Capitulo 7. Intenciones insidiosas

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-Este estancamiento nos va a pasar factura durante una o dos décadas... ¿Crees que cuando empecemos con el "susto" Piltover no intervendrá?- Finn abre su mechero y lo vuelve a cerrar.
Su expresión es de preocupación, no para de plantearse "si esto sale bien... después se las arreglarán para destruirnos".

-No habrá tal estancamiento después del susto- contesta Silco -Mientras piltover esté lidiando con el shimer, tardarán en darse cuenta de que nosotros hemos sido los responsables.

Finn vuelve a abrir y cerrar el mechero.
-Pero... ¿Que hay sobre la década de retraso que llevamos en ingeniería industrial?

-Esos asuntos son para más adelante... procura preservar tu oro porque vamos a tener que sobornar a muchos cargos- Silco saca un puro y juguetea con el entre los dedos, después corta la superficie y se lo tiende a su interlocutor.

-¿Caerán por dinero?- Finn abre el mechero una vez más y alarga el brazo para prender el abano.

Silco menea el puro con elegancia y da su primera calada.
-Todos lo hacen... la lealtad solo la encontramos en los sitios donde de verdad es necesaria para sobrevivir... cuando una persona lo tiene todo... hará cualquier cosa hasta optener más, unica y exclusivamente para si mismo.

-Entonces... ¿Debería faltarle algo a todo el mundo para evitar rencores?

-Lo inecesario. Los lujos inútiles que solo sirven para mostrar diferencia... sería lo ideal, pero aún así hay que mantener una escala de poder... para que débiles y fuertes sin control no se maten entre si... ¿Lo entiendes?

Finn sonrie y repite una vez más su juego de mechero.
-Por supuesto... nosotros estamos por encima, pero solo para evitar que todo se vaya a la mierda.

Ambos se sonríen.

De repente entran dos personas, un hombre grueso, de gran tamaño, con tirantes que dejaban ver sus tatuajes en el cuerpo. Y luego una mujer bajita, musculosa con muchos pirsings en las orjas.

-A caido jefe- dice la mujer lanzando una bolsa de dinero hacia la mesa de Silco -No ha hecho falta ni mostrarle la segunda bolsa, se ha acojonado cuando le hemos dicho lo del "susto".

-Le habéis prometido protección ¿no?

-Un lugar seguro donde esconderse cuando todo estalle.

-Perfecto- Silco sonrie y da una calada al puro.

-Veo que vamos por buen camino- dice Finn abriendo y cerrando el mechero una vez más.

-Basta conque los barones químicos os mostreis leales a la causa y unamos fuerzas para acelerar el proceso. Singed hace un gran trabajo con la estabilización del Shimer, pero nos faltan fondos.

-Por mi no te preocupes, trataré de hacer recortes para financiar la producción de Shimer... a ver si de una vez por todas conseguimos que una batalla no se quede a márgenes del puente.

-Será mucho más lejos... los edificios temblaran y por fin tendremos el respeto que merecemos... este tiempo de vivir en la sombra se acabará... ya lo verás Finn... esto será tan fulminante como uno de tus juegos de mechero, te lo aseguro.

El baron químico sonrie.
-Veremos como acaba este lío.

-Acabará bien- dice la chica acercandose a la mesa -Solo tenemos que llamar la atención en el momento adecuado.

-Je... ya... A por cierto una cosa más... ese susto... ¿durará mucho tiempo? ¿O Piltover tendría medios para deshacerse de nuestro soldados sin mucha dificultad?

Finn vuelve a abrir y cerrar el mechero y Silco da una calada más.

-Dentro de poco haremos una prueba, si te apetece... te daremos los detalles de cuan destructivo puede ser un ser vivo con esta maravilla del desarrollo industrial- Silco extrae de su bolsillo un bote con un liquido rosado.

-Cuantos más detalles, más razones para apoyarte- Finn sonríe.

-Ve a avisar a los demás, luego hablaremos de negocios, pero primero... que te aseguren lealtad y dedicación a la causa.

Finn se levanta de la silla lentamente. Le reconforta hablar con Silco, una persona tan segura de si misma que parece que tiene todo bajo control pero que sabe ganarse la confianza de los demás sin aprovecharse de ellos... al menos con los suyos.

Es bueno tener un cabeza tan capaz.

Aunque para ser sinceros, la avaricia le obligaba a aspirar a ser el nuevo cabeza.

-Muy bien, hablaremos más otro día, hay trabajo que hacer.

-Desde luego- Silco se hecha en el sillón mientras Finn se dirige hacia la puerta con paso seguro, abriendo y cerrando su mechero.

-Aclarame una ultima cosa- dice Finn antes de cruzar la puerta.

-Adelante.

-¿Que sujeto de pruebas vas a utilizar?

Silco da otra calada y después tira el puro a la basura.
-Los detalles quedan mejor cuando la gente se los imagina primero sin saber que ha sido.

-Entiendo- y el barón químico abandona la escena con una media sonrisa.

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Bueno, lentitud pero perseverancia queridos lectores y lectoras.

Leed el siguiente ;)

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