ᴇʟ ꜱᴏɴɪᴅᴏ ᴅᴇʟ ᴍᴀʀ

ꕀ 12

Llegando a una pequeña sala vio como había más pacientes aparte de Jaeyun, aunque no era una cantidad exorbitante como la de la sala anterior.

Busco a su padre con la mirada pero casi no lo pudo reconocer, su piel que era hermosamente acaramelada ya no estaba por ningún lado ni siquiera estaba pálido, la piel ya se había tornado morado y con tonos verdes se podía ver por todo su cuerpo, sus labios estaban rotos y secos, la cara la tenía toda golpeada y toda su cabeza estaba enmendada.

Tomo su mano, se sentía fría, sus propias manos temblorosas sobre los dedos molidos de su papá se veía simplemente lamentable. La mano cálida y esponjosa de su papi ya no estaba.

No quería llorar de nuevo pero no podía hacer nada más que llorar con todo su ser, quería a sus papás con él, a su hermanito, quería volver a su casa jugar con sus abuelos y amigos y perder el tiempo en su teléfono por las tardes.

Extrañaba todo eso, extrañaba la libertad y el amor cálido de su hogar.

—...Sooyeon.—de repente Jaeyun habló.

—Papá, aquí estoy. —apretó su mano.

Jaeyun tomó un pequeño respiro antes de hablar.

—Te amo cariño, te amo con todo mi ser, tienes que ser valiente y muy fuerte, se una persona feliz, yo estaré siempre a tu lado.—"¿porque se siente como una despedida?" pensó Sooyeon.

—Papi no. —las lágrimas salían sin parar.

—Tranquilo, está bien llorar amor, sácalo todo.—trato de sonreírle, no podía moverse para darle un abrazo, no podía apretar su mano no tenía nada de fuerzas, el hecho de tener abiertos los ojos era agonizante, le desesperaba no poder contarle telepáticamente que todo estaría bien.

—¿Y qué hay de mi? Papá, ¿que voy a hacer yo?

—Vivirás, todo pasa, pero primero atropella, vas a avanzar, apunta a la luna amor, incluso si fallas aterriza en las estrellas, ¿si?

Sooyeon se quedó seco de tanto llorar, estaba desértico a pesar de toda el agua que tuvo que soportar, tenía un dolor inmenso en su corazón que no mencionó, pero que si sentía.

Solo se dedicó a observar a su padre, su lindo papá ya no era ni la sombra de lo que era al inicio del viaje, tan alegre y amable para tanta gente de mierda, tan justo en este mundo de injusticia.

Sus párpados se cerraban poco a poco, ambos lo sabían, solo un milagro podía salvarlo.

El pequeño hospital donde se encontraban no tenía ni las herramientas, ni capacidades humanas necesarias para ayudarlo, solo querían luchar y ver hasta donde pudieran llegar con Jaeyun.

—Cuida a tu hermano, ámalo y tenle paciencia, no olvides mencionarle todos los días que es querido y amado, que lo amo mucho y que es mi querido cachorrito... —hablaba con claridad ahora con los ojos cerrados, tal vez era su ultimo momento de lucidez.—y dile por favor al amor de mi vida...—suspiro para poder hablar y no llorar desconsoladamente—que nunca deje de amarlo, nunca en ningún momento o situación, siempre lo amé y amaré, incluso en mis últimos respiros.

Eran poco visibles por la forma en la que su cara se encontraba pero pequeñas gotas de lagrimas se podían observar recorriendo sus mejillas violetas.

—Noo... papá, no te rindas, podemos... nosotros.. yo... tú vas a poder.

No se comprendía lo que decía de tantos hipos y jadeos que tenía, vaya, ni siquiera podía respirar.

Una enfermera les indicó que era hora de despedirse, se rehusaban a soltarse las manos pero cuando Sooyeon sintió la nada en la palma de su mano se derrumbó, no podía más, esto era demasiado para su pequeño corazoncito, la vida le estaba ganando.

Estuvo bastantes minutos allí, en la deriva, solo en el vacío, no podía más, así que salió del hospital esperando poder respirar mejor.

Espero que les esté gustando, que tenga un buen día 💕