𝐂𝐀𝐏𝐈́𝐓𝐔𝐋𝐎 𝟏𝟗

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La tensión en la habitación aumentaba a cada minuto que pasaba en el reloj, su mirada siendo evadida una vez más por los ojos ámbar

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La tensión en la habitación aumentaba a cada minuto que pasaba en el reloj, su mirada siendo evadida una vez más por los ojos ámbar. Estaba cansado de esta tontería.

"Iré a comprar la despensa, ¿podrías quedarte y ayudarme a hacer la cena?" El mayor asintió y se movió a la cocina, sus pisadas siendo rápidas y ruidosas, dejando al pobre rizado solo en la entrada de la casa, un gruñido silencioso abandonando sus labios.

Habían tenido otra discusión respecto al mismo tema, su boda. Harry había decidió una fecha en la cual se llevaría a cabo la ceremonia en la que celebrarían su matrimonio; Harry estaba emocionado por ello, pues el padre de Liam los ayudaría a casarse, los arreglos ya habían sido escogidos y las invitaciones ya estaban listas para entregarse a su destinado de inmediato, sin embargo, Zayn aún no estaba listo ni de acuerdo con la fecha en la que se casarían, haciendo enojar a Harry, ya que le fecha estaba a solo dos semanas de el día final.

Harry limpio las lagrimas que desbordaban de sus ojos y camino hasta su auto, azotando la puerta y arrancando el vehículo rápidamente. Sus ojos verdes entrecerrados tratando de descifrar las calles y avenidas, los carteles no ayudaban a su vista, pues tenía que inclinarse en el panel de control para poder verlos más de cerca y adivinar en donde estaba.

Después de unos minutos perdido, giro el volante una vez más antes de estacionar el auto, se miró por el retrovisor, fijándose de su cabello inquieto, lo traía recogido en un moño, algunos rizos rebeldes bajando por su frente hasta sus hombros, salió de el vehículo y entró a la tienda comercial más cercana de su casa; tan pronto como piso el azulejo blanco de el local, su mente divagó a la nostalgia, habían pasado años desde que pisó ese local un tanto peculiar, pero ese momento fue corto, ya que no tardó en tomar una canastilla y tirar de el a los pasillos de comestibles.

En pocos minutos, su canastilla se había llenado lo suficiente para esa semana. Se estaban amoldando de nuevo, estar de regreso era un tanto extraño, la costumbre de estar en Italia, alejados de todos en su inmenso campo de girasoles y semillas, era nuevo para el volver , pues parte de su adolescencia se formó muy lejos de Londres.

Después de revisar el área de lácteos, y verificar la marca favorita de quesos de Zayn, se fue a la única cajera de la tienda; una señora mayor con lentes y cabello rojizo. Sus pasos se dirigieron a esta, sin echarle un vistazo a la mujer que lo miraba detenidamente detrás de el cajero, provocando que se sintiera incómodo por ello. Dejó los productos en la barra antes de deslizar su cuerpo a la mujer que verificaba sus compras.

"¿Sería todo?" La voz tranquila de aquella señora lo hizo alzar la mirada, asintió sin antes contestar.

"Si"

"Son en total €89,09. ¿Tarjeta o efectivo?"

"Tarjeta" Ella asintió y extendió su mano para tomar su tarjeta de crédito, sin antes pasarla por su computadora.

"Chico, se que sonará raro, y que no me conoces, pero quisiera saber si vives por aquí, me eres una cara extrañamente familiar"

"Vivo aquí desde que tengo memoria, señorita..."

"Denise"

"Denise, volví con mi prometido para nuestra boda" Sus labios se curvaron en una sonrisa. Aún seguía sin superar que dentro de poco se casaría con su precioso Zayn, su paladar saboreando el sabor de la palabra.

"¿Podría saber tu nombre, querido? Y felicidades por tu compromiso" Comentó.

"Me llamó Harry, y gracias, pero enserio tengo que irme, tuve una pelea con el y no me gusta hacerlo enfadar" Tomo las bolsas ecológicas y las paso por sus brazos.

"Por supuesto. Ten una buena tarde"

Harry salió de la tienda buscando su auto, al hallarlo dejo que sus tres bolsas descansaran en el asiento de el copiloto.

"Maldita sea" Murmuró.

- 🩸 -

Al llegar a casa, dejo las bolsas descansar en la encimera, sus cinco sentidos buscando a Zayn discretamente, su olfato olió la comida recién hecha por su prometido, busco un plato antes de servirse y comer solo.

El moreno había salido a fumar en su jardín, conocía el enojo de Harry al verlo fumar, pues este decía cada lo veía que iba a morirse por problemas en sus pulmones, y tanta razón tenia, pero era su única forma de quitarse el estrés de encima.

Entro a casa minutos después de escuchar el grito de Harry en la cocina, tiro de su cigarro en el césped y corrió adentro, ver a Harry con lágrimas en sus ojos y su dedo índice derecho en su boca hizo que su cuerpo se estremeciera, el dolor de Harry era su dolor, y si su chico rizado lloraba, el sentía que iba a morir ahí mismo.

"Hey, cariño, ¿estás bien?"

"Zaynie, mi dedo" El menor lloro en los brazos de el anteriormente nombrado, su dedo herido siendo besado por el mayor, haciendo sonrojar a Harry.

"Ven, te pondremos algo para aliviar y curarlo"

"Lo siento, Zaynie, es que quería cortar trozos de sandía para ti" Olfateó.

"No te preocupes, está bien, estás bien, ahora cuidaré de ti, mi amor"

Harry asintió, dejándose cuidar como el niño mimado que era. Zayn le dio de comer, lo ayudó a bañarse, lo lleno de besos y mimos, y lo durmió en sus brazos, aunque solo haya sido un corte pequeño, Zayn sabía que le gustaba ser cuidado por el, y Zayn no podía hacer nada más que caer en los encantos de su pronto esposo.

𝐵𝑎𝑗𝑜 𝑚𝑖 𝑐𝑎𝑚𝑎 [✔︎]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora