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—Están haciendo un excelente trabajo— habló Sprite sarcásticamente. Artemis alzó un dedo en advertencia mientras observaba de reojo a las niñas pequeñas colgarle pequeños adornos al pelo
— No te atrevas a decirles que no está quedando bien
Sprite río y alzó ambas manos a modo de rendición
— Es todo — le dijo una de ellas. Artemis se puso de pie y giró para mirarlas
— También hicimos estas — añadió la otra y le extendió varias pulseras tejidas con pequeñas piedras de colores incrustradas — Son para ustedes
— Nos encantan — habló Artemis antes de que Sprite hiciera algún comentario — Gracias
Ambas Eternas abandonaron la tienda de campaña en donde se encontraban y avanzaron observando a las personas tratando de recuperar su antigua vida después del ataque. Artemis se colocó las pulseras y se pasó por el cuello el par de collares que le habían obsequiado. Le gustaba como resaltaban sobre su traje.
— ¿Que está pasando entre tú y Druig? — soltó la chica de repente y Artemis se detuvo en seco. Sprite rodó los ojos con exasperación y señaló con la cabeza, Artemis miró en la dirección que le indicaba y notó a Druig observándolas a la distancia
— No soy ingenua, noto como no te quita los ojos de encima — continuó Sprite — Siempre detrás de ti, cuidándote la espalda, es bastante fastidioso si me lo preguntas
— Yo creo que es lindo — respondió Artemis encogiéndose de hombros
Sprite le respondió con una mueca y Artemis la empujó amistosamente — No pasa nada entre nosotros— aclaró
— Si tú lo dices — respondió Sprite. Se despidieron y Artemis se dirigió para ayudar a las personas que reconstruian algunas casas que habían sido dañadas parcialmente; Los habitantes la saludaron y charlaron sobre cosas cotidianas mientras trabajaban; Sersi se acercó a ayudarlos tiempo después y se unió a la conversación, Ikaris venía detrás de ella, se acercó y también ofreció su ayuda.
— ¿Dónde está Druig? — Artemis alzó la voz ante la voz de Ikaris y sujetó la cuerda con fuerza mientras el Eterno la ayudaba con los nudos
— No lo se — respondió con sinceridad — Debe estar por ahí
— Siempre está detrás de ti — puntualizó tranquilamente pero con tono divertido
— ¿Y qué? — replicó — Tu estás siempre detrás de Sersi
Ikaris sonrió con complicidad y a Artemis le dio la impresión de que sabía algo que ella no.
— Es demasiado obvio, Artemis
— ¿El qué?
— Que se atraen el uno al otro — dijo con obviedad
— Espera ¿Acaso tuvieron una conversación que me perdí? — preguntó recordando a Sprite abordando el mismo tema.
