Capitulo #9

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Se puso encima de mí y tocaba todo mi cuerpo y besaba mis pechos se incoó enfrente de mí y abrió mis piernas vio mi vagina y se lamió los labios 
-voy a probarte- empezó a besar mi feminidad y meter su lengua en ella me sentía sucia solo quería morirme es ese momento
-mmm sabes tan bien, tu olor es exquisito- dijo contra la entrada de mi vagina
- ¡no! Kendall… ¡por favor para!- le dije llorando desesperadamente 
-tranquila te va gustar- empezó a besar mi vientre –terminaras queriendo que te de mas…- subió hasta mis pechos besándolos.
- No, por favor- suplique 
-demasiado tarde hermosa- metió dos dedos en mi con fuerza entraban y salían fuertemente, sentí un pequeño dolor
-¡ay! Ya no, por favor para- le dije llorando
Mordió fuertemente mi pezón haciendo que me retorciera del dolor –¡cállate! tu eres la que provoca esto- me beso donde me había mordido –tu haces que me masturbe- beso mi cuello –tú haces que me desvele esperando el momento de venir aquí para hacer lo que quiera contigo- beso mi boca –tú haces que todo el día este distraído- mordió mi labio –tú estas haciendo que me vuelva un violador.
Me tomo de las nalgas y puso su pene en la entrada de mi vagina y me penetro bruscamente hasta lo más profundo sentí un horrible dolor como si algo se hubiera roto dentro de mi.
-¡aaah Kendall!- no podía decir nada me dolía mucho
-así me gusta que gimas mi nombre- dijo mientras me embestía fuertemente –joder, eres tan estrecha, tan apretada…- 
-¡por favor para, me duele mucho!- dije con lagrimas alejándome de el, tratando de que saliera de mi
-¡no te muevas!- me tomo de las caderas y se metió más profundamente en mi –aguanta ya voy terminar-
Minutos después Kendall se corrió y salió de mi yo solo corrí a una esquina de mi cuarto, abrase mis rodillas y llore desesperadamente. Mi cama estaba hecha un desastre estaba manchada y mis piernas también chorreaban sangre, Kendall me había lastimado mucho.
-¿Me vas a decir que no te gusto?- río Kendall descaradamente mientras subía y abrochaba su pantalón.
Yo no podía hablar solo me convulsionaba por llorar tanto.
-¡No llores! Detesto las mocosas que lloran- dijo mientras se acercaba a mí con solo el pantalón negro puesto y me miraba desde arriba sin decir nada
- l-le v-voy a decir a mi m-mamá- le dije llorando, el se puso en cuclillas enfrente de mi y me jalo e cabello para que volteara a verlo 
- si abres tu linda boquita- se acerco a mi oído –matare a tu querida mami- susurro 
-¡NO!- dije llorando peor
-entonces, si quieres a tu mamita querída a salvo, sierra la boca por qué no sabes de lo que soy capaz de hacer- me dio un beso en los labios, se paro y tomo su camisa del suelo después fue a la repisa donde dejo la pistola y la tomo. Giro la perilla 
-____.... otra cosa- dijo sin darse la vuelta –ahora eres mía, tú y tu cuerpo me pertenecen, desde este día esta puerta no puede tener seguro, a menos que estemos tu y yo adentro solo no me compliques las cosas y no cierres la puerta con seguro….

No cierres la puerta con seguro [ Kendall Schmidt ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora