para Martin:
Recuerdo la primera vez que te vi. Estabas sentado en el fondo de la clase, dibujando quien sabe que en una cuadernola. A diferencia de nuestros compañeros, no estabas hablando con alguien, y de repente no me sentía tan extraña. Todos los asientos estaban ocupados, menos el que estaba al lado tuyo, así que me dirigí hacia allí
Me sonreíste cuando dije que lo que dibujabas en tu cuaderno era lindo. Eran unos bocetos de capas, gorros, zapatos. Luego agradeciste, y vi en tus ojos la sorpresa cuando comenté que a mi me gustaba mucho la moda. Que mi mamá era artista, que planeaba seguir los pasos que ella no pudo continuar, aunque no sea del agrado de papá
Luego me contaste que te gustaba más el diseño, que pintar te apasionaba y que algún día te gustaría tener tu propia marca de ropa
Adivina, Martin, ahora la tienes
Venias de otro colegio, del cual te habían echado por mala conducta, y yo te prometí que te haría ser un poco más responsable. Y lo cumplí, por suerte. Quien diría que dentro de ese cuerpo con cara de demonio, se encontraría el corazón más noble y puro que conocí en mi vida.
Te habías convertido en mi mejor amigo, y aunque nuestra clase siempre nos acusaba de tener algo más allá, nosotros solo nos reíamos. Nadie iba a entender nuestra relación, nunca nadie iba a sentir lo que nosotros sentíamos por el otro. Porque quizás no éramos novios, no estábamos enamorados y ambos eramos conscientes que jamas iba a pasar algo. Pero sentíamos que nos correspondiamos mutuamente, y sabes que tu amistad es verdadera cuando pasa eso
Me presentaste a tu familia, a tu hermano Simón. Y luego a su banda, que también eran una especie de hermanos para ti. Me hicieron sentir parte del grupo, acostumbrabamos a ir a sus ensayos todos los días. Y hasta a veces cantábamos con ellos, tu también tocabas la batería, para practicar lo que Alejo te enseñaba
Quien diría que todo cambiaría
¿Te acuerdas del día en el que me contaste que te ibas a París? Claro que si, si te sigues riendo de mi cara, no podía creerlo. Así que mientras tu estabas allí trabajando, yo estaba en Bogotá, decidiendo que hacer de mi vida
Pero como todo lo que siempre ocurría contigo era especial, tu tan rara travesía no terminaba ahí. Era una tarde de invierno cuando me contaste que los chicos habían pensado en ti para ser el baterista, luego de que Alejo había dejado la banda. El alumno reemplazando al maestro, en su máxima expresión. Y aunque tuvieras miedo de decepcionarlos, aceptaste de todas formas, y lo haces de maravilla
Mírate ahora, con tu marca de ropa, viajando por todo el mundo con la banda. Viajando con tu hermano, se lo feliz que te tiene eso. Siendo el mejor baterista que conozco, y manteniendo intacto ese hermoso espíritu que tienes, ese que conocí hace unos años atrás
Gracias, Martin. Gracias por confiar en mi, y dejarme entrar en tu corazón, así como tu entraste en el mio
Mi mejor amigo, para siempre
Sinceramente, Alessia
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Sinceramente, Juan Pablo - Morat
Short Story"Así que aquí van estas cinco cartas, sin la intención de hacerlos llorar más de lo que yo hice escribiendolas, pero si con la intención de agradecer cada pequeña cosa que hicieron por mi"