𝟎𝟐𝟔

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—Ya está

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—Ya está. Ya se está despertando.

Oía esa voz en la lejanía. Quería moverse pero no podía. Tenía frío y se sentía drogado. ¿Dónde se encontraba? ¿Dónde estaba Jungkook? ¿Qué habían hecho con él? ¿Si el vanirio estuviera muerto lo sentiría físicamente?

Agitándose, intentando recuperar la movilidad, se percató de que estaba atado. Una luz potente lo iluminaba y quiso abrir los ojos, pero esa luz lo cegó.

—Levanta la lámpara —ordenó otra voz.

¿De qué le sonaba? No. No quería que fuera cierto. Era Jeonghan. Inspiró trémulamente, como si hubiera estado llorando durante horas, y olió a podrido. Esa peste insoportable provenía de él.

Tenía la boca pastosa y sabía perfectamente que lo habían drogado y que además estaba atado sobre una mesa metálica y muy fría.

—Hola, sobrino —Jeonghan sonrió con cinismo—. Te hubiera llevado a una de mis casas, pero tus amigos las han cercado y las han quemado muy amablemente. Incorporadlo —ordenó.

La mesa metálica giró ciento ochenta grados y lo dejó en posición vertical, como si estuviera de pie. Los brazos extendidos a los lados y las piernas abiertas.

Jimin miró a Jeonghan. Era un vampiro. Pálido, con los ojos ojerosos y rojos, los dientes amarillos y los labios morados.

—Suéltame —murmuró intentando vocalizar lo mejor posible. Sus músculos se despertaban poco a poco—. ¿Dónde estoy?

Jeonghan se echó a reír.

—Míralo, Jungkook. Está aquí por tu culpa.

—En Glastonbury Tor, álainn —murmuró Jungkook.

Cuando Jimin oyó esas palabras supo que Jungkook estaba con él y que si podía hablarle era porque seguía vivo. La alegría y la esperanza se desbordó en su interior.

—No has sabido protegerlo, como tampoco hiciste con nosotros hace tantos años.

—No... —gimió Jimin intentando enfocar la mirada. No permitiría que hiciera culpable a Jungkook de eso. Ni hablar. Suficiente acarreaba Jungkook con sus recuerdos.

Jimin se esforzó un poco más arar ver dónde estaba. El suelo empezó a delinearse. Un suelo grisáceo, sucio. Alzó la vista y vislumbró una madera clavada en el suelo. Unos centímetros más arriba unos pies sucios y sangrantes estaban clavados por el empeine con una estaca a la madera. Jimin apretó la mandíbula al ver esa imagen. Siguió ascendiendo y sintió que el corazón se le partía a cada milímetro. Unos pantalones negros de cubrían unas piernas poderosas, pero ahora, sin embargo, indefensas y en muy mala posición. El torso desnudo tintado con churretes de sangre por doquier que empapaban el pantalón y los brazos abiertos en cruz se sostenían porque las muñecas estaban clavadas a la madera con unos clavos. Pensó que si seguía subiendo se echaría a llorar si además de todo eso le hubieran colocado una corona de espinas. Pero aunque el rostro de Jungkook, porque era Jungkook, estaba teñido de sangre y lleno de cortes no tenía ninguna corona de espinas.

𝐋𝐮𝐜𝐤𝐲 𝐖𝐨𝐮𝐧𝐝┆❛❛KOOKMIN❜❜.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora