Capítulo 5.

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— ¿Dejaste que te llamara "Bodi"? — Ji Li no lo creía.

— Sí. ¿Qué hay con eso?

— A-Yi..., odias que te digan "Bodi". Una vez HaoXuan te lo dijo y por poco le arrancas la cabeza con tus manos y el brazo a mordiscos. Fuiste muy agresivo ese día y, al final, JiYang se enfadó contigo por tratar de esa forma a su novio.

— Es que no me gusta que me llamen así. Se lo advertí y no me hizo caso. ¿Qué más podía hacer? — se encogió de hombros como si matar a su primo fuera la opción más natural.

— Sin embargo..., se lo permitiste al Señor Xiao — puso una cara picaresca.

— Tenía ocho años, A-Li. Además..., no... no es lo mismo. No es igual HaoXuan que Xiao Zhan.

— Es decir, solo te gusta la palabra "Bodi" cuando sale de los labios de tu ángel amado y adorado — unió sus manos y parpadeó como enamorada en la edad del pavo.

— No... no es verdad — la mirada de Ji Li le recriminó la mentira. — No... no me... gus... — su amigo seguía reprochándole sin necesidad de decir nada. — Bueno... puede..., pero no. No... Tal vez... — cuando el contrario entrecerró sus ojos, Yibo tuvo que soltar la realidad por la boca. — Vale, vale, sí. Me gusta que él me diga Bodi.

— ... — Li sonrió por su victoria y se dispuso a escuchar al castaño.

— Me gusta... no puedo negarlo. Cuando su voz me nombra al pasar lista en clase..., siento esa esperanza en el corazón de que, en vez de Wang Yibo, pronuncie "Bodi".... o "peque"... o "cerdito". Tal y como me llamaba en el ascensor.

— Hablando del ascensor..., ¿qué fue ese traqueteo mientras él te hacía cosquillas?

— Ah..., nada. La luz volvió y el elevador continuó bajando. No me separé ni un centímetro de él hasta que las pesadas puertas de metal se abrieron ante nosotros. Un montón de gente nos esperaba, atentos a qué les pasaba a los únicos desgraciados de todo el centro comercial que se quedaron encerrados.

— Tuvisteis mala suerte.

— Mm. Aunque más mala la tuve yo.

— ¿Por qué?

— Porque, al salir..., vi a mis padres y a Haikuan. Me alegré mucho por reencontrarme con mi familia y corrí hacia ellos. Abracé a mi madre, mi padre me acarició el pelo y mi hermano respiró más tranquilo. Fue muy bonito...

— ¿Aunque?

— Aunque..., cuando me separé, me preguntaron si estaba bien.... Yo respondí con la verdad, es decir, que sí. Que estaba muy bien gracias a que me cuidó un ángel. Ellos pensaron que me había dado un golpe en la cabeza o algo, pero luego les quise presentar a Xiao Zhan. Sin embargo..., al girarme..., él ya no estaba.

— ¿Se marchó?

— Mm. No había ningún rastro de él..., como si no hubiera existido jamás. Incluso, durante los siguientes años, pensé que fue mi ángel de la guarda de verdad.... No obstante, el año pasado, descubrí que no era así y que Xiao Zhan sí existía.

— ¿Por eso se te iluminó la mirada cuando el Señor Xiao se presentó como nuestro nuevo profesor de arte?

— Sí — asintió con una sonrisa sencilla.

— ¿Y... no te has planteado el decírselo?

— ¿Decir que yo era aquel niño miedoso del ascensor? ¡Estás loco!

— ¿Por qué?

— Tengo una imagen ahora. Soy Wang Yibo, un chico guapo, medio popular e inteligente. Así me ve el instituto entero, incluido alumnos y profesores. Si le digo a Zhan-ge eso... se reirá de mí por mi comportamiento en el elevador.

¡APRUÉBEME, SEÑOR XIAO! | Yizhan (FINALIZADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora