Metí mis manos en los bolsillos de mi campera, mientras el aire frío me pegaba en la cara. París estaba congelante y en ocasiones nevaba, pero no me quejo, soy fiel amante del invierno. Mucho más cuando se puede sobrellevar con un buen café
Ya estoy por llegar a la galería, y la panza se me hace un nudo a causa de los nervios. Era la primera exposición del año que hacíamos, luego de trabajar muchos meses en nuestro taller
A pesar del frío, veo a bastantes personas afuera, esperando a que las puertas se abrieran. La municipalidad de la ciudad había sponsoreado la muestra, y había tenido repercusión. Eso hizo que mucha gente latina se acercara hasta aquí, y lo agradecía, porque mi francés no era fluido ni mucho menos
Entro por la puerta de atrás, y veo a algunos de mis compañeros ya prontos para empezar la muestra. Les sonrío y me saco el gorro de lana, dejando mi colorado y, ahora, corto pelo al descubierto
-¿Se cortó el pelo?- me preguntó Estefania con cierta emoción
-No, se me achicó la cabeza- bromee y luego la abracé
Para mi suerte, la mayoría de los artistas hablaban español, y los que no lo hacían se manejaban con el inglés. Así que pude hacerme bastantes amigos aquí, aunque no niego que extrañe a los de Bogotá
-¿Nerviosa?- preguntó Karla
-Algo- sonreí de lado
Cuando terminé de desabrigarme, camine hacia la sala principal y miré desde lejos mis cuadros. Un poco de nostalgia se despertó en mi cuando pensé en los cuadros que hacia hace unos años. Con menos tamaño, con menos materiales, y hasta con algunos años menos también. Pero siempre con el mismo amor
Las puertas se abrieron y la gente comenzó a pasar. Me sentí pequeña y abrumada al pasar las horas, la cantidad de gente que había venido era simplemente sorprendente. Una parte de mi le encantaría que mi padre esté aquí, para que vea como le va a su hija, la cual no apoyó en ningún momento. Y ni hablar de mi mamá, que de seguro estaría orgullosa de saber en donde estoy. Pero la vida pone a cada quien en su lugar, pues voy a dejar que el tiempo haga su trabajo
Cuando termino de hablar con una visitante, logro ver a Tatiana que me hace señas desde lejos. Camino hacia ella con confusión y me agarra de la mano
-¿Que pasa?- pregunto
-Casi me olvido de avisarte, llegó algo para ti hoy, se lo di a Nia para que lo cuidara
-¿Como que llegó algo?
-No lo sé, lo mandaron al taller pero no estabas. Creo que era un sobre- alce mi ceja y ella levantó sus hombros
-Gracias, tati- le doy un leve abrazo- ¿Vio esa cantidad de gente?
-Ni me lo diga, carajo. Me voy a desmayar- responde y me largo a reír
Busco a Estefania con la mirada, pero no la encuentro
-Karlita- murmuro y me observa, luego se acerca- ¿Vio a Nia?
-Si, estaba por allí- señala hacia el fondo y asiento, cuando estoy por irme toma mi mano- ¿Me veo bien?
-Si- respondi- ¿Por qué?
-Ese francés de allá está mirando mis cuadros- reí mientras ella lo señalaba
-¿Como sabe que es francés?
-Instinto- contestó sin dejar de mirarlo
-Ve por él, campeona- golpee su hombro levemente y camino hacia donde mi indicó
-¡Lessita!- exclama cuando la encuentro- Este lugar se llenó, amiga
-Me duelen los pies de caminar tanto- Nia rió
-Tranquila, pequitas. Solo queda una hora- acaricia mi pelo como si fuera mi hermana mayor y sonrío
Pequitas
-Nia, tati me dijo que tenias algo guardado para mi- ella asiente
-Si, es verdad- agarra su bolso y saca un sobre de allí- Voy a la sala de nuevo, busqueme si necesita algo
-Gracias- agradezco, ella guiña un ojo y se va
Abro el sobre y me encuentro con un papel, parecía ser una carta. No leo lo que está escrito, pero parece que mi corazón deja de latir unos segundos cuando me detengo en el último párrafo, y descifro detalladamente lo que dice
"Ya casi estoy por tomar el avión a Francia, nos vemos el viernes. A brillar, Alessia, como siempre hiciste.
Sinceramente, Juan Pablo"
Me llevo una mano al pecho, medio desorientada. Vuelvo a leer esas últimas palabras una y otra vez, como si lo que estuviera leyendo no fuese real
-Alessia- me llama Tatiana y me doy la vuelta- La están buscando
Lo es, es real. Está aquí
Me dirijo hacia la enorme puerta y veo a alguien de espaldas, viendo mi cuadro. Sonrio con emoción, lo podría reconocer hasta desde otro planeta. Camino lentamente hacia él, para no llamar su atención
-¿Le gusta el cuadro?- pregunto y puedo verlo sonreír antes de darse le vuelta
-Te juro que algo me dijo que este era tuyo- me moví hacia su lado y ambos lo observamos por unos segundos
-O quizás porque mi nombre está aquí- señale hacia la placa que se encontraba debajo
-Le juro que no la leí- contestó y reímos- Se cortó el pelo- toca las puntas de mi cabello y sonrio
-¿Te gusta?
-¿Que si me gusta?- pregunta- Me encanta, estás...hermosa
Me mira, larga un suspiro, y creo morir
-Te extrañe, Alessia
-Yo también te extrañe, Villa
Y luego me abraza, y aunque este a kilómetros de distancia, cuando me encuentro entre sus brazos, me vuelvo a sentir en casa
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Sinceramente, Juan Pablo - Morat
Короткий рассказ"Así que aquí van estas cinco cartas, sin la intención de hacerlos llorar más de lo que yo hice escribiendolas, pero si con la intención de agradecer cada pequeña cosa que hicieron por mi"