Capítulo cuatro.

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|lago|

—Cuando dijiste que estarías a unas cuadras de la florería, no imaginé que sería a dos edificios de mi taller.—dijo Shinichiro en cuanto observó como el auto se detenía.

Mel sonrió antes de salir del auto.

—No te emociones que no fue por ti. —respondió. —El arriendo estaba barato y cerca de mi trabajo.

—Y de Shinichiro. —dijo Wakasa mientras pasaba por el lado de ellos con unas cajas en sus manos.

—Detalles.

La muchacha de cabello rojizo tomó una de las cajas que estaban en él maletero del auto y caminó hacia su nuevo hogar. Tenía una gran sonrisa en su rostro, una sonrisa que alegró por completo el día de sus otros amigos.

Habían ido los cuatro, aunque a mitad de camino uno de ellos se había aburrido y se había ido a su casa.

—¿En donde es? —preguntó él pelinegro.

—Es el tercer piso. —respondió mientras comenzaba a subir una especie de escaleras.

Aquel edificio no era grande, tan solo era de tres pisos, aunque solo el segundo y tercer piso estaban habilitados para tener personas viviendo en él, el primero era un bar.

Suponía que ahora su amigo la llamaría en la noche con más frecuencia.

—Ya hay unas cosas así que no está ordenando. —dijo Mel en cuanto abrió la puerta del departamento.

El lugar no era grande, tampoco era pequeño, para una o dos personas estaba más que perfecto.

—¿Cuál será mi pieza? —preguntó Shinichiro mientras dejaba la caja que traía en una mesa.

El departamento estaba ya amueblado, así que no se tendrían que preocupar por encontrar muebles a última hora.

—Solo hay una y esa será la mía. —le reclamó mientras se cruzaba de brazos.

—No me molesta compartir cama contigo y lo sabes. —le respondió.

—Que se quiere acostar contigo dice. —murmuró Wakasa en el oído de Mel.

Shinichiro le observó con el ceño fruncido ante aquello, ¿Por qué tanto secretito entre esos dos?

—Si me ayudan a ordenar les dejare una cama a alguno de ustedes.

Y ante aquello, los tres —Takeomi se coló— se pusieron a ordenar las cosas que ella había traído.

En si, no eran muchas cosas, principalmente era su ropa y algunos libros, el resto eran cachureos que había traído con sigo, además de algún otro plato o alguna olla.

Shinichiro observaba a Mel, con bastante curiosidad, admiraba con atención cada uno de sus movimientos, como ella se movía con tranquilidad mientras dejaba algún que otra cosa encima de unos muebles, observaba con total concentración como ella doblaba su ropa, o como trataba de ordenar sus macetas con plantitas.

A su lado, Takeomi, observaba a Shinichiro, con una notable expresión de asco.

—Ta enamorao hasta las patas. —dijo Wakasa.

Another Love |Shinichiro Sano|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora