2. Un paseo

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Un año después de la expulsión todo siguió normal en la vida de los tres chicos, claro que no dejarían los estudios, después de todo ella consiguió entrar a la preparatoria con una beca y ellos eran demasiado inteligentes como para no aprobar el examen.

Pronto se acercaba el cumpleaños de los dos chicos, o eso iban a festejar.

«— ¿Y... Cuando es tu cumpleaños, Kyomi?

— Uh, creo que el veinticinco de agosto, ¿ustedes?»

Era una increíble coincidencia, que ella cumpliera un día antes que ellos.

Fue entonces que ese día llegó, los tres festejarían juntos sus cumpleaños y se tenían regalos entre ellos, que con mucho trabajo compraron.

— ¡Feliz cumpleaños, Kyomi! — gritó Ran en la puerta de la habitación.

— No grites, tonto, aún duerme.

Pero el grito ya la había despertado.

— Feliz cumpleaños, Ran, Rindou. — respondió.

— Arréglate, te tenemos un regalo. — hablaba Ran con el mismo tono emocionado.

— Yo también... Les tengo un regalo. — dijo ella.

— No debiste. — mencionó Rindou.

Ella negó y se levantó de la cama para ir por su ropa al armario. Se quedó quieta al ver que ninguno de los chicos había salido de la habitación, solo la miraban.

— ¿Privacidad?

— Oh, si claro. Vámonos, Rin-rin.

— Si, lo sentimos, ya nos vamos.

Por fin salieron y ella pudo vestirse con tranquilidad. Se peino y arregló su cabello, quería gustarles.

— Te ves muy... Bonita. — dijo Rindou esquivando su mirada.

— Gracias, Rin-rin.

— No digas eso, ella se ve hermosa, increíble, fabulosa. — dijo Ran.

Ella soltó una risita — Gracias, Ran.

— Oh, no es nada. Ven a ver tu regalo — tomó la mano de Kyomi y la guío hasta la mesa en dónde se encontraba un libro y encima de éste, un collar con la figura de un cráneo —. Es el libro que viste el mes pasado y... Un collar, para que hagas juego con Rin y conmigo — Ran tomó el collar mientras Kyomi hacía su cabello a un lado para que pudiera ponérselo.

— Son... Muy buenos conmigo, gracias. Los amo, a ambos. — ¿Amar de amar? O ¿Amar por amar? No sé sabía. Kyomi los abrazó — Yo también les tengo un regalo, vengan, está afuera — tomó sus manos y los guío hasta llegar a la puerta —. Cierren los ojos — obedecieron y sintieron como Kyomi se separó de ellos aunque regresó en cuestión de segundos y los volvió a hacer caminar —. Abran los ojos, ya.

Ambos los abrieron y se encontraron con dos fantásticas motocicletas en perfecto estado. No pudieron articular una palabra, era un regalo increíble.

— ¿Cómo rayos...? — dijo Rindou sin poder decir algo más.

— Kyomi... Nuestro regalo se ve insignificante a comparación con esto. — dijo Ran.

— Para nada, los regalos que me han dado hoy y anteriormente han sido los mejores en dieciséis años. Les regalo éstas motos porque sentí que debía dárselas, me han cuidado y me han protegido, esto es muy poco a lo que ustedes me han dado.

— No sé que decir...

— No necesitan decir nada, ¿les gustó?

No respondieron y se abalanzaron en un abrazo a la chica.

Moto compartida ;; Ran & Rindou HaitaniDonde viven las historias. Descúbrelo ahora