Y nos conocimos porque mis zapatos nunca fueron de cristal
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Capricornio
La primera vez que te ví en la galería de arte solo pensé que la persona delante de mí no era más que un típico vagabundo. Tu estilo era más que exagerado; pantalones rotos por la parte de al frente y de atrás, una camisa de tirantes amarilla, un chaleco de cuero, unos piercing que se esparcen por la oreja izquierda hasta llegar al labio inferior de su rostro (6 para ser exacto cuatro en la oreja, uno en la ceja y el último en el labio), el cabello en V en la parte trasera del cráneo con un tatuaje sobresaliente en el cuello con letras góticas en latín “Sit gloria in manibus meis (Y que la gloria se pose en mis manos)”.
No era ni en lo más mínimo una persona que pasará desapercibida en una galería de arte barroco.
No quería ser altanero pero la peculiar forma del hombre no combinaba con los trajes ajustados y elegantes del público y compradores. Pero parecía que su instinto de crítico salió a la luz cuando se colocó a su lado y habló con terquedad.
—Apolo y Dafne, es una bella escultura, ¿no crees?
El hombre siguió mirando la estatua con precisión mientras masticaba un chicle que crujían por el movimiento de sus dientes, algo que lo molesto.
—Se que no le agrado.— Fue directo y serio cuando lo miro —No debe fingir cuando he notado las miradas matadoras que me ha dirigido por 10 minutos.
Se sintió desconcertado pero no lo dejó notar, al contrario, le repelo.
—Disculpe mis acciones pero al menos conoce algo de arte. No se nota muy conocedor.
—Debo vestirme de traje elegante y colocar me zapatos a medida para llenarme de cultura histórica.— contestó mientras se inclinaba hacia delante haciendo una reverencia —Disculpe mi extravagante y hermoso estilo de vestir, ante el anticuado de usted.
Capricornio se sintió ofendido aunque él tiró el primer golpe. El hombre giró su cuerpo para quedar a la par con su indignante compañero que desafía su sentido de la moda.
—Apolo y Dafne, creado entre 1622 a 1625 por el italiano Gian Lorenzo Bernini. ¿Necesita más información?— le interrogaron a Capricornio, quien abrió la boca pero después fue callado de nuevo —Se basa principalmente en un mito, Apolo se burló de Eros, quién después se vengó arrojando una flecha de oro Apolo causando un amor inmediato, tiró otra flecha de plata a la Ninfa Dafne quien sufrió de rechazo amoroso. Apolo se enamoró de la Ninfa mientras con ella pasó todo lo contrario, Apolo la persiguió hasta que Dafne pidió ayuda a su padre y a su madre quienes la convirtieron en Laurel.
