Simples One shots y Two Shots del ship -Killugon- y -Gonkillu-.
Algunos melosos, otros más existencialistas, incluso algunos ¿tristes?
-Actualizaciones lentas-
-No pienso incluir estereotipos o, al menos, no muchos-
Made By: Oteiku
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
—Recuerden que en una operación combinada, lo primero que se resuelve son los paréntesis, luego sigue la potencia o la radicación. En caso que estén las dos, se resuelve según el orden en que aparezcan, de izquierda a derecha. —Hablaba la profesora. Haciendo un repaso de uno de los temas que los alumnos ya tendrían que saber.
Killua estaba aburrido, sentado en una de las filas del fondo. Y no podía concentrarse del todo debido a un bullicio de murmuros a su alrededor, por parte del chico de atrás y del de su lado. Esos chicos eran Gon e Ikalgo.
Casualmente, Ikalgo se había convertido en uno de sus amigos el anterior año. Y parecía que este había tomado mucha confianza en sí mismo a partir de ese hecho. Tanta, que incluso se animaba a entablar una conversación con desconocidos, o a llevar la iniciativa con gente de confianza, como con él.
Killua, en sí, es un chico introvertido que se autodefine a sí mismo como alguien más callado que tímido. Aunque en realidad si lo es, nada más que nadie se lo ha hecho notar. Al menos, hasta ese día.
Killua, aburrido de la clase, apoyó su codo en el respaldo de su silla y acomodó su cabeza en su mano izquierda, para asi quedar con la mirada frente a su amigo pelirrojo, Ikalgo.
Ikalgo se dio cuenta de la mirada de Killua, y le sonrió. Killua levantó una ceja por eso.
—¿Qué tal Killua? ¿A ti también te aburre la clase? —preguntaba Ikalgo. Killua refunfuñó.
—No sé si me gusta o no, pero no me puedo concentrar por su culpa —decía, mirando al ruidoso chico de su espalda.
Gon se rascó la cabeza manteniendo su sonrisa nerviosa. —Lo siento chico albino ¡pero esto ya lo vimos muchas veces!
Killua suspiró. Gon se había empezado a sentar detrás suyo desde hace un par de días. El peli-blanco sabía que el azabache tenía amigos más grandes que él y, por lo tanto, no tenía a nadie con quien hablar durante clases. Y si Gon había pensado en añadirse a su grupo de amigos, que por cierto eran muchos (1), estaba equivocado.
—Chico albino nada —lo miró feo. Gon desvió la mirada rascándose la nuca. —Tengo un nombre y es Killua, ¿bueno?
Ikago lo miró extrañamente, como tratando de descifrar algo entrelineas. Algo que, claramente, no existía.
—Bueno, lo siento Killu... Killua —se retractó de su intento de apodo al ver que Killua había hecho un gesto de disgusto con su cara.
—¿Qué te pasa Killua? Estás siendo malo con Gon desde hace días. El primer día ni siquiera le hablaste —le recriminaba Ikalgo.
Killua no supo que contestar. Se dignó a suspirar y mirar hacia al frente e ignorar a ambos.
Gon e Ikalgo se miraron entre sí y levantaron los hombros, restándole importancia.
