La Impulsividad (1/1)

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No sé cómo terminé aquí, no sé ni cómo ni cuándo había entrado a este mundo

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No sé cómo terminé aquí, no sé ni cómo ni cuándo había entrado a este mundo.

Esta industria asquerosa, explotadora e insufrible, que, por contratos inquebrantables, no dejaba salir adelante.

Esta industria que ayudaba más bien poco, ya que depende del rating. Si eres popular, muy bien, cobrarías algo estable. Si no lo eres, perfecto, ¡no cobrarías casi nada! Y no solo eso; el cobrar poco sería algo razonable si el contenido que generaba era de mala calidad, pero no era así. Era culpa del algoritmo de búsqueda y recomendación que era tan aleatorio que hasta daba coraje.

Coraje porque uno se esforzaba. Coraje porque uno quería salir adelante, dejar esta industria, ¡pero las mierdas de contratos, firmados por una lapicera que no es, ni era mía, no dejan tiempo ni para descansar que ya los productores pensaron otro tipo de fetiche para probar!

La industria del porno es algo que no se lo deseo a nadie, a nadie de nadie. Nadie que entre aquí puede salir fácilmente. Si uno no cumple, tendrá problemas legales. Y no sólo eso, sino que si uno tiene problemas legales, su propia familia y amigos empiezan a sospechar sobre cuál es el tema que está relacionado con todo el lío legal. Y eso es mucho peor que la sobreexplotación. Ya que uno puede aguantar las pocas horas de sueño, las pocas horas de descanso, y la carga mental que eso significa. Pero si hay algo que un introvertido no soporta: es la humillación pública, la separación de su grupo de amigos cercano o la soledad hasta en momentos felices.

El dejar de sentir amor, incluso amor propio; cuando el autoestima es nula y el ego es inexistente; cuando el presente y mucho del futuro tienen que cargar con todas las malas decisiones del pasado; cuando uno fue un idiota, y que por simple ocio y vagancia no pensó mejor las cosas.

"Estudia, porque sino te vas a arrepentir, porque el día de mañana tú tienes que ser alguien". Cuantas veces habré escuchado esa frase. Y cuantas veces habré respondido con un "ya lo sé", o un "ya me lo has dicho". Yo me creía alguien inteligente, alguien... al cuál eran incapaces de engañar.

Alguien el cuál no pensó ni qué ser cuando salió de la escuela, y se metió en lo primero que vio que parecía dentro de todo divertido, rápido y que repartía mucho dinero. Pero que nunca leyó la letra pequeña del contrato, o eso me gustaría decir. Ya que en realidad, nunca presté atención a la enorme letra de aquel papel.

Cuando uno se mete aquí, la mejor solución es hacerte popular. Pero, ¿y si uno no quiere ser popular? ¿Acaso no hay opción? Obvio que la hay. Simplemente que no es tan factible, además de que no sólo afecta a tu vida personal, ya que el mayor miedo de alguien de personalidad callada y reservada, no es la falta de afecto ni nada parecido, cuando uno se conoce a si mismo, y sabe como es, asume los riesgos a ser, probablemente, dejado de lado, sino que el mayor miedo es ser el principal foco de atención.

-One shots- Killugon & Gonkillu-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora