7. El chico que caminaba sobre la verdad

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— ¡Claro que conozco a esa mocosa insolente!

Haruchiyo jamás se detuvo ante la curiosidad e incluso llegó a la secundaria de los Haitani en donde interrogaba a la directora.

— Sé que la expulsó a ella y a los Haitani, ¿por qué? — inquirió el menor.

— Niño, ¿no eres muy joven?

— Ah, ya entendí. Seguro la amenazó con algo — dedujo Haruchiyo.

— Tsk, ¿qué quieres?

— Saber en qué escuela está ahora, no encontré registros por ningún lado solo los que me trajeron hasta aquí — sonrió.

— No puedo decirte eso, niño.

— Por su actitud puedo saber que tipo de persona es, y no es alguien agradable — habló con seguridad —. Ahora dígame, ¿en qué preparatoria están? — murmuró firmemente.

— Bien, ¿que me darás a cambio?

— Nada, solo le estoy preguntando por una escuela, no cierro un trato con usted además de que soy menor de edad...

— ¡Joder, bien! Ellos estudian actualmente en la academia Fujimori de Tokio.

— No era difícil, ¿o sí? Gracias por su ayuda, señorita, ¡Ojalá jamás la vea de nuevo!

***

— ¿Qué quieres, niñito?

— Ya tengo 15.

— Te pregunté, ¿que quieres?

Apenas supo el nombre de la escuela, se apresuró a ir pero para su sorpresa, era una escuela prestigiosa, con guardias afuera y un plantel enorme. Haruchiyo no se daría por vencido tan fácil.

— Vengo a inscribirme — mintió.

— ¿Tú solo?

— Ya le dije que tengo 15, soy muy capaz de hacer y revisar mi papeleo, eso piensan mis padres — respondió fingiendo tristeza.

— Bien, pero el director se va a las cuatro, tienes media hora y nada más.

— Entiendo, no tardaré mucho.

Haruchiyo se adentró en aquella hermosa escuela y se sorprendió al ver el interior, era una escuela para gente con dinero.

Claro, los Haitani vienen de Roppongi un lugar con dinero. Por eso su ropa siempre es de marca y juraba haber visto a Ran con una pulsera de oro.

Con paso veloz, fue hasta la oficina del director y toco tres veces la puerta, para ser exactos.

— ¡Pase!

— Buenas tardes, profesor.

— ¿Vienes a inscribirte? Hagamos esto rápido...

— De hecho no vengo a inscribirme, vengo a preguntar acerca de alguien — interrumpió.

— Jovencito, me haces perder mi tiempo...

— Será rápido, lo juro — Haruchiyo insistió.

— Rápido, di lo que tengas que decir.

Moto compartida ;; Ran & Rindou HaitaniDonde viven las historias. Descúbrelo ahora