Simples One shots y Two Shots del ship -Killugon- y -Gonkillu-.
Algunos melosos, otros más existencialistas, incluso algunos ¿tristes?
-Actualizaciones lentas-
-No pienso incluir estereotipos o, al menos, no muchos-
Made By: Oteiku
Killua luego de contestar todas las preguntas, se paró para entregarle el examen a su profesora, que estaba sentada delante de todos los alumnos y alumnas.
Disimuladamente trato de hojear las respuestas de Gon, pero no llego a distinguir con claridad las palabras que estaban colocadas en la hoja.
Frustrado bajo la mirada hacia su prueba, poniéndose nervioso al pensar si el resultado sería positivo o sería negativo.
Pero la consigna era responder con sinceridad, y él lo había hecho asi, de todo corazón.
La profesora lo miro con un poco de sorpresa ya que había terminado extremadamente rápido el examen.
Volvió a su asiento y apoyo su cabeza en su mano mirando específicamente a una persona.
Gon.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
—¿Qué respondiste en el examen? —Preguntaba curioso Gon, mientras iba caminando de vuelta a su casa a la par de Killua.
El albino le dirigió la mirada y enarcó una ceja.
—Es un secreto. —Colocó una sonrisa gatuna en su rostro, que recibió un mini puchero en respuesta de parte de Gon.
—Nos vemos mañana. —Le saludaba Gon llendose hacia la otra dirección.
Killua lo saludo con la mano, esperando que Gon desaparezca de su vista para recién ahí poder moverse de su lugar.
—Soy tan idiota que descubrí mis sentimientos a partir de un examen de escuela. —Se regañaba mentalmente Killua.
Suspiró y caminó en dirección a su residencia.
—Es doloroso...
Se apretó la parte externa del pecho por encima del corazón, mientras se mordía mordía labio inferior.
—Bah, quizás sea solo algo pasajero.
Se convencía mentalmente.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
1 semana después.
Definitivamente, no lo fue.
Killua estaba desesperado, ya con ojeras de no poder parar de pensar en el estúpido mejor amigo que se había convertido en su enamorado.
