22 Luna unica

1.3K 99 10
                                    

Los días pasaron, al igual que los años, Kalila creció aprendiendo a no enojarse, mucho menos a pelear sin importar que le dijeran los pequeños del pueblo, y es que aun con 5 años había ocasiones que su olor a pimienta despertara el lado salvaje de los habitantes, pero Kalila era solo una niña, ansiosa de tener amigos, en especial un vampiro de 8 años, Declan, la niña lo había visto un par de veces en el pueblo, le gustaba su cabello rubio y sus ojos azules brillantes, se podría decir que la pequeña humana sentía un pequeño enamoramiento por el niño vampiro.
Fue una tarde que Chloe la llevo al parque, donde vio a Declan con sus dos amigos, Tahiel un niño lobo un año menor que Declan y Ukara, un brujo de su misma edad, los tres a pesar de ser niños eran hábiles, Tahiel ya se podía transformar en lobo, y era muy grande cuando eso sucedía, no parecía un cachorro, mientras Ukara manejaba el aire, creaba remolinos que Declan esquivaba con gran facilidad.
 
— Hola. — dijo la pequeña a quien le faltaba un diente.
— La cazadora, con razón el asqueroso olor a pimienta. — protesto Tahiel, y es que su nariz picaba, Kalila se olfateo, pero para ella el olor a pimenta no era detectado, solo podía oler a su mamá y sus tres papás que se la pasaban todo el día llevándola en brazos o cargándola en su espalda.
— Mi papá Vito dice que soy una habichuela, deja de llamarme cazadora. — rebatió arrugando sus pequeños labios y dejando el labio inferior sobresalido, para Ukara el gesto le pareció divertido, Kalila era linda incluso cuando lloraba.
— ¿Sabes lo que es una habichuela? Porque yo sí y te aseguro que tú no te pareces a una, solo hueles a humana y cazadora, haces que mi nariz pique. — se quejó Tahiel, llamado la atención de Kalila, quien lo vio a los ojos y el lobo de Tahiel ronroneo, algo que nunca había hecho, pero el niño lo tomo como fascinación, y es que Kalila tenía unos ojos únicos, uno azul y otro marrón.
— Lo siento, si me dejan jugar prometo ponerme mucho perfume y así no te picara tu nariz. — la risa burlona de Declan no le gusto, mucho menos cuando vio sobre su hombro, tratando de ubicar a la luna Chloe, quien estaba a una gran distancia, hablando con las madres de los niños.
— Tu jamás jugaras con nosotros, eres muy débil, mi papá siempre dice que nos alejemos de ti, porque gracias a tu olor podemos hacerte daño sin querer y después los lideres nos mataran. — Kalila abrió sus ojos con espanto, ante esas palabras.
— Mis papá no harían eso, ellos no son malo... por favor Declan, ¿me dejas jugar con ustedes? — aun con apenas cinco años, Kalila podía saber que ese vampiro rubio era el líder.
— No, seguro y que te lastimamos y luego nos matan. — el pequeño vampiro giro y Kalila como toda niña, fue tras él y tomo su brazo.
— Por favor. — dijo viéndolo con el mismo rostro con el que siempre convencía a sus padres de llevarla a cazar animales, aunque ella solo observaba y se fascinaba con lo que veía. Declan se perdió por medio segundo en ese rostro, se veía como una hermosa muñeca, con esas dos coletas y el vestido rojo que lucía, "como una muñeca de las que colecciona mamá" pensó el rubio.
— Si quieres jugar con nosotros debes saber que no tendremos piedad, nos estamos entrenando para poder proteger a nuestras compañeras y crías de los cazadores. — Kalila lo veía con asombro y fascinación, él se oía como sus papás cuando hablaban de cuidar a su mamá y a ella, su habichuela, su cachorra.
— Prometo no llorar y dar lo mejor de mí. — Kalila solo tenía 5 años, era un aniña, que perteneciera a los cazadores, no era su culpa.
 
El juego de los niños comenzó bien, todos reían y Tahiel y Ukara cada segundo estaban más sorprendidos de como Kalila se movía y esquivaba cada golpe de Declan, algo que al pequeño vampiro no le estaba gustando, menos porque ya eran muchos niños que había a su alrededor, el rubio no tenía como saber que Kalila llevaba esa agilidad en sus genes.
 
— ¡Deja de burlarte de mí! — grito con furia cuando trato de saltar sobre ella, pero la niña solo dio dos paso de lado y Declan termino de cara al piso.
— No lo hago, también me preparo para proteger a mis cachorros cuando las tenga. — con asombro todos vieron como los ojos de Declan cambian a rojo, estaba despertando su lado vampiro al cien por ciento, aun siendo un pequeño de 8 años.
— ¡Tu no tendrás cachorros! eres una humana, te prohíbo tener cachorros. — Kalila dejo caer su cabeza a un lado no comprendía lo que Declan le decía. — ¿Y sabes qué? Ya me cansé, ya no seremos tus amigos.
— Pero a mí me gusta Kalila. — dijo Ukara quien tenía la misma edad que Kalila e iban juntos al kínder.
— Déjala que se una a nosotros Declan, desde que está con nosotros ya no huele a pimienta. — Tahiel le sonrió a Kalila y la pequeña le respondió, terminando de despertar la furia del vampiro.
— Si quieres jugar con nosotros deberás vencerme, hasta que no sangre, tu no serás de los nuestros. — Kalila lo vio sorprendida, Declan era un vampiro, y sabía muy bien por su padre Vito que casi nada los podía hacer sangrar, sin embargo, ella solo quería amigos.
— De acuerdo.
 
Declan la vio con odio, pensó que la niña se daría por vencida, a él le gustaba ser el líder y sabía que si Kalila se unía a su grupo todo cambiaria y por alguna razón no la quería cerca de ningún otro niño, su pequeña mente tomo aquello como un verdadero desafío, a él, Declan, un vampiro puro, que venía de un linaje de guerreros, no podía dar marcha atrás, fue por eso que comenzó a cazarla, cada golpe que daba iba aumentando su fuerza y velocidad, aun así no podía darle ninguno a la pequeña Kalila, se movía como un humano, saltaba como uno, sin embargo este ser sobre natural no podía atinar en su pequeño cuerpo ni un solo golpe. Mientras que Kalila estaba sorprendida de lo que sus ojos le mostraban, pequeños puntos en el cuerpo del vampiro, algunos brillantes, otros más oscuros, no sabía que ese era su poder como cazadora, no tenía como saber que su habilidad radicaba en ver los puntos débiles de sus contrincantes, ambos niños habían despertados sus lados salvajes, en Kalila, su lado cazador y en Declan el depredador, de pronto Declan salto, demasiado alto para Kalila, quien solo pudo ver su trayectoria, que terminó detrás de ella y tomándola del cuello.
 
— Ríndete, jamás serás como nosotros.
— Solo quiero jugar.
 
Estaba enojada, estaba furiosa porque ese estúpido vampiro rubio solo se había burlado de ella, ya que nada podía hacer sangrar a un vampiro, con ese pensamiento se obligó a agacharse aun con Declan es su espalda, y por la fuerza que la pequeña humana empleo el niño cayó hacia adelante, fue entonces donde Kalila vio su cuello brillar, sin ser consciente de su fuerza, y mucho menos de lo que el brillo casi segador marcaba, la niña golpeo su cuello y con espanto vio como Declan escupía sangre.
 
— ¡Kalila! — el grito de su padre Vito la hizo pegar un brinco, se veía furioso.
— Papá...
— ¡¿Que has hecho?! — intervino con temor Chloe.
— Lo llevare a hospital, no puede respirar, aplasto una arteria, puede morir. — Vito era vampiro, comprendía la anatomía de su especie y sabía que los niños eran frágiles, no tanto como los humanos en general, pero aun así podían morir si no eran tratados.
 
Kalila observo como todos los niños la veían con miedo y odio, mientras su madre la veía con preocupación y miedo, eso fue lo que la termino de quebrar, ver el mido con el que su madre la vía. Comenzó a correr tan rápido como pudo, aunque solo era una humana, pudo llegar al bosque, ya que su madre estaba demasiado ocupada tratando de tranquilizar a todos y pidiendo disculpas por lo que la pequeña había hecho.
 
— Hola, cariño. — dijo una voz masculina saliendo detrás de un árbol.
— Hola. — susurro la niña limpiando sus ojos.
— Eres hermosa Kiriko. — le dijo mientras caminaba un paso más cerca de la niña.
— ¿Kiriko?
— Ese es tu nombre Kiriko, significa regalo de la niebla.
— No, mi nombre es Kalila y significa la más querida. — la peligra dejo de llorar y sonrió, al creer ingenuamente que ese señor se hubiera equivocado de niña.
— Ese es el nombre que te dio Chloe, pero la verdad es que te llamas Kiriko, así lo quise yo, tu padre. — Chloe sabía lo que era vivir en una mentira, ella había vivido en una toda su vida, por lo que desde que su hija comenzó a cuestionar y preguntar porque no se parecía a ninguno de sus tres papás Chloe, le fue honesta.
— ¿Tu eres Asher? — la sorpresa se vio reflejada en el rostro del cazador.
— ¿Sabes mi nombre? ¿sabes que eres mi hija? — pregunto incrédulo.
— Mi mami, me habla de ti, dice que me quieres, que no me harías daño, pero que por el momento no es bueno que trate contigo porque eres un cazador, que cuando sea más grande ella me lo explicara.
— Tu mamá dice la verdad, no te hare daño, eres mi hija, estas destinada a hacer grandes cosas, solo se equivoca en creer que estarás mejor en este lugar, con esos seres asquerosos...
— ¡No son asquerosos!
— Lo son Kiriko, no te dejes engañar, tarde o temprano ellos te lastimaran, debes entrenar y matarlos, en especial a esos tres seres asquerosos que viven con tu madre. — Kalila dio un paso atrás, no le gustaba su papá humano, ella comprendía que los cazadores eran enemigos de los seres sobre naturales, pero, aun así, jamás Dante, Vito o Kek, hablaron mal de Asher, incluso ella los escuchaba hablar en secreto, de cómo repeler los ataques de los cazadores y tratar de no matar a Asher por error, ya que no podrían causarle daño al padre biológico de su habichuela, pues les gustara o no gracias a Asher, Chloe y habichuela habían llegado a ellos. Fue entonces que pensó ¿cuál sería el punto débil del cazador?, y como si de magia se tratara, en medio del pecho de su padre Kalila se vio reflejada, ella era su punto débil.
— Ellos me cuidan, y cuidan a mamá, tienen miedo de que los cazadores nos separen, porque ellos morirán de tristeza y yo también, siempre me compran golosinas y no dejan que ningún niño me moleste, me llevan al parque, me enseñan a escribir... todo lo que tu no haces por estar matando a seres que no te hacen nada. — los ojos de su hija se llenaban de lagrima con cada palabra que decía, era el peor castigo para Asher, su peor tortura.
— Soy un cazador hija. — dijo con voz temblorosa el mayor.
— Yo también, pero aun así no matare por diversión. — y cuando pronuncio aquellas palabras la niña se dio cuenta del error que había cometido en el parque. Un rugido impresionante movió las copas de los árboles, mientras el cielo se iluminaba. — Mis papás están asustados, me están buscando. — Asher no planeo enamorarse, solo necesitaba un descendiente, pero los años al lado de Chloe fueron muchos, y su corazón débil, peor aún, veía a Kalila como la única prueba de que Chloe lo amo tanto como él la amaba.
— Prometo volver cuando seas mayor, entonces veras que lo mejor que puede hacer es partir con tu gente y no vivir entre monstruos, te quiero Kiriko.
— Te quiero papá Asher.
 
El cazador tenía todo organizado, había encontrado un hechizo con el cual bloquear las premoniciones de Kek, y lo uso sin pensarlo, dejo al lobo bajo un conjuro que no le permitiría ver el futuro de su hija, ni a corto o largo plazo, podían atacar el pueblo cunado ellos quisieran, sin embargo, esas cuatro palabras de su hija, lo desarmaron por completo, Kalila había dado en el punto débil de cazador, ella misma y su amor, Asher hizo retroceder a su gente y la niña vio con asombro cuantas personas había a su alrededor escondidos entre los árboles, si ella no hubiera encontrado a su padre ese día... muchos hubieran muerto.
 
— ¡Kalila! — Vito fue el primero en llegar a su lado y tomarla en sus brazos, seguido del lobo de Kek, quien había derribado dos árboles en su camino, mientras Dante se materializa a su lado, aun preguntándose, ¿Por qué no había podido retroceder el tiempo? si nadie había sido reclamado. Lo que el brujo no sabía, era que Kalila con un par de palabras había reclamado el corazón de Asher.
— Vito. — dijo en un susurro la niña y el vampiro casi se muere de dolor.
— Mi habichuela, ¿Qué te duele? ¿Qué te hice? — pregunto sin demora, pues el brillo en los ojos de su habichuela le dejaban claro que estaba dolida con el vampiro.
— ¿Ya no me quieres más? Por eso me viste de esa forma... — a cada palabra que Kalila decía el nudo en su pequeña garganta se hacía más grande.
— No digas eso Kalila, por la diosa, jamás dejare de quererte, eres mi pequeña habichuela. — un gruñido se oyó acompañado de la mirada enojada de Dante. — Nuestra habichuela. — se retractó de inmediato el vampiro, pues ya estaba en un problema grande con su niña, como para sumar el enojo de sus primos.
— Entonces ¿por qué me viste de esa forma? te juro por la diosa luna que no quise lastimar a Declan por diversión, no soy una cazadora mala, solo estábamos jugando. — Kalila lloraba a mares, no era un berrinche, era pena y dolor, por que en el fondo sabia que por su culpa ese vampiro que a sus ojos era hermoso estaba herido.
— Mi hermosa Kalila, la más querida del mundo, perdón por verte de esa forma, no estaba enojado contigo, estaba furioso con Kek por no a ver visto algo tan grave como que tu estabas en peligro, si ese mocoso te hubiera lastimado yo mismo lo hubiera matado, y a su familia y a...
— Tranquilo Vito, ya entendimos. — Dante toco el hombro de su primo al ver la cara de pánico de Kalila.
— Declan no quiso lastimarme papá Vito, en verdad, solo estábamos jugando y... — por alguna razón Kalila no quería decir que su poder de cazador había despertado, podría ser el instinto de supervivencia o miedo, fuera lo que fuera no lo diría, tampoco que había visto a su padre Asher. — Solo paso. — terminó diciendo y se sorprendió que ninguno de sus papás pudiera oler que mentía, aunque no tenía como saber que Asher estaba escondido aun en la copa de un árbol, dejando un poco de su don en su hija, el poder del engaño, esa era la habilidad de Asher y ahora se la cedía a su hija, para marcharse ya que había visto de primera mano cómo esos tres hombres amaban y cuidaban a su Kiriko, aunque eso no quería decir que no regresaría por ella en unos años.
 
El tiempo continúo pasando y Kalila cada día los sorprendía más.
 
— ¡Papá Vito llego! — grito la pelinegra de 10 años, asombrando a Chloe de que la pequeña pudiera oler a sus padres tan bien como lo haría un hombre lobo, Aysel, quien los visitaba una vez al año en época de reclamos, le había dicho que podía ser el poder que poseía la joven, aunque Kalila ya había comprendido muy bien cuál era su poder, y ese no era su buena memoria, ni su super olfato, o la habilidad que tenía para engañar a sus padres, solo a ellos, ya que Chloe si se daba cuenta cuando mentía, Kalila estaba convencida que su poder era ver el punto débil de todo ser, más aún cuando se enojaba, por lo que comenzó a reprimir cada vez más su enojo, solo comenzó a aceptar todo lo que los demás le hacían, bueno o malo.
— Hola pequeña habichuela.
— No soy una habichuela, ya soy grande. — se quejó la joven a la cual sus compañeros de colegio molestaban cada vez que Vito la llamaba de ese modo.
— Nada de eso Kalila, tú eres una niña, una muy pequeñe, la más querida de este hogar y no nos puedes dejar. — el nerviosismo de Dante tenía una razón, cada día que Kalila crecía era un día menos que ellos estarían con la pequeña.
— Dante, sabes que hay cosas que no se pueden evitar. — lo regaño Chloe.
 
Y así fue, las cosas no se podían evitar tampoco aplazar por más tiempo, Aysel había dictaminado días para hacer reclamos, pero también que estos debían hacerse a los 21 años, y todo para que sus descendientes estuvieran más tiempo con Kalila, pero Nuriel no era hijo de la luna, él era el primogénito del dios sol y fue por ello por lo que un día llego.
Kalila se había escapado del instituto, no era grato que todos se taparan la nariz cuando ella pasaba por su lado, pero no lo podía controlar, desde que su primer periodo irrumpió en su vida, su aroma estaba fuera de control y por más que deseaba ocultarlo, no podía. Fue por eso que dos semanas después de que su periodo terminará y el olor a pimienta incremento cuando estaba por llegar al colegio, opto por perder la tarde en uno de los tantos claros que habían a mitad de camino de su hogar y el instituto, estaba recostada sobre la hierba, con una mano extendida tapando el sol, pero aun así disfrutando del color rojo que se traslucía en su mano por su piel blanca y producto de la sangre que circulaba por esa extremidad, sin percatarse que un hombre con piel oliva, de cabello rojo y largo la observaba, con suma atención.
 
— Una joven tan hermosa no debería estar sola. — su voz era profunda, provocando que el corazón de Kalila quien tenía 16 años se acelerara, pero no por miedo.
— Soy una cazadora, yo que tu sigo mi camino, nadie se atreve a molestarme. — sabía que no era nadie del pueblo, ya que todos se alejaban de ella por apestar, o en su defecto la molestaban, pero ninguno de los que la atormentaban poseían semejante voz, por lo que opto por asustar a quien sea que quisiera interrumpir su tranquilidad.
— Eso está muy pero muy bien, que nadie se atreva a molestar a mi destino. — Kalila salto como resorte, quedando sentada dándole la espalda a quien le estaba hablando, solo podía ver la gran sombra de ese hombre, algo que no le cuadraba, ya que casi era medio día.
— ¿Tu destino? — sus padres habían optado por decirle que un día alguien llegaría a reclamarla un hombre, que ya tenía un destinado, pero nunca dijeron de quien se trataba, no era seguro que alguien supiera que el destino de Kalila era el primogénito del dios sol, un Fénix.
— Mírame mi fuego eterno, mi destino no es una cobarde, ponte de pie y ve a tu compañero. — la furia creció en la joven, si bien era frecuente que algunos idiotas la molestaran, sus padres la trataban con amor, cariño y devoción, como si fuera lo más importante del mundo, cumpliendo cada capricho de la joven y ahora estaba su "compañero" ordenándole como debía comportarse, el olor a pimienta se hizo más fuerte, casi enloqueciendo a Nuriel.
— Escúchame pedazo de nada, que se la última vez que me dices como puedo comportarme, soy la habichuela de Vito, la cachorra de Kek, la hija de Dante y la primogénita de la luna única Chloe, y tu... intento de destino no me vendrás a... — las palabras se le aferraron a la garganta, cuando al fin se puso de pie y se dio vuelta para enfrentar a su compañero, un gigante de más de dos metros, lleno de músculos, con un bronceado perfecto, ojos que parecían brazas, cabello que se asemejaban a las llamas. — Mierda creo que... — las mejillas de la joven enrojecieron, tanto como el cabello de Nuriel, quien aspiro fuerte y sonrió de medio lado.
— Te mojaste solo por verme. — terminó diciendo y Kalila quería golpearlo.
— Y a ti se te puso dura de solo verme. — rebatió igual de altanera al ver como sobresalía la erección de Nuriel, levantando una tienda de acampar perfecta en el pantalón que llevaba.
— Y no sabes cuan dura esta. — ronroneo el mayor.
 
Nuriel no pensaba sonrojarse, mucho menos apenarse, solo podía desearla, su aroma era fuerte, lo estaba llamando, estaba ovulando, ya era una mujer lista para ser tomada, de un gran paso ya estaba frente a ella, sus grandes manos se aferraron a su cadera y la levanto provocando que Kalila se aferrara a sus gruesos antebrazos, sintiendo la corriente recorrerla por completo.
 
— Mi querida Kalila, tu fénix está aquí.
 
Fue todo lo que Nuriel dijo antes de tomar sus labios, su primer beso, ella estaba dando su primer beso, pero sentía que eso no era suficiente, quería más, estaba ardiendo y de pronto se dio cuenta que una esfera de fuego los rodeaba, estaba dispuesta a arder con su fénix, pero entonces un rayo los separo, arrojando a Kalila a los fríos brazos de Vito, mientras que el gran lobo de Kek lanzaba mordidas tratando de llegar al cuello de Nuriel.
 
— Basta, ¡no! Papá déjalo, por favor. — Kek ignoraba a todo el mundo cuando su lobo atacaba, solo su luna podía controlarlo, pero ese día descubrieron que ni siquiera su lobo podía resistir a las lágrimas de su cachorra, Kek gimoteo y troto hasta llegar a su niña, que ya no era tan niña.
— ¿Cómo te atreves a interferir entre mi destino y yo? ¡Hoy morirás Alpha! — el fuego cubría al completo el cuerpo de fénix, pero no pudo dar ni un paso, cuando Chloe llego al lugar.
— Detente Nuriel, esto lo soluciono yo. — la voz furiosa de Chloe hizo que el gran Fénix volviera a ser humano, o casi.
— Humana, que tus compañeros...
— ¡Que te calles Fénix! Porque tú también estas rompiendo tu palabra. — Kalila estaba pálida, su madre nunca había lucido tan enojada.
— Pero...
— Te pedí 21 años, y recién van 16, ¿crees que no sé qué del momento que la reclames la perderé? Y no, no te estoy culpando, es el destino, ella te pertenecerá y tú a ella, pero ¿y nosotros? — los ojos de Chloe estaban rojos, sus lágrimas caían y su hija se liberó de Vito para correr a su lado y abrazarla.
— Yo no te dejare mamá. — dijo con voz rota, ya que también estaba llorando.
— Lo harás mi pequeña Kalila, sé que vendrás a vernos, pero ya no vivirás con nosotros, ya nada será lo mismo, no queremos separarte de Nuriel... ¿verdad? — pregunto de forma amenazante a sus compañeros y estos solo se vieron los pies. — ¡¿verdad que no los separaremos?! — pregunto ahora sin lágrimas, pero si con una mirada asesina.
— Claro que no mi luna. — se apresuró a decir Kek, quien había regresado a su forma humana.
— Jamás haríamos tal cosa mi vida. — Vito le sonreía como un niño bueno.
— No podríamos hacerlo, aunque quisiéramos. —murmuró lo último Dante, pero Chloe lo escucho.
— Oh mi brujo, estas en un gran problema. — el peli blanco trago grueso, pero ya no dijo nada, su luna tenía una forma muy peculiar de castigarlos.
— Solo te pedí 21 años Nuriel. – el fénix suspiro derrotado, aun no había fijado sus ojos en los de Kalila, solo había visto su figura, sus pequeñas manos, sus grandes curvas, por lo que aun podía marcharse.
— Tratare de regresar en 5 años, pero no te prometo mucho, su aroma me llama, será mejor que la cuiden, que no esté sola, ya saben que, si algo le sucede, acabaré con todos y cuando digo todos, no es solo esté pueblo. mi hermoso fuego eterno, prometo arder y renacer solo por ti.
_ Nuriel... prometo vivir solo por ti.
 
El corazón de Chloe se aceleró con miedo, ella aun recordaba lo que Yunuen había visto del futuro de su hija, ella acabaría con todos los hijos de la luna, pero ¿sería realmente ella o su compañero por que algo le sucediera a Kalila?
 
— Regresare por ti amor, por ahora, ve el sol y piensa en mí. — Kalila lo vio convertirse en fuego y suspiro, se veía tan imponente, tan único y era de ella.
— Estas en un gran problema. — las palabras de su madre la hicieron temblar, pero se relajó cuando vio que estaba viendo a Dante. — Y tu jovencita...
— No fue mi culpa, solo paso, él apareció y yo lo vi y es tan grande... — Kalila dejo salir un suspiro y sus padre hicieron una mueca, solo entonces se dio cuenta que estaba oliendo a pimienta otra vez.
— Será mejor que le pida a Novalie que te haga una pulsera para cubrir tu aroma, sería una pena que la próxima vez ponga a prueba la capacidad de tu Fénix con el poder de chancla. — Kalila sonrió a la complicidad que su madre le brindaba y así regresaron a casa.
 
El tiempo continuo en calma o así lo creyeron todos, ya que para Kalila la historia era muy diferente, aun así la joven no decía nada, siempre mostraba una sonrisa a sus padres, siendo de este modo el sol de los descendientes de la luna, aunque  su vida se asemejaba más a una oscura noche sin luna ni estrellas, nadie tenía como saber lo que le sucedía, ya que gracias al hechizo de Asher, Kek nunca más pudo ver la suerte de la joven, y Kalila les mentía con descaro al decir lo feliz que era, esta joven era muy consiente de lo que sus padres harían si supieran todo lo que Declan y sus dos amigos la hacían sufrir.
 
— Nuestra hermosa Luna. — ronroneo Kek al tiempo que terminaba de quitar la ropa interior de Chloe.
— Nuestra preciosa humana. — susurro sobre su oído Dante, mientras sus manos acariciaban el tatuaje que adornaba la espalda de su compañera.
— Nuestra Chloe, tan perfecta y única. — dijo Vito con ojos rojos al tiempo que lamia sus labios con anticipación.
— Esperen. — pidió la humana en un susurro mientras su cuerpo temblaba por completo del mismo deseo que sentía al ver a sus compañeros desnudos.
— ¿Que sucede amor? — automáticamente los ojos de Vito tomaron su color habitual.
— ¿Te encuentras bien amor? — Dante la giro para poder ver su rostro, recibiendo un gruñido por parte del lobo.
— ¿Que necesitas amor? — la pregunta de Kek, fue la correcta, ella necesitaba algo.
— Yo... quería preguntarles... solo saber... si no quieren no abra ningún problema y lo comprenderé... solo es curiosidad... bueno quizás sea más que nada que Chloe ya esta terminando el instituto y...  — Kek olía anhelo emanando del cuerpo de su compañera, Dante distinguía la pena, cuando Chloe nombro a su hija y Vito sintió la necesidad y miedo que la recorrían evitando que formulara la pregunta que quería decir desde el fondo de su corazón.
— Quieres un bebé. — hablaron los tres al mismo tiempo interrumpiendo las divagaciones de su compañera.
— Solo si ustedes... — Chloe no termino de hablar, no pudo, ya que Kek de un movimiento rompió la pulsera que Yunuen les había dado 18 años atrás para evitar que la humana se embarazara, mientras Dante la tomo en brazos y la llevo a la cama, donde un muy dispuesto Vito la esperaba.
— Mi vida, no sabes lo feliz que estoy de colocar una pequeña nevera en el cuarto, porque te puedo asegurar que de aquí no sales hasta que nuestro hijo este en tu vientre.
— ¡SI! — grito de la misma felicidad, provocando que sus tres compañeros rieran, pero rápidamente todo tomo otro rumbo, uno mas pasional, aunque igual de divertido.
 
Chloe era una humana, común y corriente, que se encontró con un cazador, que la engatuso y la engaño, sin saber que sería él quien quedara ardiendo en el dolor de la perdida y el olvido, pues aunque hubieran pasado 18 años, Asher aun asechaba bajo la protección de las sombras del bosque a su hija, con el anhelo de un día al fin tenerla a su lado,  mientras Chloe estaba congelada en el tiempo, aun con un rostro tan joven como el que poseía Kalila, viviendo feliz al lado de sus tres compañeros, generando así la leyenda de la luna única, una simple humana, dolida y traicionada, que tras a ver perdido todo, se aferró a su hija para seguir adelante y luego, se unió a sus compañeros, lo único que quedaba por hacer era rezar a la diosa luna y el dios sol para que el destino de su hija cambiara.
 
                                                                      FIN
 
La historia de Chloe como protagonista a llegado a su fin, pero, así como supimos un poco más de la vida de Aysel, como la luna y sus hijos en esta historia, también sabremos que más pasa en la vida de Chloe cuando la leyenda de Kalila, comience.
Gracias por acompañarme en esta hermosa saga, mundo mágico, recuerden que el primer libro es Aysel, como la luna, esta disponible en Booknet,  el segundo es Nuestra Chloe, y el ultimo es Kalila, Eclipse de luna, que está siendo publicado en Booknet. Autora Cristina Lopez.
 
 

Nuestra CloeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora