11 Simple humana

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Los rayos del sol chocaban contra la pared de la habitación de Chloe, provocando que un halo de luz ingresara por la ventana, pero a la humana eso no la afecto, ya que Kek la cubrió casi al completo, su espalda era mucho mejor que cualquier pared para protegerla de la luz y mientras la espalda del Alpha se calentaba por la luz solar, Chloe descansaba como hacía mucho no lo podía, y solo le bastaba con aspirar el aroma de su lobo, Kek sabía que estaba soñando,  pero no ingresaría a ver de qué se trataba, estaba más fascinado viendo su rostro.
 
— Quizás es descendiente de alguna bruja. — dijo en un susurro Vito, tratando de encontrar un porqué del mechón blanco en el cabello de Chloe.
— No, si fuera así Aysel lo hubiera sabido, aquí hay algo más, en eso tiene razón Dante.
— Dante… ¿lo puedes escuchar como protesta allí abajo? — Vito sonreía con picardía, gracias a su ultra oído estaba escuchando a Dante y sus insultos dirigidos a ellos.
— Sí, incluso yo lo escucho, ¿no que no quería a Chloe? — se burló Kek, hacia media hora habían echado al brujo de la habitación, bajo la excusa de que él no quería ni necesitaba a Chloe, en cambio ellos al no marcarla necesitaban cada vez más de su cercanía.
— Mientras dormías, fingí salir a revisar los alrededores, Dante no perdió tiempo y acaricio sin descanso su cabello y su rostro, claro que cuando regrese se cubrió diciendo que estaba revisando su temperatura. — ambos rompieron a reír tan fuerte que finalmente Chloe despertó.
— ¿Por qué ríen? — ambos primos quedaron embobados viéndola, lo que produjo que la humana se sonrojara.
— No me vean, debo parecer un espantapájaros. — se quejó al tiempo que arreglaba su cabello.
— Para nada mi vida, eres lo más hermoso que pude existir. — ¿se cansaría de escuchar esa devoción en la voz de Vito? No lo creía.
— Y eres solo nuestra. — intervino Kek al ver que Dante estaba ingresando a la habitación, acto seguido tomo los labios de Chloe.
 
***
 
Esto no podía ser real, el calor de los labio de Kek es abrazador, sus manos apretando mi cintura y espalda baja, es una de las cosas más maravillosas que pude sentir en mi vida, y digo una, porque otra son las manos de Vito, el cual sé que está parado muy cerca nuestro, esto debería estar mal, debería sentirme horrible, pero no es así, lo único que puedo sentir es el deseo de sentir las manos de Vito tocar mi cuerpo y calmar el calor que Kek deja sobre mi piel… y es justo lo que obtengo, cuando libero los labios de Kek para poder respirar, siento como mi cuerpo es girado y allí esta Vito, ¿en qué momento se recostó a mi lado? No lo sé, no me importa, sus labios son fríos, pero solo consigue que el calor recorra una vez más mi cuerpo.
 
— El desayuno está listo. — la voz seria y molesta de Dante me da un golpe de realidad, claro que está molesto, estoy ligando con sus dos primos.
— Adelántate, tenemos algo más importante que hacer con mi luna. — la voz de Kek retumba en mis oídos, y no puedo evitar la sensación de hormigueo que me recorre desde la columna hasta esa parte que ya se está húmeda, maldición.
— Te recuerdo que mis padres están por llegar. — eso me pone nerviosa, sus padres, los tíos de mis compañeros, ¿Qué pensaran de todo esto?
— No te preocupes mi vida, mi tío es un vampiro muy divertido. — Vito debió haber visto mi cara de pánico.
— Claro el problema no es mi padre, sino mi madre. — y acto seguido Dante sale de la habitación, mierda.
— ¿Cómo que el problema es su madre? Dios, ella es una bruja ¿y si me hechiza por estar en medio de sus sobrinos? — Kek sonríe y tengo ganas de golpearlo, ¿qué le parece divertido?
— Tu lugar es estar en medio de nosotros, eso Novalie lo comprenderá y no se alterará para nada. — siento la sangre agolparse en mi rostro, mierda, ¿cómo puedo imaginarme en medio de estos hombres? Soy una pervertida.
— Hueles delicioso mi vida. — Vito me ve con ojos rojos y me humedezco aún más.
— Suficiente, largo, necesito un tiempo sola.
 
Lo veo y no lo creo, ellos lo hacen, exactamente lo que les pedí y sin decir ni media palabra, piensa Chloe, piensa, se realista, no puedes caer, no con ellos, por empezar son dos, tu hijo será humano, ¿Qué harás? ¿Te quedaras de brazos cruzados y lo veras morir, en vejecer? Pero a su favor… ellos pueden ayudarme con Asher, si alguien trata de llegar a mi pequeña habichuela.
Mi mente es un caos no puedo decidir qué es lo mejor por hacer, nunca tuve que tomar una decisión como esta, mi vida siempre fue un rio tranquilo, solo dejaba que fluyera… siempre deje que mis padres decidieran por mí y luego Asher se encargó de eso, pero este no es el caso, no solo debo decidir por mí, y por mi hijo, Kek y Vito también entran en esto, por lo que Aysel me dijo, una vez que encuentras a tu compañero solo vives por él, si ellos me marcan y me largo de aquí… ¿Qué pasara con ellos?
 
***
 
Kek estaba sirviendo el desayuno cuando el aroma a pimienta hizo arder su nariz, Chleo estaba tomando un baño, no comprendía que podría estar pasando para que Habichuela desprenda el aroma característico de los cazadores.
 
— ¿Lo sientes Kek? — pregunto Vito, pero Dante se le adelanto.
— Incluso yo lo huelo, ese bebé será un cazador muy poderoso, están yendo a su propia muerte. — Kek estaba a punto de golpear a su primo, pero entonces Chloe llego, con un vestido amarillo que realzaba su blanca piel, y sus ojos azules brillaban.
— Buenos días, Dante. — la joven saludo al único que no había visto desde que despertó.
— Sí, buenos días. — dijo el brujo al tiempo que arrugaba su nariz, aun olía a pimienta. Kek se apresuró a acomodar su lugar y servirle el suculento desayuno.
— ¿Me podrías decir como es tu madre? — pregunto luego de un momento, y Dante al fin levanto su rostro para verla.
— Piel blanca, cabello blanco, ojos grises, una bruja pura, aunque mi abuelo sea lobo.
— No me refería al físico.
— ¿Entonces?
— ¿Crees que le agrade? — Dante achico sus ojos, su madre era aún más seria y estricta que Minerva y eso era decir mucho.
— No, estoy seguro de que no le agradaras, si no te comportas como se espera de una luna te detestara.
— ¿Una qué?
— No le hagas caso vida, mi tía te adorara por el hecho de ser nuestra compañera. — intervino Vito, al escuchar el corazón acelerado de su compañera.
— ¿Qué es eso de Luna? — volvió a preguntar sin dejar que el vampiro cambiará el curso de la conversación, hasta el momento solo había escuchado hablar de la gran luna cambiante Aysel.
— Eres nuestra compañera Chloe, por ende, eres la luna de este pueblo, todos sus habitantes te deben el mismo respeto que tienen con nosotros, además que cuando te marquemos muchos recurrieran a ti por consejos o simplemente consuelo. — explico de mala gana Kek, no quería asustar a Chloe con responsabilidades, no era tiempo de ello, ahora solo debían ocuparse de habichuela.
— ¿Consejos? ¿Consuelo? ¡¿Que mierda?! — era la primera vez que Dante tenía una emoción de desespero de Chloe, al fin hacia algo “normal” de humanos.
— Se dice que la luna es la calma que a nosotros nos falta, puedes controlar la bestia de Kek, pero también mi furia, además de ayudar a incrementar el poder de Dante. — dijo el vampiro sin ser consiente que estaba hablando de más.
— ¿Y qué tiene que ver Dante en esto? — respondió confundida y el brujo golpeo la mesa mientras se ponía de pie.
— No tienes nada que ver conmigo, yo ni siquiera te quiero en este pueblo. — respondió casi a grito y de pronto el lugar se llenó a olor a pimienta, tan fuerte que incluso Chloe lo olio.
— ¿Qué problema tienes conmigo? ¿te he ofendido de alguna manera? No compren… — Chloe hizo el intento de ponerse de pie, pero sus piernas le fallaron.
— Chloe. — dijo con arrepentimiento Dante, pero ya era tarde, la joven se encontraba en los brazos de Kek, recuperándose del fuerte mareo.
— Suficiente, lárgate de aquí Dante, antes que olvide que eres mi primo. — Vito como siempre estaba a la defensiva, si debía golpear a su primo por Chloe lo haría.
— No fue mi intención. — rebatió con arrepentimiento.
— ¿Qué cosa Dante? ¿decir la verdad? — lo interrumpió la humana con sus ojos llenos de lágrimas.
— No es eso… — Dante no sabía cómo decir lo que sentía, no podía poner palabras a el torbellino de emociones que lo atravesaban en ese momento.
— No debes fingir conmigo Dante, comprendo que soy un estorbo para ustedes, y tienes toda la razón en quererme lejos del pueblo.
— No es eso Chloe, ¡Dante dile! — lo presiono Kek, no era grato sentir el dolor quemar en su pecho, ese mismo que sentía Chloe.
— Lo es Kek, incluso mi familia no me quería con ellos, ¿Por qué Dante tendría que soportar que ponga en peligro a los habitantes de este pueblo? ¿sabes? A veces me da la sensación de que todo estaría mejor si no existiera.
 
Chloe salió del estrecho abrazo de Kek y camino con calma a su cuarto, la calma que su mente y corazón no tenían. Al ingresar en su habitación paso de recostarse en la cama como su cuerpo se lo pedía, estaba agotada, sin embargo, camino a la ventana, quedó con la vista perdida en el tupido bosque, los tonos de verdes se mezclaban y la luz del sol generaban lugares con sombras, realzando su belleza, y paz, pero luego de un momento Chloe dejo de ver esa belleza, su mente la había llevado a otro lugar.
 
— ¿Como puedes ser tan estúpida? Te educamos, te dimos lo mejor, te instruimos para que no seas una más del montón y tú me dices que no sabias que tu esposo era un asesino, un mafioso, ¡arrastraste nuestro apellido por el lodo!... ahora no solo somos el hazme reír de todo el mundo, también debemos ocultarnos como ratas, como si nosotros hubiéramos hecho algo mal, aunque claro que lo hicimos ¡te dimos la vida y con eso nos condenamos!
 
El rostro de su padre rojo por la furia le había quitado el sueño por algún tiempo, el hombre que tanto dijo amarla, no se contuvo ni siquiera cuando ella estaba en el hospital, tras recibir los golpes de su esposo.
 
— Gracias a ti perdimos toda nuestra fortuna, debemos dejar todo por huir de tu esposo, de tus errores, ¡maldigo el día que te di a luz!
 
La voz de su madre se repitió cientos de veces en su mente los días posteriores a su separación cuando John se hizo cargo de su seguridad, pero cuando llego a este pueblo nuevas cosas ocuparon ese lugar, y el desprecio de los padres que ella tanto amaba poco a poco quedó en un segundo lugar, ¿y como no?, un embarazo y dos hombres destinados a ella ya la tenían bastante ocupada, pero ahora Dante había abierto ese cajón que consciente o inconscientemente ella se había obligado a cerrar.
 
— Chloe. — la voz suave de Vito la hizo girar, solo para descubrir que en la entrada de la habitación estaban los tres primos, con un rostro tan afligido como el que ella debía tener.
— ¿Qué sucede Vito? — pregunto al tiempo que sus labios se curvaban, mostrando una sonrisa, una barrera para que nadie vea su dolor, claro que Chloe no sabía que estos tres hombres sentían su corazón arder, ellos sentían lo mismo que Chloe.
— Mis tíos llegaron. — dijo Kek, ya que Vito solo se quedó de pie tratando de ocultar su dolor como Chloe lo hacía.
— Bien, pero… si la suprema no quiere ayudarme… ¿a quién puedo recurrir Kek?
— No será así…
— Por favor lobo, dame una segunda opción, así… si tu tía me desprecia al menos tendré una esperanza a la que aferrarme. — miedo, eso fue lo que olieron antes de que el aroma de la pimienta se esparciera por la habitación.
— Si mi tía no quiere ayudarte recurriremos a Yunuen, no te preocupes vida, no dejare que nada te suceda a ti o a nuestro cachorro. — Chloe sonrió ahora con más calma y naturalidad.
— Gracias mi hermoso vampiro. — dijo de forma natural al tiempo que depositaba un casto beso en los labios del Vito.
— Yo también quiero un beso. — murmuro Kek y Chole al fin rio con ganas, aun así, le dio al lobo lo que quería.
— Bien, no hagamos esperar a tu tía.
 
Chloe tomo la mano de ambos hombres y fue hacia las escaleras, al llegar a la planta baja, lo primero que vio fue el rostro bañado en arrepentimiento de Dante, pero hizo como que sus palabras no le hubieran importado, solo camino en medio de Vito y Kek, mientras el brujo clavaba sus ojos blancos en las manos de sus primos y como se enlazaban con las delicadas manos de la humana.
 
— Esa energía se me hace familiar. — escucho la voz de una mujer, al tiempo que se deshacía del agarre de las manos de sus compañeros y continuaba caminando hacia la sala.
— Tiene un alma muy peculiar. — dijo un hombre rubio, quien estaba frente a ella al ingresar en la sala.
— Hola, usted debe ser el padre de Dante, mi nombre es…
— Chloe. — la humana giro hacia la chimenea donde se encontraba una mujer joven de cabello blanco corto hasta los hombros, y de ojos grisáceos.
—¡¿Novalie?! — a Chloe se le hizo imposible no correr y abrazar a la gran suprema Novalie, provocando la curiosidad de todos, incluso Calixto.
— La misma pequeña, no puedo creer que seas tu quien requiera mi ayuda. — respondió mostrando una enorme sonrisa y sus ojos cubiertos de un verde jade.
— ¿De dónde conoces a la humana? — interrumpió Dante al no poder creer que su madre sonriera, Novalie casi no sonreía, ella no dejaba que nadie viera ni un poco de humanidad en ella, era necesario con el puesto que tenía.
— Es una larga historia, por ahora tomemos asiento. — Kek y Vito gruñeron en desacuerdo, pero Dante solo lo observo.
— Ahora comprendo que la paciencia va más en las razas. — murmuro Vito al ver que Calixto estaba tan disconforme como ellos, sin embargo, Dante se veía neutro.
— Permíteme presentarme pequeña, mi nombre es Calixto, beta de la gran luna cambiante. Y por lo que puedo observar conoces a mi hermosa compañera, ¿me dirías de dónde? — Dante suspiro con cansancio, él sabía perfectamente que, si su madre decía aun no, tenía sus motivos y nada la haría cambiar de parecer.
— Ella y Kali…
— ¡¿Qué?! — el grito de Vito casi le provoca un infarto a la joven.
— ¿Qué te pasa? ¡¿Cómo gritas de esa manera estando a mi lado?! — dijo aun con el corazón latiendo a mil por segundo y dando pequeños golpes al hombro y brazo del vampiro.
— Lo lamento mi vida, no fue mi intención asustarte.
— Siempre dices eso, pero sigues asustándome.
— Pero esta vez en verdad que fue sin querer, comprende mi vida la sorpresa que es para mí que conozcas a mi madre. — Chloe abrió su boca a más no poder y de inmediato giro a ver a Novalie, quien sonreía.
— ¿Cómo es que una simple humana pueda conocer a Novalie, Kali y Kiyomi? — Kek hablo sin poder creer semejante conciencia.
— ¿Conoces a Kiyomi? — ahora era Novalie quien se veía sorprendida, mientras Chloe asentía con su cabeza.
— Chloe salvo a Sam de un cazador cuando era cachorro, y Kiyomi la salvo a ella, ya que el cazador disparo sin importar que Chloe fuera humana. — Novalie dejo de lucir la sonrisa que tenía desde que vio a Chloe, y Dante se tensó, pensando que la explicación que le dio a su madre no fuera suficiente.
— ¿Qué está mal Novalie? — se atrevió a preguntar Chloe al ver el rostro serio de la bruja.
— Necesito comprobar algo y para eso debo convocar a mis hermanos.
 
Novalie salió al jardín trasero, ese que daba directo al bosque, seguida de todos los demás, solo Chloe desconocía lo que la bruja suprema haría.
Novalie camino unos pasos más hacia el bosque, Dante sostuvo la mano de Chloe, cuando se dio cuenta que esta pensaba seguir a su madre, la joven humana se detuvo sin prestar demasiada atención en como el brujo la miraba, ella solo podía ver a Novalie, quien giro dando su espalda la bosque y mostrando su rostro a ellos, que estaban a escasos metros de la casa, Chloe vio maravillada como la bruja tocaba una pulsera de cuencas de madera que tenía en su muñeca derecha, sus ojos eran verdes brillantes y de su frente una mancha roja con forma de media luna comenzó a formarse.
 
— Kiyomi, Kali, Pol, Nisha, necesito de su presencia en este momento, hermanos míos.
 
Chloe creyó que nada podría superar aquello, pero se equivocaba, ella era una simple humana en medio de seres mágicos. De inmediato una hiedra comenzó a crecer al lado izquierdo de donde se encontraba Novalie, enrollándose en ella misma, hasta que de pronto se detuvo, adquiriendo forma humana que poco a poco se transformó en Kiyomi. Casi al mismo tiempo a la derecha de la bruja un denso humo negro llego, como si fuera una espesa niebla y al elevarse se disipo, dejando ver a Kali en ese lugar, la vampira tenía los ojos rojos y los colmillos expuestos, creyendo que el llamado de su hermana se debía a algún combate y que requería su ayuda, lo que menos pensó fue que estaría en frente de sus sobrinos, su hijo y una joven a la cual conocía muy bien.
 
— ¡Chloe! — dijo pasando por alto la cara sorpresa de su hijo.
— Hola Kali. — la humana movió su mano a modo de saludo, al tiempo que Kali ocultaba sus colmillos y sus ojos volvían a ser negros.
 
Chloe quería abrazar a esa vampira, al igual que minutos antes abrazo a Novalie, pero antes que pudiera dar un paso, alguien más apareció, sin tanta magia como sucedió con las mujeres, él solo se materializo al lado de Kiyomi y mucho más cerca de Chloe.
 
— ¿Profesor? — dijo sin poder creer que su profesor de preescolar no había envejecido ni un día.
— ¿Chloe? — dijo igual de aturdido Pol, el único que era humano en toda su familia.
— ¿Pero cómo…? — las preguntas de Chloe se vieron opacadas por un rugido tan fuerte y con tanta autoridad que Kek y Vito quien era parte lobo, cayeron arrodillados.
 
La humana por un segundo se asustó, ese rugido era incluso más potente que el que hizo Anuk aquel día que lo conoció, y como si fuera poco, cientos de aullidos lo acompañaron, el rey Alpha hacia su presencia y a diferencia de Kali o Novalie, su lobo exigía sumisión. Chloe vio como detrás de Novalie aparecía un gigante lobo, no tan grande como Anuk, pero mucho mayor que Kek.
 
— El lobo negro. — dijo la joven en un susurro, y el lobo aulló ante su reconocimiento, luego dio tres pasos largos como él mismo y paso la lengua por la mejilla de la humana.
— Hola, lobito. — dijo emanando felicidad y acariciando un lado del inmenso animal.
— No lo puedo creer. — dijo Calixto, quien en casi mil años no había logrado que su cuñado Nisha se dejara acariciar en su forma lobuna.
— Créelo mi media alma, Chloe nos conoce a todos, ahora debemos averiguar ¿por qué?
 Y esa era la gran pregunta, ¿Por qué una simple humana conocía a los reyes de las razas?
 

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