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Recién bajaba de mi habitación. Mamá seguramente debe estar trabajando en el taller, ella es mecánica. No tengo noción del tiempo, mi celular quedó sin batería anoche. No tenía sueño en la madrugada y viendo videos por internet me quedé dormida.

No tenía mucha hambre así que solo comí un poco de cereal con leche. Al terminar lavé mi plato y el teléfono convencional de la casa sonó.

—Hola —dije al llevármelo a la oreja.

—¡Marta, gracias a Dios! —sonaba agitado —. Necesito que tomes el coche de tu mamá y vayas a ver a David.

—Ya —asentí —. ¿También no quieres que te vaya a ver y a Rebecca? Soy chofer de vosotros y no me había enterado —ironicé con una sonrisa forzada.

—Marta.

—Marta nada —fruncí mi ceño con molestia —. Tengo cosas que hacer.

Encima tiene los cojones de pedirme un favor después del papelon de ayer.

—Por favor, Marta. Tengo una entrevista y no puedo faltar —su tono pasivo me extrañó de mala forma —. Te pagaré.

—Hubieras comenzado por ahí —sonreí malvada.

—Que interesada —dijo entre dientes.

—Como tú.

Borré la sonrisa al recordar las palabras de David. Un escalofríos me recorrió completa al darme cuenta de que era cierto, nuestra actitud era bastante similar. Tapé mi boca. De solo pensarlo me entraba ganas de vomitar.

Lo escuché suspirar.

—Está bien, ¿cuánto quieres?

—Con cincuenta estaría bien, es un precio justo.

—¿Y vas a darle un tour por Francia o que?

—Sino me necesitas consíguete a otra chofer —esperé con una sonrisa triunfante, volvió a suspirar.

—Luego te lo deposito —colgó.

Dejé el teléfono en su sitio y mi ánimo se subió al saber que hice enojar a papá. Tomé las llaves que yacían en la mesa y salí de la casa. Subí al coche y puse música antes de arrancar, cuando paré en el semáforo me asusté. Había reaccionado.

¿A donde coño voy?

Se puso en verde y entré en pánico. No sabía a donde era el instituto de David, lo cual me traería problemas porque ya he cerrado el trato con papá. Me meteré en un serio problema si llego después de tres horas, o si resulta que no estudiábamos en el mismo instituto. Entonces seguí recto. Ya sé, voy a ir a mi antiguo instituto. Hay muchos pero no tan cerca de su casa. Y el más cercano es el que antes estudiaba. En el camino voy ardua y cuidadosa procurando no demorar mucho, porque si me he equivocado tendré que viajar por cada institución de la ciudad y no tengo tiempo para eso.

Estacioné frente de la puerta gigante y doy una miradita a todos. Hay bastantes chicos lindos, me olvidaba de los jóvenes de aquí.

—¿Mar?

Agité un poco mi cabeza y dejé de fantasear, lamentablemente. Vi a David observándome a las afueras del coche por la ventana que estaba abierta.

—Sube —hice un movimiento con la cabeza y miré al frente.

Su confusión es más clara que el agua, aún así, no dice nada. Se subió y suspiré.

—Tu querido padrastro me mandó a ver, ¿ya no estás grandesito para esto?

—Él... —apretó su mandíbula —. ¿Mamá lo sabe?

—No tengo idea —respondí desinteresada y arranqué —. ¿Eso importa?

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⏰ Última actualización: Jul 18, 2022 ⏰

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