𝐀𝐃𝐀𝐏𝐓.┆❛❛Jungkook, es un hombre atormentado. Un Vanirio, un ser inmortal creado por los Dioses Escandinavos para proteger a los humanos de aquellos que no han sabido resistirse a la sangre y al poder.
Este llega a Seúl con la pista de encontrar...
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—Jimin... —le costaba mantenerse en el aire. Divisó su casa de Dudley y descendió hasta llegar al balcón de su habitación.
—Me duele —exclamó frotando sus piernas.
Jungkook lo dejó encima de la cama y observó su cuerpo. Jimin estaba sudando y hecho un ovillo, y él sabía el porqué. Rápidamente se quitó los pantalones y quedó desnudo, observándolo embobado y orgulloso. Su erección también ardía y clamaba por el pelinegro. Jimin lo observó con el rostro perlado en sudor.
—Jungkook...
—Chist —Jungkook lo acomodó sobre la almohada—. Tranquilo —sonrió con ternura. Exhaló frunciendo el ceño y cogiéndose el pene con la mano.
—A ti también te duele —notó Jimin abriendo los ojos.
—Sí. Ven aquí —Jungkook tiró de sus piernas y lo puso a su altura. Le arrancó los pantalones de un tirón, levantó la camiseta con manos temblorosas y se lo quitó por la cabeza con delicadeza. Estaba desnudo ante él y él sonreía con adoración. Puso una mano a cada lado de su cabeza.
—Cariño... Has bailado sin ropa interior con Namjoon —murmuró alzando una ceja.
Jimin gimió poniéndose la mano en su ano. Le quemaba y se contraía como si necesitara algo duro y grande dentro de él. Su pene estaba rogando por la atención del vanirio, estaba hinchado y soltaba chorros de líquido preseminal. Miró a Jungkook pidiéndole con los ojos que lo calmara.
—¿Qué nos pasa? —preguntó tragando saliva compulsivamente—. Jungkook, ven a mí. Entra en mí —quería abrirse de piernas pero el vanirio estaba encima de él, a cuatro patas, arrinconándolo.
—Nos van a sellar, álainn —soltó orgulloso.
—¿Como a Lisa y Gwyn?
—Sí. Oh... joder —exclamó entre dientes—. Como a ellos.
Jimin casi gritó en el último espasmo. Le dolía el pene, el ano y los pezones.
—Tócame, hazme algo —le pidió tirando de él.
—Calma —llevó una mano a su pene. Jungkook lo masajeó de arriba a abajo mientras Jimin deslizaba una pequeña mano a su entrepierna y la acariciaba. Jimin alzaba las caderas y el vanirio aprovechó y deslizó un dedo dentro de él—. Álainn... Me matas, estás tan apretado —juntó su frente a la de él y la besó con dulzura mientras le metía y le sacaba el dedo.
—Me voy a correr —casi lloró de alivio al decirlo.
—No, espera —le pidió él. Sacó su dedo y le metió dos a la vez. Disfrutó de la sensación de notar cómo le apretaba los dedos—. Pobrecito, ¿te duele mucho?
—Sí —levantó sus caderas mordiéndose el labio—. Lléname, Jungkook.
—¿Así? ¿En esta posición? —preguntó contrariado. No quería asustarlo.
