aplastaban

― ¿Se divirtieron? – cuestionó con una sonrisa

― Sería más divertido si nuestro alfa se nos uniera – comentó el de cabello negro con una sonrisa

― Pero a Mew no le gusta bailar, así que... - el de cabello rubio hizo un pequeño puchero enterneciéndolo

― Aunque, si Mewi quiere podemos ir a divertirnos a otro lugar, los cuatro juntos – sonrió el último de cabello rosa, mordiendo discretamente su oreja

― ¿Eso les gustaría a mis omegas? – cuestionó, a pesar de estar sonrojado, estaba decidido a cumplir con sus caprichos

― ¡Si! – exclamaron los tres al mismo tiempo

~•~

Nada importaba, nada más que aquellas hermosas sonrisas que lo habían hecho caer de rodillas frente a tan hermosos y orgullosos omegas, SUS omegas.

~•~

1. Este es un fanfic poliamoroso, es decir varias personas involucradas sentimentalmente. Hay un cuarteto y un trío, pero el trío no lo mencione en la trama principal.

2. Hay incesto en el fanfic, inevitablemente hay incesto, si no te gusta te pido que te retires. Por favor pido respeto en cuanto a lo que leerán. 

Todos los créditos a PrinDess_Hope Gracias por permitirme adaptarla ❤

Lo que realmente quiero... MEWGULF FINALIZADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora