9 Plan

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Chloe despertó gracias a los suaves besos de unos labios muy fríos, pero que eran sumamente placenteros.
 
—  Mmm, Vito. —  dijo con un leve susurro y el vampiro sonrió al tempo que olía el cuello de la mujer.
—  Buenos días vida mía. — ¿cuándo había sido la última vez que oyó palabras tan dulces al despertar? Mucho más que meses, mucho antes de que Asher mostrara su verdadero rostro, esas dulces palabras solo eran dichas cuando hacían el amor, pero nunca al despertar por un solo beso, o así sea por oler su cuello.
—  Mierda esto es raro. —  dijo Chloe al tiempo que se sentaba en la gran cama y fijaba su vista en un muy atractivo vampiro.
— ¿Qué es lo que te resulta raro?
—  Esto, no sé cómo es en su mundo, pero los humanos… este tipo de relación… no sé qué nombre deba ponerle, ¿Qué somos Vito? Te conozco de días, y solo te he visto un par de veces y … tuvimos sexo, en el mundo humano se me podría catalogar como una mujer fácil, algo que no soy, yo no me voy a la cama con el primero que veo, pero tú no eres humano… entonces me preguntaba… — a Chloe las ideas se le perdían en cada caricia que Vito daba a su rostro, o como le acomodaba su cabello, con un cuidado y dedicación únicos.
—  Eres mi vida, desde que cruzamos palabra te lo he dicho. —  respondió como si fuera cualquier cosa.
—  Eso es lo que no comprendo Vito… Dios deja de tocarme y ponme atención por favor. —  Chloe sentía la necesidad de besar los fríos labios de Vito y su cercanía no ayudaba, el mencionado solo sonrió con picardía, embelesándola un poco más antes de tomar cierta distancia.
— ¿Qué es lo que te resulta tan difícil de comprender?
—  Una vez… alguien me dijo que era su vida, y luego trato de matarme… — el siseo de Vito la silencio.
—  No me compares con ese cazador Chloe, no insultes mi existencia de esa forma. —  la mujer trago saliva, Vito podía comportarse como un adolescente enamorado por primera vez, pero cuando algo le molestaba su rostro era tan duro como alguien que hubiera vivido mucho, se sentía como una niña siendo regañada.
—  Lo siento Vito, pero soy una mujer con pasado y entre ese pasado está el hecho de tener un esposo, que está más que obvio que no era mi mejor elección de compañero de vida, pero… — Vito dejo salir un siseo que casi rompió los tímpanos de la humana y acto seguido destrozo el dosel de cama, provocando que Chloe saltara fuera de esta, con toda intención de huir, pero antes de llegar a la puerta Vito ya se encontraba allí, con sus ojos rojos como la sangre y sus colmillos expuestos.
—  No… no me lastimes. —  susurro con el miedo bañando sus azules ojos, al tiempo que retrocedía con sus manos extendidas hacia adelante.
—  No lo hare Chloe, por la Diosa, claro que no te lastimare. —  Vito trataba de tranquilizarla, pero su postura no ayudaba.
—  Vito retrocede. —  la voz áspera de Kek solo sumo tensión a la situación, Chloe estaba tan atenta a cada movimiento del vampiro que no había visto ingresas ala Alpha a la habitación.
—  Vete Kek, esto es entre mi vida y yo, ella no puede temerme.
—  La estas asustando Vito. —  al lobo el miedo de Chloe le quemaba la nariz.
—  Dile que deje de alejarse. —  la voz de vito ya no era la habitual, el ver como su compañera retrocedía con pasos cautelosos, hizo que su lado lobuno se manifestara.
—  Chloe quieta. —  Kek estaba nervioso, sabía que Vito no manejaba su lado lobuno, la humana estaba despertando demasiados sentimientos en su primo, y no era bueno. Chloe lo obedeció, aunque cada fibra de su cuerpo le decía que corriera lejos de la casa del Alpha.
—  Yo quiero ir a mi casa. —  su voz temblaba, sus ojos se aguaron y su corazón latía demasiado rápido, Vito no soportaba que su compañera le temiera, lo podría tolerar de cualquiera, pero no de ella, quiso acercase y Chloe dio un paso atrás sin ser consciente.
— ¡VITO! —  el rugido de Kek en modo Alpha provoco que las ventanas se rompieran, era la única forma de detener el instinto de Vito de tratar de someter a su compañera, un instinto animal y ancestral que dormía en cada uno de los seres sobre naturales una vez que encontraban a su compañera, por más que trataran de ser razonables, muchas veces perdían el control. Chloe se encogió en su lugar tomando su brazo y solo cuando ambos primos olieron la sangre de la humana fue que volvieron a la normalidad.
—  Chloe. —  el miedo estaba presente en Kek, mientras el dolor y arrepentimiento tomaban la voz de Vito.
—  Quiero ir a casa. —  repitió como si fuera una niña que necesitara refugiarse en un lugar seguro, luego de ser herida, sin importarle o así sea sentir el corte en su brazo.
—  Deja que te cure… — Kek quiso ir con ella, pero la joven volvió a retroceder quedando muy cerca de la ventana rota, la amplitud del cuarto se había terminado, Chloe se sentía un apresa a punto de ser capturada.
—  Por favor… — volvió a pedir en un susurro y los ojos del Alpha cambiaron a rojos con motas negras.
—  Eres mi compañera, mi mate, no puedes temerme. —  antes que Chloe pudiera procesar las palabras de Kek el lobo la beso.
 
La mente de Chloe se apagó, por lo menos la parte del razonamiento, mientras que el lado encargado de las sensaciones y sentimientos despertaba, los labios de Kek eran diferentes a los de Vito, estos eran calientes, casi abrazadores, si Kek fuera un humano se podría decir que estaría muriendo de fiebre, pero Kek no era humano y Chloe podía sentirlo, como el calor se esparcía por su cuerpo, si la boca de Vito tenía gusto a miel, la de Kek sabia a lavanda y frambuesas, sus manos no eran suabes como las del vampiro, estas eran ásperas, callosas y grandes, se aferraban a su cadera y la obligaban a pegarse a cada parte del cuerpo duro y caliente del Alpha.
 
—  Eres mía. —  dijo con voz ronca y posesiva cuando al fin libero sus labios.
—  Hay dios mío. —  Chloe despego sus ojos de Kek y los fijo en Vito quien estaba… tranquilo, sus ojos celestes brillaban y una pequeña sonrisa estaba en sus labios.
—  No soy dios, soy Kek, y si soy tuyo. —  las palabras de su primo provocaron que Vito rompiera a reír mientras Chloe enrojecía de pies a cabeza.
—  Yo… ¡no entiendo una mierda de esto! —  estaba enfadada, allí estaba una vez más el cambio de humor de su humana, y Kek bufo al tiempo que liberaba al fin su cadera.
—  Eres nuestra Chloe, estoy seguro de que este idiota no te dijo nada. —  Kek quería matar a Vito, Aysel se lo había advertido, los humanos son seres difíciles de complacer, de entender y aún peor que ellos entiendas ciertas cosas, debían ser claros con ella.
—  Si se lo dije, es de eso que estábamos hablando… — Vito avanzo un paso, pero de pronto un torbellino blanco paso frente a él.
— ¿Quién te hirió? —  el rostro de Dante era serio y fue entonces cuando Chloe reparo en el corte de su brazo.
—  Fue un accidente. —  respondió aun viendo su herida y Dante mato con la mirada a sus primos.
—  Retrocederé el tiempo….
—  No, no, no, nada de eso. —  el brujo se tensó cuando Chloe coloco ambas manos en su brazo, sentía como la corriente se deslizaba por su cuerpo, pero no estaba en él tomar a la humana por compañera, no podía olvidarse de su error, primero debía tener poder para cambiar el pasado y solo entonces podría aceptarla como compañera.
—  Si retrocedo el tiempo podemos evitar que termines herida. —  respondió mientras con disimulo quitaba su brazo de entre las manos de Chloe, sintiendo su propio corazón doler.
—  Lo entiendo, pero otras cosas podrían cambiar y aquí Kek me estaba diciendo algo muy interesante… ¿Cuántas veces has usado tu poder en mí? —  Dante se tensó y miro a sus primos en busca de apoyo, algo que no encontró, ya que los dos vieron a otro lado.
—  Dante… — el brujo estaba nervioso, no la tomaría como compañera, pero eso no evitaba que la humana lo afectara.
—  Dos, quizás tres veces. —  Chloe abrió su boca con horror.
—  No te enfades, todas fueron por una buena razón, tu bienestar… — comenzó a explicar con apuro, pero la humana lo interrumpió.
—  No lo vuelvas a hacer, por favor, Dante, no uses tu poder en mí.
— ¿Por qué? —  estaba molesto, ¿acaso la humana se sentía demasiado como para que él influenciara en su línea temporal?
—  Porque del mundo donde pertenezco, de donde yo vengo, las cosas suceden, tanto buenas como malas, y de cada una aprendes.
— ¿Qué podrías aprender de esa herida? —  los ojos de Dante titilaban del verde a blanco, definitivamente tenía mucho que aprender, se dijo mentalmente Chloe.
—  Que cuando Vito se convierte casi en lobo debo quedarme quieta hasta que se tranquilice y si Kek se convierte en un lobo a dos patas…
—  Modo Alpha. —  corrigió el mencionado y Chloe mostro una sonrisa de me importa una mierda.
—  Eso, debo tapar mis oídos o quedare sorda. —  terminó diciendo, recordando el leve dolor de sus oídos.
 
Dante la vio marchar con sus primos a la sala, sin embargo, él no se movió de aquel lugar, necesitaba comprender lo que la humana dijo, y fue por eso por lo que retrocedió el tiempo, no para cambiar algo, solo para ser un espectador, era uno de los poderes que tenía, como su madre Novalie, poder y ver el pasado como si de una película se tratara. Quedo sorprendido, no solo por ver a sus primos perder el control y recupéralo de inmediato solo por la humana, lo que más le sorprendió fue saber lo aterrorizada que ella estaba, y, sin embargo, aunque resulto herida ella no quería cambiar nada de ese pequeño pasado porque había aprendido algo, como él aprendió el día que perdió a sus amigos a ser más meticuloso en sus investigaciones y en no ayudar a cualquier desconocido, aunque sean seres sobrenaturales.
Dante se sentó en la cama donde unas horas antes había estado durmiendo la humana, había entrado varias veces a la habitación en lo largo de la noche, solo para ver a la humana dormir en los brazos de Kek, y también encontrando a Vito viéndolos, como si fuera lo único importante que había en el mundo, aunque este último estuvo toda la noche allí, solo salió cuando Kek despertó y porque su primo había tenido una premonición, que solo discutió con el vampiro y no con él, algo que lo irrito, Dante y Kek siempre habían sido más unidos, al llevarse cien años de diferencia Kek siempre lo había visto como un referente, un ejemplo, alguien que lo ayudo a unir su lado lobo y brujo, pero ahora se sentía desplazado, Vito y Kek comenzaban a tratarse más y llevarse mejor y todo era por la humana, suspiro con cansancio, cada pensamiento lo llevaba a ella, la humana, su media alma, su Chloe.
 
— Solo debería pasar mi lengua por tu herida y esta sanaría. — Chloe veía a Vito con los ojos tan abiertos que faltaba poco para que se le cayeran.
— Creo que la última vez que curaste una herida, no quedo solo en eso. —respondió en un susurro y sus mejillas adquirieron un color rojo tan fuerte que tanto Vito como Kek lamieron sus labios.
— No recuerdo que te quejaras, más bien pediste un poco más. — Chloe veía a ambos primos y se preguntaba qué haría con ese par.
— Bien, dejen de recordar su encuentro por un momento y permíteme curar tu corte.
— ¿Tú sabes que Vito y yo…? — la voz de la humana era tan aguda que los oídos de Kek dolieron por un momento.
— Huelo tu esencia humana, puedo deducir por lo que dicen que está pasando por tu mente ahora. — los ojos de Kek se tornaron rojos y Chloe no lo resistió más.
— ¿Por qué cabían el color de sus ojos?, creí que era cuando se enojaban, pero ahora parece que te divierte molestarme. — bufo mientras tomaba asiento en el sofá.
— Es porque esta celoso, ya quisiera estar en mi lugar. — respondió con una sonrisa el vampiro mientras tomaba asiento en frente de Chloe.
—  Y lo estaré. — rebatió Kek y Chloe se trapico con su propia saliva.
— ¿Qué es eso de que soy de ustedes? — pregunto aun recordando la pequeña conversación del dormitorio. Kek tomo su brazo tan delicadamente que si Chloe no lo hubiera visto no se daría cuenta.
— Eres mi mate, mi compañera designada por la Diosa Luna, eres mía Chloe, tú me completas, eres la única que podría dominar a la bestia que hay en mí, mi lobo te seguirá como a la misma luna, mientras que mi lado humano solo se sentirá en paz teniéndote a mi lado, nací para ti mucho antes de que tu fueras concebida y tu naciste para mí, soy una parte de lo que necesitas, soy una de las partes que has buscado sin darte cuenta, los humanos lo llamarían amor verdadero, soy tu amor y tú eres el mío. — seriedad, honestidad y dulzura, todo eso había en la voz de Kek y en sus ojos.
 
Chloe no sentía nada debajo de su cabeza, su cerebro había apagado cada una de las funciones innecesarias en ese momento, solo la mente de la humana trabajaba, y su corazón, el mismo que latía tan fuerte que tuvo la necesidad de colocar su mano sana sobre el, por temor a que saliera de su pecho.
 
— ¿Una de las partes? ¿Cómo que eres una de mis partes? — dijo luego de unos minutos de silencio, Chloe era humana, ya se había equivocado una vez y eso solo la llevo a poner su vida en peligro, a ignorar cosas de un hombre que durmió a su lado por cinco años, no cometería el mismo error, por lo menos no su lado consciente y racional, ella abrió los ojos del alma ese día en que Asher casi la mato, y ahora solo buscaba comprender todo antes de dejarse llevar por emociones, aunque con Vito había fallado estrepitosamente.
— Eres especial Chloe, puede que solo seas una humana, pero hay tanto amor guardado en tu corazón y alma, que la Diosa te envió a más de un compañero para ti, sabía que solo uno no sería suficiente. — Kek había colocado una mano sobre el corte y mientras hablaba Chloe se maravilló al sentir un leve calor y acto seguido su herida estaba cerrada y de un color que hacía parecer que el corte lo había tenido desde hacía semanas y no minutos.
— Eres mi compañera Chloe, es por eso por lo que no puedes resistir nuestra atracción y aunque no te des cuenta ya me quieres, y cuando lo aceptes comenzaras a amarme, nuestro lazo es más fuerte que el que posees ahora con Kek, porque nuestras esencias se han mezclado… en más de una ocasión. No fue un sueño lo que sucedió en las tierras de Aysel, yo te hice mía y tú me hiciste tuyo, eres mi vida, mi pareja destinada, te lo he dicho desde que hablamos, solo vivo para complacerte, soy tu esclavo, si para Kek tu eres quien puede domar a su bestia, para mi eres quien le das sentido a mi existencia, quien hace latir mi corazón, ¿lo comprendes? Tú eres mi vida, y yo soy tu esclavo.
— Esto no es divertido, ¿Por qué están jugando conmigo? O es que su dichosa Diosa cree que soy una mujerzuela que … — Kek exploto frente a ella, el lobo no estaba feliz, estaba frustrado y dolido por como su luna se percibía, ellos no obedecían las leyes humanas, mucho menos se avergonzaban de sus compañeros, y si en un principio al lobo le molesto saber que un hijo del cazador crecía en su compañera, ahora no le importaba, ese pinchazo de rechazo, de renuencia que percibía en las palabras de su luna lo estaban atormentando, avanzo con dirección a Chloe.
— ¡Quieto! — la palabra solo salió de sus rosados labios, Kek tenía la altura de un caballo gigante, sus patas eran tan gruesas como la de los osos, sin embargo, a los ojos de Chloe era un enorme peluche. El lobo obedeció la orden de su compañera y bajo su cabeza a la altura de esta, para ver directo a sus ojos.
— Oh, por Dios, eres hermoso. — la humana siempre fue amante de los animales, le gustaban, pensaba que en los ojos de un animal uno puede ver su alma, ya que son seres sin maldad, sin egoísmo, leales, protectores, pero también porque tenía una fascinación con los lobos, desde que era una niña. Kek ronroneo en respuesta y Chloe no pudo evitar hundir sus manos en su pelaje.
— Eres el tercer lobo más grande que conozco. — las palabras de la humana provoco cierto recelo en los primos y mientras esta acariciaba una de las patas de aquel gigantesco lobo Kek volvió a ser humano, por lo que la mano de Chloe quedo sobre un pectoral del hombre lobo, quien estaba desnudo.
— ¿Cómo que tercero? — pregunto el lobo, pero Chloe solo veía su hombría al tiempo que su boca se abría con asombro y sus mejillas enrojecían.
— Me encanta cuando te calientas, hueles aún mejor. — el susurro de Vito en su oído la hizo pegar un salto al tiempo que cubría sus ojos.
— Maldición, deja de hacer eso Vito. — dijo con frustración, pero sus orejas brillaban en rojo.
— ¿Qué cosa mi vida? — respondió aun embobado y aspirando con fuerza el aroma de Chloe.
— Dejen de decirme si huelen mi… — se detuvo sin poder continuar con sus palabras.
— ¿Calentura? — dijo de forma divertida Kek, quitando la m
Chloe despertó gracias a los suaves besos de unos labios muy fríos, pero que eran sumamente placenteros.
 
—  Mmm, Vito. —  dijo con un leve susurro y el vampiro sonrió al tempo que olía el cuello de la mujer.
—  Buenos días vida mía. — ¿cuándo había sido la última vez que oyó palabras tan dulces al despertar? Mucho más que meses, mucho antes de que Asher mostrara su verdadero rostro, esas dulces palabras solo eran dichas cuando hacían el amor, pero nunca al despertar por un solo beso, o así sea por oler su cuello.
—  Mierda esto es raro. —  dijo Chloe al tiempo que se sentaba en la gran cama y fijaba su vista en un muy atractivo vampiro.
— ¿Qué es lo que te resulta raro?
—  Esto, no sé cómo es en su mundo, pero los humanos… este tipo de relación… no sé qué nombre deba ponerle, ¿Qué somos Vito? Te conozco de días, y solo te he visto un par de veces y … tuvimos sexo, en el mundo humano se me podría catalogar como una mujer fácil, algo que no soy, yo no me voy a la cama con el primero que veo, pero tú no eres humano… entonces me preguntaba… — a Chloe las ideas se le perdían en cada caricia que Vito daba a su rostro, o como le acomodaba su cabello, con un cuidado y dedicación únicos.
—  Eres mi vida, desde que cruzamos palabra te lo he dicho. —  respondió como si fuera cualquier cosa.
—  Eso es lo que no comprendo Vito… Dios deja de tocarme y ponme atención por favor. —  Chloe sentía la necesidad de besar los fríos labios de Vito y su cercanía no ayudaba, el mencionado solo sonrió con picardía, embelesándola un poco más antes de tomar cierta distancia.
— ¿Qué es lo que te resulta tan difícil de comprender?
—  Una vez… alguien me dijo que era su vida, y luego trato de matarme… — el siseo de Vito la silencio.
—  No me compares con ese cazador Chloe, no insultes mi existencia de esa forma. —  la mujer trago saliva, Vito podía comportarse como un adolescente enamorado por primera vez, pero cuando algo le molestaba su rostro era tan duro como alguien que hubiera vivido mucho, se sentía como una niña siendo regañada.
—  Lo siento Vito, pero soy una mujer con pasado y entre ese pasado está el hecho de tener un esposo, que está más que obvio que no era mi mejor elección de compañero de vida, pero… — Vito dejo salir un siseo que casi rompió los tímpanos de la humana y acto seguido destrozo el dosel de cama, provocando que Chloe saltara fuera de esta, con toda intención de huir, pero antes de llegar a la puerta Vito ya se encontraba allí, con sus ojos rojos como la sangre y sus colmillos expuestos.
—  No… no me lastimes. —  susurro con el miedo bañando sus azules ojos, al tiempo que retrocedía con sus manos extendidas hacia adelante.
—  No lo hare Chloe, por la Diosa, claro que no te lastimare. —  Vito trataba de tranquilizarla, pero su postura no ayudaba.
—  Vito retrocede. —  la voz áspera de Kek solo sumo tensión a la situación, Chloe estaba tan atenta a cada movimiento del vampiro que no había visto ingresas ala Alpha a la habitación.
—  Vete Kek, esto es entre mi vida y yo, ella no puede temerme.
—  La estas asustando Vito. —  al lobo el miedo de Chloe le quemaba la nariz.
—  Dile que deje de alejarse. —  la voz de vito ya no era la habitual, el ver como su compañera retrocedía con pasos cautelosos, hizo que su lado lobuno se manifestara.
—  Chloe quieta. —  Kek estaba nervioso, sabía que Vito no manejaba su lado lobuno, la humana estaba despertando demasiados sentimientos en su primo, y no era bueno. Chloe lo obedeció, aunque cada fibra de su cuerpo le decía que corriera lejos de la casa del Alpha.
—  Yo quiero ir a mi casa. —  su voz temblaba, sus ojos se aguaron y su corazón latía demasiado rápido, Vito no soportaba que su compañera le temiera, lo podría tolerar de cualquiera, pero no de ella, quiso acercase y Chloe dio un paso atrás sin ser consciente.
— ¡VITO! —  el rugido de Kek en modo Alpha provoco que las ventanas se rompieran, era la única forma de detener el instinto de Vito de tratar de someter a su compañera, un instinto animal y ancestral que dormía en cada uno de los seres sobre naturales una vez que encontraban a su compañera, por más que trataran de ser razonables, muchas veces perdían el control. Chloe se encogió en su lugar tomando su brazo y solo cuando ambos primos olieron la sangre de la humana fue que volvieron a la normalidad.
—  Chloe. —  el miedo estaba presente en Kek, mientras el dolor y arrepentimiento tomaban la voz de Vito.
—  Quiero ir a casa. —  repitió como si fuera una niña que necesitara refugiarse en un lugar seguro, luego de ser herida, sin importarle o así sea sentir el corte en su brazo.
—  Deja que te cure… — Kek quiso ir con ella, pero la joven volvió a retroceder quedando muy cerca de la ventana rota, la amplitud del cuarto se había terminado, Chloe se sentía un apresa a punto de ser capturada.
—  Por favor… — volvió a pedir en un susurro y los ojos del Alpha cambiaron a rojos con motas negras.
—  Eres mi compañera, mi mate, no puedes temerme. —  antes que Chloe pudiera procesar las palabras de Kek el lobo la beso.
 
La mente de Chloe se apagó, por lo menos la parte del razonamiento, mientras que el lado encargado de las sensaciones y sentimientos despertaba, los labios de Kek eran diferentes a los de Vito, estos eran calientes, casi abrazadores, si Kek fuera un humano se podría decir que estaría muriendo de fiebre, pero Kek no era humano y Chloe podía sentirlo, como el calor se esparcía por su cuerpo, si la boca de Vito tenía gusto a miel, la de Kek sabia a lavanda y frambuesas, sus manos no eran suabes como las del vampiro, estas eran ásperas, callosas y grandes, se aferraban a su cadera y la obligaban a pegarse a cada parte del cuerpo duro y caliente del Alpha.
 
—  Eres mía. —  dijo con voz ronca y posesiva cuando al fin libero sus labios.
—  Hay dios mío. —  Chloe despego sus ojos de Kek y los fijo en Vito quien estaba… tranquilo, sus ojos celestes brillaban y una pequeña sonrisa estaba en sus labios.
—  No soy dios, soy Kek, y si soy tuyo. —  las palabras de su primo provocaron que Vito rompiera a reír mientras Chloe enrojecía de pies a cabeza.
—  Yo… ¡no entiendo una mierda de esto! —  estaba enfadada, allí estaba una vez más el cambio de humor de su humana, y Kek bufo al tiempo que liberaba al fin su cadera.
—  Eres nuestra Chloe, estoy seguro de que este idiota no te dijo nada. —  Kek quería matar a Vito, Aysel se lo había advertido, los humanos son seres difíciles de complacer, de entender y aún peor que ellos entiendas ciertas cosas, debían ser claros con ella.
—  Si se lo dije, es de eso que estábamos hablando… — Vito avanzo un paso, pero de pronto un torbellino blanco paso frente a él.
— ¿Quién te hirió? —  el rostro de Dante era serio y fue entonces cuando Chloe reparo en el corte de su brazo.
—  Fue un accidente. —  respondió aun viendo su herida y Dante mato con la mirada a sus primos.
—  Retrocederé el tiempo….
—  No, no, no, nada de eso. —  el brujo se tensó cuando Chloe coloco ambas manos en su brazo, sentía como la corriente se deslizaba por su cuerpo, pero no estaba en él tomar a la humana por compañera, no podía olvidarse de su error, primero debía tener poder para cambiar el pasado y solo entonces podría aceptarla como compañera.
—  Si retrocedo el tiempo podemos evitar que termines herida. —  respondió mientras con disimulo quitaba su brazo de entre las manos de Chloe, sintiendo su propio corazón doler.
—  Lo entiendo, pero otras cosas podrían cambiar y aquí Kek me estaba diciendo algo muy interesante… ¿Cuántas veces has usado tu poder en mí? —  Dante se tensó y miro a sus primos en busca de apoyo, algo que no encontró, ya que los dos vieron a otro lado.
—  Dante… — el brujo estaba nervioso, no la tomaría como compañera, pero eso no evitaba que la humana lo afectara.
—  Dos, quizás tres veces. —  Chloe abrió su boca con horror.
—  No te enfades, todas fueron por una buena razón, tu bienestar… — comenzó a explicar con apuro, pero la humana lo interrumpió.
—  No lo vuelvas a hacer, por favor, Dante, no uses tu poder en mí.
— ¿Por qué? —  estaba molesto, ¿acaso la humana se sentía demasiado como para que él influenciara en su línea temporal?
—  Porque del mundo donde pertenezco, de donde yo vengo, las cosas suceden, tanto buenas como malas, y de cada una aprendes.
— ¿Qué podrías aprender de esa herida? —  los ojos de Dante titilaban del verde a blanco, definitivamente tenía mucho que aprender, se dijo mentalmente Chloe.
—  Que cuando Vito se convierte casi en lobo debo quedarme quieta hasta que se tranquilice y si Kek se convierte en un lobo a dos patas…
—  Modo Alpha. —  corrigió el mencionado y Chloe mostro una sonrisa de me importa una mierda.
—  Eso, debo tapar mis oídos o quedare sorda. —  terminó diciendo, recordando el leve dolor de sus oídos.
 
Dante la vio marchar con sus primos a la sala, sin embargo, él no se movió de aquel lugar, necesitaba comprender lo que la humana dijo, y fue por eso por lo que retrocedió el tiempo, no para cambiar algo, solo para ser un espectador, era uno de los poderes que tenía, como su madre Novalie, poder y ver el pasado como si de una película se tratara. Quedo sorprendido, no solo por ver a sus primos perder el control y recupéralo de inmediato solo por la humana, lo que más le sorprendió fue saber lo aterrorizada que ella estaba, y, sin embargo, aunque resulto herida ella no quería cambiar nada de ese pequeño pasado porque había aprendido algo, como él aprendió el día que perdió a sus amigos a ser más meticuloso en sus investigaciones y en no ayudar a cualquier desconocido, aunque sean seres sobrenaturales.
Dante se sentó en la cama donde unas horas antes había estado durmiendo la humana, había entrado varias veces a la habitación en lo largo de la noche, solo para ver a la humana dormir en los brazos de Kek, y también encontrando a Vito viéndolos, como si fuera lo único importante que había en el mundo, aunque este último estuvo toda la noche allí, solo salió cuando Kek despertó y porque su primo había tenido una premonición, que solo discutió con el vampiro y no con él, algo que lo irrito, Dante y Kek siempre habían sido más unidos, al llevarse cien años de diferencia Kek siempre lo había visto como un referente, un ejemplo, alguien que lo ayudo a unir su lado lobo y brujo, pero ahora se sentía desplazado, Vito y Kek comenzaban a tratarse más y llevarse mejor y todo era por la humana, suspiro con cansancio, cada pensamiento lo llevaba a ella, la humana, su media alma, su Chloe.
 
— Solo debería pasar mi lengua por tu herida y esta sanaría. — Chloe veía a Vito con los ojos tan abiertos que faltaba poco para que se le cayeran.
— Creo que la última vez que curaste una herida, no quedo solo en eso. —respondió en un susurro y sus mejillas adquirieron un color rojo tan fuerte que tanto Vito como Kek lamieron sus labios.
— No recuerdo que te quejaras, más bien pediste un poco más. — Chloe veía a ambos primos y se preguntaba qué haría con ese par.
— Bien, dejen de recordar su encuentro por un momento y permíteme curar tu corte.
— ¿Tú sabes que Vito y yo…? — la voz de la humana era tan aguda que los oídos de Kek dolieron por un momento.
— Huelo tu esencia humana, puedo deducir por lo que dicen que está pasando por tu mente ahora. — los ojos de Kek se tornaron rojos y Chloe no lo resistió más.
— ¿Por qué cabían el color de sus ojos?, creí que era cuando se enojaban, pero ahora parece que te divierte molestarme. — bufo mientras tomaba asiento en el sofá.
— Es porque esta celoso, ya quisiera estar en mi lugar. — respondió con una sonrisa el vampiro mientras tomaba asiento en frente de Chloe.
—  Y lo estaré. — rebatió Kek y Chloe se trapico con su propia saliva.
— ¿Qué es eso de que soy de ustedes? — pregunto aun recordando la pequeña conversación del dormitorio. Kek tomo su brazo tan delicadamente que si Chloe no lo hubiera visto no se daría cuenta.
— Eres mi mate, mi compañera designada por la Diosa Luna, eres mía Chloe, tú me completas, eres la única que podría dominar a la bestia que hay en mí, mi lobo te seguirá como a la misma luna, mientras que mi lado humano solo se sentirá en paz teniéndote a mi lado, nací para ti mucho antes de que tu fueras concebida y tu naciste para mí, soy una parte de lo que necesitas, soy una de las partes que has buscado sin darte cuenta, los humanos lo llamarían amor verdadero, soy tu amor y tú eres el mío. — seriedad, honestidad y dulzura, todo eso había en la voz de Kek y en sus ojos.
 
Chloe no sentía nada debajo de su cabeza, su cerebro había apagado cada una de las funciones innecesarias en ese momento, solo la mente de la humana trabajaba, y su corazón, el mismo que latía tan fuerte que tuvo la necesidad de colocar su mano sana sobre el, por temor a que saliera de su pecho.
 
— ¿Una de las partes? ¿Cómo que eres una de mis partes? — dijo luego de unos minutos de silencio, Chloe era humana, ya se había equivocado una vez y eso solo la llevo a poner su vida en peligro, a ignorar cosas de un hombre que durmió a su lado por cinco años, no cometería el mismo error, por lo menos no su lado consciente y racional, ella abrió los ojos del alma ese día en que Asher casi la mato, y ahora solo buscaba comprender todo antes de dejarse llevar por emociones, aunque con Vito había fallado estrepitosamente.
— Eres especial Chloe, puede que solo seas una humana, pero hay tanto amor guardado en tu corazón y alma, que la Diosa te envió a más de un compañero para ti, sabía que solo uno no sería suficiente. — Kek había colocado una mano sobre el corte y mientras hablaba Chloe se maravilló al sentir un leve calor y acto seguido su herida estaba cerrada y de un color que hacía parecer que el corte lo había tenido desde hacía semanas y no minutos.
— Eres mi compañera Chloe, es por eso por lo que no puedes resistir nuestra atracción y aunque no te des cuenta ya me quieres, y cuando lo aceptes comenzaras a amarme, nuestro lazo es más fuerte que el que posees ahora con Kek, porque nuestras esencias se han mezclado… en más de una ocasión. No fue un sueño lo que sucedió en las tierras de Aysel, yo te hice mía y tú me hiciste tuyo, eres mi vida, mi pareja destinada, te lo he dicho desde que hablamos, solo vivo para complacerte, soy tu esclavo, si para Kek tu eres quien puede domar a su bestia, para mi eres quien le das sentido a mi existencia, quien hace latir mi corazón, ¿lo comprendes? Tú eres mi vida, y yo soy tu esclavo.
— Esto no es divertido, ¿Por qué están jugando conmigo? O es que su dichosa Diosa cree que soy una mujerzuela que … — Kek exploto frente a ella, el lobo no estaba feliz, estaba frustrado y dolido por como su luna se percibía, ellos no obedecían las leyes humanas, mucho menos se avergonzaban de sus compañeros, y si en un principio al lobo le molesto saber que un hijo del cazador crecía en su compañera, ahora no le importaba, ese pinchazo de rechazo, de renuencia que percibía en las palabras de su luna lo estaban atormentando, avanzo con dirección a Chloe.
— ¡Quieto! — la palabra solo salió de sus rosados labios, Kek tenía la altura de un caballo gigante, sus patas eran tan gruesas como la de los osos, sin embargo, a los ojos de Chloe era un enorme peluche. El lobo obedeció la orden de su compañera y bajo su cabeza a la altura de esta, para ver directo a sus ojos.
— Oh, por Dios, eres hermoso. — la humana siempre fue amante de los animales, le gustaban, pensaba que en los ojos de un animal uno puede ver su alma, ya que son seres sin maldad, sin egoísmo, leales, protectores, pero también porque tenía una fascinación con los lobos, desde que era una niña. Kek ronroneo en respuesta y Chloe no pudo evitar hundir sus manos en su pelaje.
— Eres el tercer lobo más grande que conozco. — las palabras de la humana provoco cierto recelo en los primos y mientras esta acariciaba una de las patas de aquel gigantesco lobo Kek volvió a ser humano, por lo que la mano de Chloe quedo sobre un pectoral del hombre lobo, quien estaba desnudo.
— ¿Cómo que tercero? — pregunto el lobo, pero Chloe solo veía su hombría al tiempo que su boca se abría con asombro y sus mejillas enrojecían.
— Me encanta cuando te calientas, hueles aún mejor. — el susurro de Vito en su oído la hizo pegar un salto al tiempo que cubría sus ojos.
— Maldición, deja de hacer eso Vito. — dijo con frustración, pero sus orejas brillaban en rojo.
— ¿Qué cosa mi vida? — respondió aun embobado y aspirando con fuerza el aroma de Chloe.
— Dejen de decirme si huelen mi… — se detuvo sin poder continuar con sus palabras.
— ¿Calentura? — dijo de forma divertida Kek, quitando la mano del rostro de su compañera, le gustaba ver su rostro, cada segundo que pasaba a su lado, más le gustaba la humana, ahora comprendía mejor a Vito.
— Deja de burlarte. — la humana se preguntaba si se acostumbraría a todo aquello, el lobo ya estaba vestido, y su ropa era muy distinta a la que llevaba antes.
— Lo siento, pero me gusta verte así, con los ojos brillosos, las mejillas rojas, y tu boca desando la mía. — Kek estaba invadiendo su espacio personal, tendría que alejarse, pero solo podía rogar porque se acercara un poco más, mientras Vito se pegaba a su espalda, estaba en medio de dos paredes, una fría y otra caliente, provocando que cada célula de su cuerpo despertara.
— La humana debe desayunar, dejen de jugar, el desayuno está servido. — las palabras de Dante eran ásperas, sus primos sabían que eran celos, lo estaban consiguiendo, su plan estaba en marcha.ano del rostro de su compañera, le gustaba ver su rostro, cada segundo que pasaba a su lado, más le gustaba la humana, ahora comprendía mejor a Vito.
— Deja de burlarte. — la humana se preguntaba si se acostumbraría a todo aquello, el lobo ya estaba vestido, y su ropa era muy distinta a la que llevaba antes.
— Lo siento, pero me gusta verte así, con los ojos brillosos, las mejillas rojas, y tu boca desando la mía. — Kek estaba invadiendo su espacio personal, tendría que alejarse, pero solo podía rogar porque se acercara un poco más, mientras Vito se pegaba a su espalda, estaba en medio de dos paredes, una fría y otra caliente, provocando que cada célula de su cuerpo despertara.
— La humana debe desayunar, dejen de jugar, el desayuno está servido. — las palabras de Dante eran ásperas, sus primos sabían que eran celos, lo estaban consiguiendo, su plan estaba en marcha.

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