#5: Muertes.

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Julie.

–Gracias por traerme, Niall–Desabroché el cinturón de seguridad para abrir la puerta pero en cuanto me di vuelta esta misma estaba abierta y con un sonriente rubio sosteniéndola para que no se cerrara. Bajé del coche y Niall se puso en frente de mí.

¿Ahora le tenía que besar la mejilla y despedirme como si nada hubiera pasado?

–Bueno, me voy...

–Espera, ¿no me vas a invitar a pasar?

–Son la una de la madrugada.

–Un café no me iría mal–Responde con una sonrisa. Me sorprende que sean la una de la madrugada y no esté corriendo a los brazos de Jane, o esta misma buscándolo bajo cielo, mar y tierra. Recuerdo cuando ella y yo jugábamos a las muñecas y solo había un muñeco Ken para ambas barbies, ella siempre se lo quedaba mientras yo era la multimillonaria y perfecta modelo con un perro. Quizás, era una predicción del futuro. Digamos que el rol de multimillonaria me gustaba antes, en mi vieja vida, ahora daría todo por aquel Ken de ojos azules y cabello amarillo.

Ambos subimos al ascensor y marco mi piso. Intercambiamos risas y miradas nerviosas, al menos yo. Niall Horan está a menos de un metro de distancia de mi lado, estoy a punto de tirarme al piso a gritar.

Las puertas se abren y ambos bajamos. Con algo de dificultad abro la puerta principal de mi casa, dejo las llaves en la mesa y camino a mi habitación para ponerme pijama. Me arreglo frente al espejo para luego volver a la sala.

Niall sostiene dos tazas humeantes, me estira una y yo la tomo. Agradezco y ambos nos sentamos en el sillón mientras vemos la televisión (había contratado televisión satelital, gracias a Dios)

–Todo sigue igual que la última vez, pero ahora tienes más muebles.

Asiento con la cabeza. Sigo dándole vueltas al tema de porqué Jane deja a Niall solo como si fuera un pajarillo libre, es decir, tienes a uno de los hombres más codiciados del mundo, peleaste con uñas y garras para quedártelo, ¿Y luego lo sueltas sin más? Algo raro debe haber.

Según Harry Styles, su relación no iba muy bien o de lo más estable. Quizás tuvieron alguna pelea o algo, por eso llegó sin ella a la fiesta de cumpleaños de Theo.

–Quiero cambiar el color de la pared, turquesa sería lindo.

–Yo podría ayudarte, no he tenido mucho trabajo últimamente. Acabo de terminar un tour y seria genial poder ayudar en algo.

–Niall, sería preferible que no...

Podía negarlo mil y una veces, pero eso no quitaba que fuera verdad. Lo amaba, que se estuviera acercando a mí de una u otra forma me dañaba. Él, estaba al lado mío, y yo no podía hacer nada. Había olvidado lo nerviosa que me ponía con cada paso que daba a mí alrededor, o sus bonitas manías,  o sus tics, o sus gestos, o su manera de hablar. Lo había olvidado y ahora que lo tenía al frente de nuevo era absolutamente adorable. Sentía como estaba cayendo en sus redes otra vez, y mucho más profundo que la otra vez.

–Por favor, necesito distraerme en algo. Mi relación no va muy bien y...maldita sea, necesito alejarme un poco de ella.

–Escucha, tus problemas con Jane no son los míos, no quiero terminar en la humillación de hace unos meses. He trabajo duro para superarlo, te lo dije y te lo repito, no puedo caer otra vez, no quiero hacerlo, así que si tu opción es pasar el tiempo conmigo para alejarte de Jane te pido que no lo hagas.

Niall me mira sorprendido y con algo de culpa en los ojos. Muerde su labio y juega con sus dedos.

– ¿Sabes Jules? Había olvidado lo bueno que era para mí hablar contigo. Solo pido que me dejes ayudarte, o que no nos odiemos a muerte, por favor–Suplica, con los ojos fijos en mí.

–No te odio, Niall.

"Nunca podría hacerlo, aunque quisiera", pensé.

–Eso es genial, gracias.

Ambos concentramos la mirada en el televisor sin decir una palabra más. Los minutos pasan volando y me quedo viendo el programa de cocina que estaban dando. Miro el reloj, dos y media de la madrugada, por suerte, mañana es domingo.

Un pequeño ronquido hace que desvié la vista a mi lado. Niall Horan yace acurrucado en un lado del sillón con la taza entre las manos, suaves y pequeños ronquidos, su cabello estaba revuelto y estaba inclinado hacia el brazo del mueble.

De todo el tiempo que estuve con Niall aprendí que tiene el sueño pesado, era una de las ventajas cuando querías dibujarle bigotes para vengarte por esa tarjeta de crédito escondida, bueno, cuando el dinero era mi prioridad.

Aproveché mis conocimientos y subí sus pies para luego acomodarlo bien. Fui a mi habitación y tomé una de las mantas, la puse encima de él y me quedé mirándolo por un segundo.

Es jodidamente perfecto, maldita sea.

Aguanté las ganas de darle un beso en la mejilla o en alguna otra parte cerca de la cara.

–Buenas noches, Niall–Me di vuelta, caminé a mi habitación y simplemente, me tumbé en la cama para pasar dando vueltas toda la maldita noche por culpa de Niall Horan.

Niall.

Con un inmenso dolor de espalda y la cegadora luz entrando por las cortinas es lo primero que me topo al día siguiente. Solo recuerdo haberme quedado dormido en el sillón de Julie. Oh mierda, en la casa de Julie. Mierda, mierda, mierda.

Me levanto de un salto y veo a Julie de espaldas en su cocina, mueve un sartén en el fogón. Se da vuelta y sonríe.

– ¿Quieres desayuno? No te quise despertar, ayer estuviste con todos los niños y no podías salir conduciendo medio dormido a las dos de la mañana.

–Entiendo, gracias–Me acerco a la mesa y tomo un par de tostadas para tragármela de una mascada solamente. Seguro Jane me mata.

–Me tengo que ir–Dije–Gracias por lo de anoche, adiós.

–Adiós Niall.

Ambos nos miramos por varios segundos sin tomar alguna decisión. Ella luce confundida y yo igual, además de que el tiempo no está a mi favor ahora.

Corro hacia la puerta, subo al ascensor y presiono reiteradas veces el piso 1. Se abren las puertas y corro al auto que todavía seguía estacionado afuera sin ningún rasguño. Antes de partir reviso mi teléfono:

Cuarenta y dos llamadas perdidas de Jane.

Estoy jodido, estoy muerto, mierda, mierda.

Comienzo a conducir como un loco por toda la ciudad. Julie y Jane rondan mi cabeza una detrás de la otra. Por un lado, Jane es mi novia y estoy haciendo lo imposible por recuperar mi relación con ella. Y ahí está el problema, después de volver a ver a Julie todo es tan distinto. La historia se invirtió sin siquiera darme cuenta.

Así que, conduje a casa prácticamente una mano en el volante y la otra en mi boca, masticando mis uñas.

Cuando llegué al edificio, estacioné mi auto para luego correr al ascensor con mi mochila al hombro. En estos momentos, odiaba vivir en el último piso. La inseguridad y los nervios se estaban tomando mi cuerpo, en cuanto el ascensor abrió sus puertas corrí a la entrada.

Jane estaba de brazos cruzados, furiosa, en cualquier momento podría explotar mientras movía su pie de forma nerviosa.

Tragué saliva.

Estoy muerto.

I Wish » Secuela de I Want » Niall HoranDonde viven las historias. Descúbrelo ahora