𝐵𝑎𝑗𝑜 𝑚𝑖 𝑐𝑎𝑚𝑎 [✔︎]

𝐂𝐀𝐏𝐈́𝐓𝐔𝐋𝐎 𝟕

[ TRES AÑOS DESPUÉS ]

La mañana de un jueves hace que Zayn celebre por estar cerca de el fin de semana. Harry y el tenían planes para ese par de días, como hacer una pijama en su casa de el árbol, por ejemplo.

"Zaynie, quiero ir al supermercado" Harry apareció de repente en la cocina, sus pequeños zapatos negros (que parecían zapatos escolares), y su vestido azul celeste no hacía una buena combinación, la tiara en sus revoltosos rizos, y las cadenas de plástico alrededor de su cuello lo hacían ver más tierno de lo que ya era. Sus pequeños brazos cruzados y su sonrisa traviesa siendo marcada por esos labios rojos por comer cerezas toda la mañana.

"¿Qué quieres comprar?"

"Quiero una muñeca Barbie maestra y también un carro a control remoto para que ella maneje, ¿podemos ir?"

Zayn lo pensó unos segundos, Harry ya estaba entrando a la etapa en donde los juguetes de bebés ya no le servían para jugar, aparte de todo, apenas y juega en su habitación ya que se la pasaba pegado al moreno todo el tiempo.

"Vamos, todavía tengo que comprar despensa para esta semana" Harry asintió rápidamente, besó la mejilla de Zayn y salió corriendo a su habitación a buscar su abrigo, el frío en Londres seguía presente.

Habían pasado tres años después de lo que había hecho, mentira tras mentira era lo único que Harry almacenaba en su cerebro, lo dejaría crecer un poco más antes de decirle la verdad. Vivir en un pequeño pueblo cerca de Kingston tenía sus ventajas, la mayoría de habitantes que vivía ahí eran mayores de edad, y/o personas bastante inofensivas que no se enteraban de las noticias de el mundo.

Había visto las noticias de esta mañana, la desaparición de su rizado seguía activo, pues sus padres seguían buscando a su pequeño, aunque eso lo hizo enojar, ya que jamás lo tendrían de vuelta y debían aceptarlo aunque doliera, era suyo, solamente de el y debían tenerlo claro.

Harry era una palomita blanca, muy educado y respetuoso gracias a él, tenía un amigo que era su vecino de a lado, se llamaba Liam, un niño de diez años que jugaba a los policías y ladrones en su jardín delantero.

La educación de Harry fue hecha en casa, Zayn lo ayudó con lo básico, leer, sumar, restar y multiplicar, más diversos temas de diferentes materias, jamás se arriesgaría a exponer al rizado, echaría a perder todo lo que construyó por tres años enteros.

"¿Te gusta más el jamón o el pavo?" Pregunto viendo los dos paquetes en el refrigerador.

Harry estaba acomodado en la silla que tenía el carrito de compras, sus brazos abrazando la Barbie que pidió.

"Me gustan ambos, pero quiero jamón esta vez"

"Somos dos... ¿piña o manzana?"

"Manzana, la piña ya me da asco, Zaynie"

"Mm, está bien, ahora vamos a buscar leche y queso para irnos a casa" Beso su frente y jalo de el carrito hacia el pasillo correspondiente.

"¿Podemos ir al parque?"

"No lo creo, amor, es tarde y necesitamos llegar temprano, ¿recuerdas que hoy teníamos un examen pendiente?" Miro la estantería llena de quesos de diferentes tipos, sus ojos solo buscaban su marca favorita de quesos.

"Pero quiero ir al parque, ¿podemos ir mañana?"

"Si no llueve, podríamos ir, solo si terminas tu examen hoy" Extendió su mano para tomar y tirar el queso correcto en su carrito.

"Fácil para mi" Una sonrisa con hoyuelos se acomodó en su rostro.

"Se que será fácil para ti, esta vez lo puse muy fácil, aunque, podría reprobarte igual de fácil y jamás lo sabrías" Sus labios se curvaron en una sonrisa, molestando al menor quien formó un puchero con los suyos.

"Eres malo, Zaynie"

"Un poco, si"

Se desplazaron por los demás pasillos; su carrito de compras lleno por tantos alimentos, sin buscar nada más fueron a la caja registradora a pagar sus productos. Una mujer pelirroja los atendió con una sonrisa.

"Buenas tardes, ¿será todo?"

"Si"

La mujer asintió, comenzando a deslizar sus productos en el código de barras antes de pasarlos a un señor que guardaba sus cosas en bolsas desechables.

"¿Es su hija?" Zayn frunció el ceño confundido, pero de todos modos asintió. "Es muy bonita, ¿cómo te llamas, nena?"

"Soy niño" La voz pequeña de Harry hizo que la mujer riera por su error.

"¡Oh! Es que como tienes puesto un vestido y una tiara asumí que eras una princesa, lo siendo querido" La mujer volvió a sonreír.

"Me llamo Harry, pero Zaynie me dice princesa aveces"

"Pareces una, pequeño Harry, dile a ese tal Zaynie que tiene razón"

"¿Oíste, Zaynie? ¡Dijo que tienes razón!" El rostro de la mujer cambió a una confundida, su mirada azul se fue a la avellana de Zayn, quien le sonrió tímidamente antes de pagar.

"Muchas gracias, tenga buena tarde" Salió de el lugar con sus bolsas en el carrito, dirigiéndose a su camioneta.

"¿Soy tu princesa, Zaynie?"

"Siempre vas a ser mi princesa, ahora come ese chocolate antes de que yo lo haga" Harry por inercia mantuvo la barra de chocolate en su boca, mordisqueando y lamiéndolo en el camino.

Zayn manejó tranquilamente hasta casa, Harry hizo su examen que aprobó con 15 aciertos buenos de 20, vieron un par de películas antes de caer dormidos en el sofá, un Harry encima de Zayn siendo la manta de este.

Todo parecía estar en orden y espeluznantemente pacificó.

Así es como debería de ser, pacificó.