SIETE

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Artemis despertó cuando el sol le cubrió el rostro, entrecerró los ojos y notó que había olvidado correr las cortinas de la ventana la noche anterior antes de acostarse; Ahora sabía que el sol iluminaría la habitación por completo dentro de poco, ...

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Artemis despertó cuando el sol le cubrió el rostro, entrecerró los ojos y notó que había olvidado correr las cortinas de la ventana la noche anterior antes de acostarse; Ahora sabía que el sol iluminaría la habitación por completo dentro de poco, pero no se sintió con ánimos de remediarlo. Giró sobre la cama para darle la espalda a la ventana y ocultó el rostro sobre el pecho de Druig; El chico soltó un sonido adormilado y estiró los brazos para envolverla y acercarla a el, recargó la mejilla sobre la cabeza de Artemis y retomó su sueño.
Permanecieron así por media hora más hasta que decidieron que era hora de levantarse y comenzar con las actividades habituales. Druig se sentó sobre el borde de la cama y alzó los brazos para estirarse; Artemis permaneció acostada observando los músculos desnudos del chico contraerse, Druig miró sobre su hombro y preguntó en tono travieso

— ¿Te gusta la vista?

— Me encanta — respondió ella alzándose sobre un codo y apoyando la cabeza sobre su mano.

El río y se inclinó sobre la cama para besarla, después se levantó y dirigió a la cocina; Artemis se quitó la sábanas de encima y lo siguió minutos después; Atravesó el pasillo, pasó frente a un espejo en su camino a la cocina y dio un rápido vistazo a su aspecto matutino. Usaba un corto short de tela y una camiseta blanca ajustada de tirante ancho. Druig no giró cuando la oyó entrar, en vez de eso le pasó un pequeño recipiente de barro y le sirvió el café que había preparado; Artemis se recargó sobre el borde de la mesa en la cocina y bebió mientras Druig hacia lo mismo.

— He estado pensando. Y quiero pedirte algo— abordó Druig mientras bajaba la vista rápidamente a los senos de Artemis. La chica sabía que la tela de su camiseta se transparentaba y le divertía el efecto que causaba en él; Después alzó la vista y la miró a los ojos

— ¿Y qué es? — preguntó llevándose la taza a los labios una vez más

— Enséñame a pelear — pidió — Sé que los desviantes se han ido y que nuestra prioridad es mantener la paz; Pero siempre estuve inconforme con mi lugar durante todos esos años — recordó a sus días cuando aún estaban con los demás Eternos— tener que esconderme con el resto cuando había un ataque y cruzarme de brazos a esperar; Lo que en realidad quería era salir, ayudarte, ser útil en batalla. Además, luces tremendamente atractiva mientras peleas y odiaba perderme eso

Artemis río — Por supuesto que te enseñaré Druig, podemos empezar cuando quieras; Tenemos la mayor parte del tiempo libre por las tardes

Druig asintió conforme — Hecho

Acordaron verse en la selva a una hora conveniente para ambos. Se alistaron y salieron al campamento para comenzar el día. Druig escuchaba las peticiones que varios habitantes tenían y se encargaba de resolverlas. A ese punto, todos habían comenzado a acercarse al chico con más facilidad, habían entendido que su personalidad era taciturna y no ruda; Druig por su parte había empezado a relajarse, bromeaba esporádicamente y se esmeraba por hacer que todos se sintieran cómodos en sus hogares. Pronto, ambos Eternos se habían ganado el cariño completo de cada persona en el campamento.

HUNTER ; DruigDonde viven las historias. Descúbrelo ahora