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— Bien, bien me rindo — dijo Druig dejando salir un quejido. Artemis río y soltó el agarre que tenía; Llevaban más de una hora entrenando y practicando nuevas maniobras. Druig estaba de tendido sobre el suelo mientras Artemis estaba sobre él inmovilizándolo. Cuando ella lo soltó Druig recargó la parte trasera de la cabeza sobre el suelo y estiró una mano para tomar a Artemis y sentarla a horcajadas sobre su regazo.
— ¿Fui muy dura contigo? — preguntó divertida mientras se inclinaba para besarlo cortamente. Druig río cuando se separaron mientras le acariciaba la cintura con una mano y pasaba la otra detrás de su cabeza para alzarse levemente
— Estoy desecho — confesó mirándola— Necesitaré una momento para recuperarme
Artemis río y se inclinó apoyándose sobre el pecho del chico a la vez que decía — Lo que necesitas es una ducha
Druig abrió la boca pretendiendo estar ofendido y rodeó la cintura de Artemis envolviéndola por completo, se impulsó y se alzó derribándola con el movimiento e invirtiendo los papeles, quedando está vez sobre ella
—Mi preciosa, Artemis— murmuró acercando su rostro al de ella — Estoy tan enamorado de ti
Artemis se levantó para besarlo y permanecieron así por un rato, tumbados sobre el suelo, uno encima del otro, besándose de vez en cuando y descansando. Hablaban también del campamento, de como iba avanzando y de también sobre como podía mejorar. Druig notaba que Artemis amaba y protegía con pasión a los habitantes y esa era de las cosas que más amaba de ella, su capacidad de tomar las riendas de algo tan grande, había pasado siglos admirándola y aprendiendo de ella y le parecía que jamás se cansaría de ello.
— Creo que ahora sí debo irme — comentó el mientras se levantaba y sacudía las hojas secas de la ropa — Tomaré una ducha y revisaré el inventario del comedor
— Te alcanzo en un rato — le dijo levantándose también — Necesito revisar el sistema de riego, parece que está fallando
Se besaron cortamente y se encaminaron en diferentes direcciones.
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Los Eternos caminaban con sigilo a través de la selva, mirando con recelo todo a su alrededor; El resurgimiento de los Desviantes y la noción de porque habían sido creados por Arishem los había obligado a buscarse los unos a otros y tratar de convencerse de permanecer unidos. Ahora era el turno de Druig, habían viajado hasta el Amazonas para buscarlo, no habían mencionado a Artemis, pero recordaban que ella lo había seguido y aunque no estaban seguros de su paradero, esperaban que el chico pudiera decirles donde estaba. Siguieron andando hasta que Sprite rompió el silencio
— Artemis debe estar aquí también— habló, dirigiéndose a nadie en específico
Ikaris negó de inmediato— Dudo que haya pasado todos estos años con el — dijo con seguridad — No creo que exista alguien capaz de soportarlo por tanto tiempo
