𝐵𝑎𝑗𝑜 𝑚𝑖 𝑐𝑎𝑚𝑎 [✔︎]

𝐂𝐀𝐏𝐈́𝐓𝐔𝐋𝐎 𝟏𝟏

Prometedor.

Esa era su palabra;

Una vida prometedora.

Un amor prometedor.

Un destino prometedor.

La esperanza de que todo fuera de acuerdo a su plan seguía en pie, pues aunque haya fallado en Kingston, no cabe duda que supo cómo arreglar el problema de inmediato.

Su casa en Italia era una de sus cartas bajo la manga. Su madre llamada Trisha, tenía esas grandes propiedades dentro y fuera de el país, que heredó después de su muerte, la gran empresa de su padre, que asimilaba a un imperio de comida orgánica en Londres, es toda suya, teniendo 7 cifras en su cuenta bancaria.

La casa de campo familiar era uno de sus lugares favoritos, un lugar cálido en donde creció e hizo cosas asombrosas que guarda en forma de recuerdo. Recuerda muy perezosamente a sus padres, aún puede ver sus caras de orgullo cuando acabo la universidad, y la cara de terror cuando lo encontraron con un hombre por primera vez, ese fue el detonante de el problema inicial.

La maldita homofóbia de sus padres.

Por esa razón se fue a vivir a Cheshire, por qué sus padres lo habían sacado de casa por ser bisexual; no por drogarse, no por tomar alcohol, no por golpear a un idiota que se le cruzó en un bar, no, fue por que era bisexual. De ahí su odio injustificado, pero para su fortuna, ser hijo único tenía sus ventajas, como heredar todas las riquezas que hubieran sido de sus padres.

Una sonrisa se transformó en sus labios, su vista enfocada en la caseta de pase entre fronteras estaba visualizándose cada vez más.

Su cabello azul con tiras más oscuras siendo su nuevo toque de un nuevo estilo, su ropa un tanto peculiar, pero no exagerada. Harry, por otro lado, tenía puesto un vestido de color lila, sus zapatos rosas siendo combinados por unos aretes falsos de plástico, una cadena de arcoíris adornando su cuello, y su cabello en una cola alta, que gracias a él, pudo hacerlo lucir bien.

Dos cambios de look muy extraordinarios.

"Estamos a punto de llegar, cariño, recuerda lo que hablamos hace unas horas, tu te llamas Harriet, tienes 10 años y yo soy tu padre"

"Pero no eres mi papá, Zaynie"

"No, pero es necesario decirlo para poder entrar, nene, ahora ayúdame y te compenso con un helado"

"Que sea de nuez"

"De nuez será"

Un auto más y ellos irían después, tenía preparado sus documentos en la guantera, sus manos temblando un poco en el volante. Las fronteras de Europa habían sido avisadas sobre la desaparición de el niño de Cheshire, siendo esta, un peligro para la sociedad al saber que anda un tipo rondando con un niño que no es de el.

"Buen día, ¿podría darme su identificación y la razón por la que estará aquí?" Un hombre pasó por su ventana,

"Si" Sacó de la guantera su identificación falsa, el mismo nombre que se registró en el Motel.

"Rodger, ¿usted es de por aquí?"

"Mi familia vive aquí, en una casa cerca de Monticiano Toscana, en la roggiola, soy el dueño"

"Oh, por supuesto, ¿solo usted y su hija?"

"Si"

"Verifique cuanto es su peaje dependiendo de la categoría del vehículo y la distancia recorrida, por favor" Zayn asintió haciendo lo que pidió, pagando más de 10€ en el maldito peaje, Harry solo se encargaba de ser bonito en el asiento trasero, mirando el teléfono de Zayn como si fuera lo más interesante en el mundo.

"Bien, muchas gracias por ser paciente, siga el camino con cuidado, se estima que lloverá en unas horas"

"Gracias, señor"

El hombre asintió y se apartó para que avanzara, Zayn volvió a encender el vehículo y siguió conduciendo por la carretera húmeda por la lluvia.

Harry ya se encontraba dormido cuando lo miro por el retrovisor unas horas después, sus ojos avellanas moviéndose de un lado a otro por el camino rocoso, ya estaban en su nuevo hogar.

Zayn se encargó de bajar primero las maletas antes de Harry, su pequeño rizado siguió estando dormido hasta tres horas después que se levantó asustado por no saber en donde estaba.

Zayn le hizo entender que estacaban en casa.

Oh... Bella Italia, campo de girasoles y cerezas adornan tu bella armonía.

Oh... Bella Italia, magnífico lugar de corazones, rico sabor de alegría.

Oh... Bella Italia, increíble lugar para una agonía.