— ¡Claro que conozco a esa mocosa insolente!
Haruchiyo jamás se detuvo ante la curiosidad e incluso llegó a la secundaria de los Haitani en donde interrogaba a la directora.
— Sé que la expulsó a ella y a los Haitani, ¿por qué? — inquirió el menor.
— Niño, ¿no eres muy joven?
— Ah, ya entendí. Seguro la amenazó con algo — dedujo Haruchiyo.
— Tsk, ¿qué quieres?
— Saber en qué escuela está ahora, no encontré registros por ningún lado solo los que me trajeron hasta aquí — sonrió.
— No puedo decirte eso, niño.
— Por su actitud puedo saber que tipo de persona es, y no es alguien agradable — habló con seguridad —. Ahora dígame, ¿en qué preparatoria están? — murmuró firmemente.
— Bien, ¿que me darás a cambio?
— Nada, solo le estoy preguntando por una escuela, no cierro un trato con usted además de que soy menor de edad...
— ¡Joder, bien! Ellos estudian actualmente en la academia Fujimori de Tokio.
— No era difícil, ¿o sí? Gracias por su ayuda, señorita, ¡Ojalá jamás la vea de nuevo!
***
— ¿Qué quieres, niñito?
— Ya tengo 15.
— Te pregunté, ¿que quieres?
Apenas supo el nombre de la escuela, se apresuró a ir pero para su sorpresa, era una escuela prestigiosa, con guardias afuera y un plantel enorme. Haruchiyo no se daría por vencido tan fácil.
— Vengo a inscribirme — mintió.
— ¿Tú solo?
— Ya le dije que tengo 15, soy muy capaz de hacer y revisar mi papeleo, eso piensan mis padres — respondió fingiendo tristeza.
— Bien, pero el director se va a las cuatro, tienes media hora y nada más.
— Entiendo, no tardaré mucho.
Haruchiyo se adentró en aquella hermosa escuela y se sorprendió al ver el interior, era una escuela para gente con dinero.
Claro, los Haitani vienen de Roppongi un lugar con dinero. Por eso su ropa siempre es de marca y juraba haber visto a Ran con una pulsera de oro.
Con paso veloz, fue hasta la oficina del director y toco tres veces la puerta, para ser exactos.
— ¡Pase!
— Buenas tardes, profesor.
— ¿Vienes a inscribirte? Hagamos esto rápido...
— De hecho no vengo a inscribirme, vengo a preguntar acerca de alguien — interrumpió.
— Jovencito, me haces perder mi tiempo...
— Será rápido, lo juro — Haruchiyo insistió.
— Rápido, di lo que tengas que decir.
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Moto compartida ;; Ran & Rindou Haitani
FanfictionPertenecer a una pandilla ya era difícil, los escándalos de un poliamor era peor, pero... Todos se podían ir al carajo, ella era feliz con esos trituradores de huesos. Al final del día, ¿que motocicleta elegiría?, ¿por qué mejor no compartían? la ch...