💭 IX.

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En esta ocasión sueña con ellas mientras están actuando, haciendo la coreografía ya programada en su memoria muscular, Minjeong sintiéndose enérgica y llena de vigor como siempre lo hace en su estadía onírica.

Jimin se cierne a su alrededor, encontrando excusas para tocarla con un cosquilloso roce de brazos, lanzándole sonrisas privadas llenas de diversión con bromas que solo ellas encuentran graciosas.

Y eso es todo.

No llegan a disfrutar de la intimidad, ni siquiera de plenos toques amistosos, pero Kim descansa segura en el conocimiento de que están juntas, de una manera que no es platónica en absoluto.
La diferencia en la mirada de Jimin en los dos mundos es obvia como el día y la noche: en blanco y distante en el mundo real y ardiendo de deseo en su sueño.

De repente hay dolor, un dolor agudo y aleccionador que la obliga a abrir los ojos. De a poco se despierta, intentando activar todos sus sentidos. Se encuentra tirada en el frío y duro piso del dormitorio y hay una alarmante cantidad de sangre proveniente de su nariz. El alboroto que hace Yizhuo despierta a las demás, y en cuestión de segundos Jimin está a su lado, con los ojos frenéticos y afligidos, completamente asustada.

—¡Por Dios, Minjeong! te chocaste contra una pared... —la oye decir.

Y está confundida no por el mareo sino porque Yu le está quitando el cabello de los ojos con una mano suave, acariciándole la cara con dedos temblorosos.

—Tranquila, estoy aquí... —la Jimin que ella no sabe decir si es real o no, está murmurándole al oído y acunándola contra su pecho.

Cuando se despierta por segunda vez, está en su cama. La pelinegra se pasea por la habitación, apresurándose a arrodillarse a su lado en el momento en que ella se mueve levemente.

—¿Qué pasó? —siente como si acabara de despertar de otro largo sueño. Ya casi no le duele la cabeza, y su nariz está limpia.

—Caminaste sonámbula. —la voz de su líder es escueta.

—¿Me lastimé? —levanta una mano para tocar su nariz y luego la frente.

—No. —una pequeña sonrisa se dibuja en el rostro de Jimin— Tu bonito rostro está intacto, no te preocupes.

'¿Jimin piensa que soy bonita?'

El colchón se hunde bajo un peso familiar. La mayor se sentó, en la opinión de Minjeong, demasiado cerca.

—Simplemente no entiendo por qué arriesgarías tu vida por esta persona. —el tono de Jimin es seco, sus ojos cansados— ¿Es ella tan importante para ti?

—Es perfecta. —cierra los ojos y su voz sale en un murmullo como terciopelo— Mi sueño es perfecto.

—Kim Minjeong. Nada en este mundo, nuestro mundo, es perfecto. Menos el amor.

❝Lucid Dream❞ ; WinrinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora