Kuromaya

Familia Tendo(2)

Siempre me tendrás
______________________________________
"¡Mamá! ¡Mamá! ¡Despierta!" Un espíritu alegre y enérgico llamado desde la tierra de los despiertos. Maya se movió y abrió un ojo para ver a María saltando sobre la cama sin ninguna preocupación en el mundo. Ella sonrió y se rió entre dientes una vez que escuchó a Claudine gemir desde su lado de la cama.

"Buenos días patito." Maya dice con un bostezo, sentándose para darle un abrazo a la niña más joven. María rápidamente se unió a Maya y se rió alegremente.

"¡Mamá! ¿Podemos ir a hacer algo divertido hoy?" María preguntó con un brillo esperanzado en sus ojos. Maya sonrió y miró a su esposa de espaldas a ellos.

"Me encantaría, pero ¿qué tiene que decir tu mamá a todo esto?" Maya cuestionó, apuntando al lío de rizos rubios junto a ella.

"Haz lo que quieras, yo me quedo aquí en la cama". Llegó una voz apagada y gruñona. La sonrisa de Maya se ensanchó cuando ella y María se miraron y se rieron.

"Alguien no consiguió su sueño reparador". Maya susurró, plenamente consciente de que Claudine definitivamente podía oírla. María rió. Claudine refunfuñó.

"¿Por qué no vas a buscar tu cisne y enciendes la televisión, patito? Saldré pronto para empezar a desayunar".

Con esto María asiente emocionada y salta de la cama, corriendo hacia la puerta para hacer precisamente lo que Maya le propone. Una vez que María cerró la puerta, Maya se inclinó a su lado y se apretó contra Claudine suavemente, susurrándole al oído: "Ma Claudine".

Claudine tarareó, una drástica diferencia con las quejas de antes. La rubia rodó sobre su espalda para que Maya ahora pueda mirar a su esposa completamente. Claramente todavía está en una neblina somnolienta, pero su media sonrisa y sus párpados caídos traen una cantidad indescriptible de aleteo en el pecho de Maya.

"Buenos días ma cherie." Dijo Maya, inclinándose para darle un beso en la mejilla a Claudine. La rubia tarareó feliz antes de agarrar el cuello de la camisa de Maya y bajarla para darle un beso profundo, esta vez donde ambos lo disfrutaron más. Cuando se separaron, Claudine suspiró y se acurrucó contra el pecho de Maya.

"¿No podemos quedarnos en la cama hoy? ¿Debemos salir?"

Maya tararea distraídamente, "No me encantaría nada más, pero parece que María tiene otros planes para nuestro día libre". Maya sonríe para sí misma. "Además, si te dejara aquí solo, no estarías en 5 minutos sin perseguirme".

Esto hizo que el agarre de su camisa se apretara, "¿Quieres apostar? Siempre estoy dispuesta a golpearte Tendo Maya".

"Oh, soy plenamente consciente de mi amor". Maya susurra antes de empujar a Claudine a su espalda y rodar sobre ella. Ella comienza su asalto de besos salpimentados por todo el rostro de Claudine y en cualquier lugar que considere necesario. Claudine había estallado en un ataque de risa, lo cual era extraño para la chica, pero no era desagradable. No, Maya disfrutó de momentos como estos en los que Claudine se sentía tan libre como se sentía el corazón de Maya.

Maya siempre había estado abrumada por el nombre Tendo, presionada para ser absolutamente perfecta, ni un pelo fuera de lugar. Asistió a lo mejor de todos los niveles de la escuela, comenzando y terminando entre los mejores de su clase en todos ellos. Y ni una sola vez consideró que haría los amigos.

Karen, Hikari, Mahiru, Nana, Junna, Futaba y Kaoruko. Todos eran maravillosos y se habían mantenido en contacto con ella a lo largo de los años. A menudo se reunían en pequeñas reuniones para hablar sobre cómo eran las cosas, ya que todos vivían en algún lugar de Japón. Proporcionaron el apoyo que Maya necesitaba para darse cuenta de que no tenía que estar sola en la cima. Que el cielo era lo suficientemente grande como para que otra estrella brillara junto a ella. Irradiar tan brillantemente como ella.