❝Lucid Dream❞ ; Winrina

💭 II.

—Explícame cómo funciona esto. —se sube con entusiasmo al regazo de Jimin la segunda vez que la encuentra en el mismo sueño.

Deduce que es el mismo sueño porque se siente así, Jimin tiene la misma mirada con recuerdos compartidos que notó en sus ojos cuando soñó con ella la noche anterior. Es como una secuela de libros. Simplemente reconoce que está retomando donde lo dejaron.

La pelinegra aprieta su agarre alrededor de su cintura y Minjeong se relaja felizmente contra su delgado hombro mientras aspira. El aroma de su fragancia es exactamente igual en este sueño que en la vida real. Sonríe con satisfacción al sentir los dedos de su amiga acariciándole suavemente por las costillas, como si tocara un piano.

—¿Recuerdas cuando hablamos sobre universos alternos? —la voz de Jimin es intoxicantemente profunda en su oído.

—Mmh~ —Minjeong murmulla junto a un asentimiento, escuchando sus vibraciones en el pecho de la chica.

Aparentemente esta Jimin comparte los mismos recuerdos de la real.

—Bueno... supongo que se podría decir que este es uno de ellos.

La menor se levanta un poco para poder mirarla a la cara.

—¿Estoy soñando con un universo alternativo? ¿Y cómo es que... esto... es posible?

Con esto, por supuesto, se refiere al hecho de que ellas estén juntas. Y tal vez se deba a que lo deseaba tanto que su subconsciente buscó la manera de hacerlo "realidad".

—Tampoco estoy muy segura de la mecánica detallada de cómo funciona. —ahora la voz de Jimin es suave— Pero trato de no cuestionar ni pensar demasiado en ello, solo estoy agradecida.

Minjeong quiere preguntar más. Su mente se acelera con cientos de ideas, pero algo en el silencio de la cama de Jimin, donde están recostadas, sugiere que no es muy necesario. ¿Realmente necesita saber cómo y por qué, cuando sencillamente puede disfrutar de ello?

—Creo que me estoy despertando...

Nota claramente la desgana pesada en su propia voz. Su agarre en los dedos de Jimin inconscientemente apretándose como si eso pudiera mantenerla aquí, con ella.
Sus pestañas revolotean. Pasa un minuto entero.

—Todavía estás aquí. —el susurro ronco en su oído le eriza la piel.

—Lo estoy...

Se siente estúpidamente feliz, como si hubiera ocurrido un milagro. Tal vez pueda quedarse una hora más, o un día más en esta cama, en estos brazos.

—Ay, no... realmente me estoy yendo...

—No luches contra ello. Relájate. Te abrazaré hasta que despiertes.

La promesa de Jimin se enrosca como un viento suave en su oído y se vaporiza con la misma elusividad cuando parpadea y abre los ojos para ver el cuadro abtrascto que cuelga en la pared frente a su cama.

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—Unnie, —Yizhuo le da una mirada con cejas levantadas cuando sale bostezando de su habitación y las encuentra a punto de comenzar a cenar— ¿estás bien?

—Nunca he estado mejor.

Sonríe tontamente, deseando que dejen de brindarle atención innecesaria, al menos hasta que pueda reconstruir los lamentablemente escasos recuerdos que giran desarmados y desordenados en su cabeza.

—¿De verdad? porque parece que estás contrayendo el virus de la gripe o algo así. —Aeri es menos ceremoniosa, pero la misma cantidad de preocupación está escrita en su rostro.

—Maleducada. —Minjeong le saca la lengua— Me acabo de despertar y no me peiné, por eso.

—¿Has estado durmiendo todo el día? —agrega Yizhuo, sin dejar de mirarla.

La rubia asiente, sin saber por qué se ven todas tan sorprendidas. Es uno de los raros días en los que no tienen horarios programados, y generalmente todas suelen dormir en maratones cuando tienen la oportunidad.
Jimin desenvuelve un par de palillos y la mira, estudiándola de cerca, pero no dice nada. Solo le hace una seña para que se siente.

—Comamos.