Blue Magician | Marvel

⑧ Aprendizaje

Comienzos de 2013

Frank Castle estaba completamente obstinado de aquella situación tan embarazosa en la que se encontraba. ¿Cómo era posible que un niño pudiera doblegarlo de esa manera sin tan solo acercarse a él? Sin dudas que nunca entendería a las personas modificadas.

Desde que su familia había sido asesinada en frente de él, su vida cambió. Se dedicó a matar a toda aquella persona que hiciera cosas incorrectas, sin importarle que en algún futuro pudiesen cambiar. Para él no existía esa cosa que se llama recapacitar ni aceptar los errores. Sí hiciste algo malo, ten por seguro que The Punisher te encontraría. Dicho alias se lo habían dado los medios de Nueva York, al ver que el hombre había castigado a muchos mafiosos y traficantes que se la pasaban haciendo de las suyas en la gran ciudad.

El británico, moviendo su mano, hizo que Frank sintiera un poco más de presión en todo su cuerpo, generando un gemido de parte del hombre.

—¿Vas a responder la pregunta? —preguntó irritado por el momento de silencio que tuvo el hombre—. No tengo todo el día.

—Tú no me conoces, niño...

La presión que Nils ejercía sobre el hombre se intensificó, haciéndolo sufrir un poco más.

—Vuelves a llamarme "niño" y te juro que no me importará manchar todo este suelo con tu sangre —soltó acercándose a Frank lo más cerca que podía—. ¿Sí me entendiste?

Frank gimió y movió sus labios.

—Claro, chico —dijo en un suspiro—. Todo copiado.

—Entonces comienza a hablar —las manos de Nils se movieron con determinación, soltando la presión que había sobre el hombre sin dejar de ejercer sus poderes sobre él—. ¿Por qué Daredevil está aquí amarrado a esa chimenea?

—Ese bastardo se metió en medio de una pelea que tuve con la policía... —Nils movió su mano ahogándole un poco, en represalia por insultar a su amigo—. Yo no tengo nada que ver en esto, chico. Todo es un malentendido. Yo solo castigo a las personas que nunca van a cambiar, siempre harán el mal.

—Eso no te da derecho a matar a toda persona mala que veas —Nils se acercó al hombre—. Las personas merecen una segunda oportunidad.

—¡A mi familia nadie le dio una segunda oportunidad! —gritó con odio hacia el británico, a quien se le heló la piel al escuchar aquello.

—¿Qué dijiste? —contempló la cara de Frank, viendo como las lágrimas salían de sus ojos y se mezclaban con las heridas que Matt Murdock le había hecho mientras peleó con él dentro del edificio.

¿Le acababa de confesar que su familia había sido asesinada a sangre fría? El joven británico estaba blanco como el papel al imaginar lo que ese hombre pudo haber sentido al descubrir que su familia ya no iba a estar con él nunca más. Era una imagen aterradora y causaba mucho dolor. Ahora entendía porqué le daba tanta rabia las personas malas y despiadadas. Estaba limpiando al mundo de las escorias que se encargaban de marchitar la humanidad.

—Mi familia murió a causa de unos malditos hijos de puta que solo lo hicieron por diversión —dijo entre lágrimas, mientras recuperaba su compostura seria—. Por eso hago lo que hago. Por eso quieren meterme a la cárcel. Pero no será tan sencillo.

—No pueden hacerlo... —Nils apenas y entendía lo que estaba pasando con las autoridades—. Solo estás haciéndolo por tu familia... Tú, no tienes la culpa de que en el mundo haya tanta maldad...

—Es por eso que voy a castigar a cada ser repugnante y malnacido que se atreva a hacer algo que para mí no es correcto —escupió con todo el dolor y placer del mundo—. Voy a gozar el matarlos... porque así podré sanar mi dolor y calmar la culpa que siento por no haber salvado a mi familia...