𝟐𝟐 𝐩𝐚𝐫𝐭𝐞𝐬 𝐝𝐞𝐥 𝐜𝐮𝐞𝐫𝐩𝐨 𝐩𝐚𝐫𝐚 𝐛𝐞𝐬𝐚𝐫 | Los besos dan alegría, amor y calidez. No solo se pueden dar besos en los labios o en las mejillas, también se puede hacer este hermoso acto en más partes del cuerpo.
¿No sabes dónde? ¡Yoo...
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¿Se suponía que los chicos tengas muslos grandes? a Jimin le habían dicho que no.
Al terminar su etapa de niñez, justo cuando su adolescencia comenzó, sus muslos comenzaron a agrandarse. Todos creyeron que tal vez estaba engordando, inclusive él lo estaba pensando así que comenzó a hacer ejercicio, a hacer diferentes dietas y nada parecía funcionar. Intentó varias cosas y sus muslos seguían viéndose igual de grandes, incluso hasta más con la cantidad de musculo que Jimin había adquirido por sus ejercicios anteriores.
Su familia le introdujo en su cabeza que un hombre con muslos de mujer no estaba bien, que debía de hacer algo para que nadie más se fijase en ello.
Entonces compró centenares de pantalones anchos, como de tres tallas más grandes, cubriendo a la perfección sus contorneadas piernas.
La primera vez que decidió que no quería ocultarse más fué al rededor de sus diecisiete años. Su curso fué a una excursión, una en un lugar realmente caluroso y no se podía imaginar a sí mismo con sus amplios pantalones quemandole la piel.
La reacción de sus compañeros no hizo de esperarse, todos se quedaban viendo sus piernas y Jimin no pudo evitar sentirse incómodo, pero, cuando una de las chicas se le acercó y le dijo "¡hey! tus piernas son hermosas" sin duda calmó todo el revoltijo de emociones y sensaciones.
Recibió varios cumplidos como también palabras que en su opinión no eran de su agrado. Algunas veces lo llegaron a confundir con una chica cuando estaba de espaldas, los comentarios sucios tampoco fueron evitables, de estos últimos eran de los que más recibía el chico.
Varios de sus compañeros e incluso profesores llegaron a insinuarsele solamente por tener "muslos y trasero gordo".
Jimin se sintió asqueado y volvió a ocultarse.
Dese aquel insidente no volvió a usar algún tipo de pantalón pegado a su piel o shorts cortos que hagan visible el inexistente agujero que había en entre sus muslos al pararse.
— Yoongi.
— ¿Sí?
— Yo... estoy listo.
Jimin conoció a Yoongi en su último año de universidad, no sabía por qué no lo había visto antes pero sin duda fué un verdadero flechazo en su corazón. Para ese entonces, Jimin ya vivía solo, sus padres se enteraron de su probable homosexualidad y lo echaron de casa. Yoongi era igual un chico independiente aunque lo de él fué por idea propia, se sintió capaz de cuidar de si mismo una vez cumplió la mayoría de edad.
— ¿Estás seguro? — Yoongi dejó su teléfono en la mesita de noche, del lado derecho de la cama en donde estaba recostado con la espalda en el respaldo.
— Sí — dijo firme, si titubeaba no sonaría seguro.
Yoongi y Jimin se conocieron por casualidad y entre ellos se cultivó una bonita amistad que al final floreció como amor. Ambos vivían en el departamento de Yoongi, era mucho más espacioso para ambos.
