💭 VII.

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—Eres muy agradable... —extiende una mano para acariciar la mejilla de Jimin ensueño, sintiendo la textura maravillosa de su tez sedosa bajo la yema de sus dedos.

La pelinegra se inclina hacia su toque sin resistirse, cerrando los ojos con satisfacción. —¿Piensas en ella?

Jimin abre los ojos, contemplativa y entusiasta. Ella ya sabe quién está en la mente de Minjeong. Sabe todo sin necesidad de que su novia se lo diga.
Minjeong se detiene y deja de tocarla, tratando de desterrar la voz de Jimin real de su cabeza.

Hay una cantidad abrumadora de pruebas de que ésta Jimin es más real que la real, tan humana como esa Yu Jimin lo es. Minjeong está casi totalmente segura de que las cosas que ella hace, las cosas que dice o la forma en que la mira... no puede estar inventándolo todo, no hay manera. Ella es la Jimin en la que confía incondicionalmente. Además, es increíblemente amable, recordándole una y otra vez que puede despertarse cuando quiera. Lo ha probado y es cierto, puede despertarse sola, espontáneamente, con sólo quererlo.

Despierta cuando lo siente físicamente necesario. Si no hay otras distracciones, como sus compañeras despertándola a propósito, prefiere quedarse allí todo el tiempo que le sea posible. Entre sus horarios y ensayos, hay muy poco tiempo para dedicarse a soñar. Minjeong ni siquiera puede imaginar cómo se las arreglará para visitar a Jimin en su universo cuando comiencen las promociones del nuevo comeback.

Jimin aquí siempre la pone indefectiblemente antes que a sí misma en cualquier circunstancia. Es algo que Minjeong puede sentir en su corazón, en su piel, en sus huesos, y por eso se siente tan segura con ella. Tan real.
Como ahora, que está ocupada besando cada pedacito de su cuerpo, lentamente, con adoración.

La mayor se levanta de entre las piernas de la rubia, luciendo magníficamente hermosa. Minjeong jadea, tirando de su cabello.

—¿Estás impaciente, amor? —pregunta divertida, regalándole esa preciosa sonrisa suya.

Minjeong hace un sonido animal, el agudo más alto que ha logrado, mientras Jimin cierra con cuidado la boca sobre su manojo de nervios. No rompe el contacto visual, mirándola a través de sus pestañas largas mientras lame, besa y chupa hábilmente.
Los muslos de Minjeong tiemblan. Se estremece cuando Jimin aprieta el agarre en los huesos de su cadera, indicándole que no deje de mirarla mientras intenta nuevas maniobras con su lengua, enviando espasmos a través de todo su cuerpo.

—Voy a... correrme...

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—¿Qué puedo hacer para que te quedes? —la líder suena desesperada, al límite de su cordura.

Minjeong se siente avergonzada por estar excitada y con evidente incomodidad por la humedad entre sus piernas mientras Jimin le habla con una voz tan chiquita y penosa. La culpa la invade totalmente, dejando en planos muy lejanos las sensaciones del sueño del que la acaban de sacar.

'Bésame como si me quisieras...'

Esas palabras resuenan en su cabeza, haciendo que su respiración se atasque en su garganta. ¿Por qué tendría hambre del toque de esta Jimin cuando tiene a la otra?, ¿cuando ese mundo es tan real como este, incluso más en algunos aspectos? ¿Por qué desea tanto que una Jimin indiferente, irrazonable y real la bese hasta explotar, como si fuera su última noche en la tierra?

Todo lo que sabe es que no puede pronunciar las palabras. Y que está aún más jodida que nunca. ¿Cómo se espera que no esté locamente enamorada de ésta chica cuando la ve tanto en sus sueños como en sus horas de vigilia?
No quiere pensar. Empuja a Jimin, sale de la cama y de su habitación.

Accidentalmente choca con Aeri afuera. Aturdida y sin siquiera mirarla intenta seguir, pero la castaña la atrapa con firmeza, mostrándose demasiado preocupada. Minjeong se siente sofocada bajo el escrutinio de una de sus amigas más cercanas.

Sin darse cuenta cómo, las dos están ya sentadas el sofá de la sala. Aeri le dice algo, y le cuesta tanto enfocarse que es como si le estuviera hablando únicamente en japonés. El corazón aún latiéndole de manera irregular por su huída de Jimin.

—Minjeong, responde, por favor...

En un momento de impulso temerario, lo deja escapar todo, incluído el nombre de la persona que ama en su sueño. Confía en Aeri con su vida.
La mayor escucha en silencio y con atención, brindándole todo el apoyo que necesite.

—Estás con Yizhuo en mi sueño. —agrega como una ocurrencia tardía.

Aeri la mira fijamente, con los ojos muy abiertos, por lo que ella aclara: "juntas".

No puede describir la expresión del rostro de su amiga, ni decir si está más sorprendida, divertida o melancólica. Los ojos de Uchinaga están brillantes y lejanos, seguramente meditándolo todo en profundidad.

—¿No te gustaría estar en mi sueño también? todo es hermoso y nada duele... —está parloteando nerviosamente, temerosa de haber revelado demasiado.

Aeri la mira y sonríe, tocándole la rodilla en un gesto de cariño.

—No lo sé. —dice con suavidad— Sí, tu sueño suena atractivo, pero creo que si estuviera realmente allí no sería capaz de creerlo, ¿sabes? no es... no sé... no es lo suficientemente realista.

Minjeong sale de la sala de estar unos minutos después. Encuentra a Jimin parada en un rincón con su teléfono, y aunque es una oportunidad perfecta para pasar desapercibida, no puede evitar abrir la boca.

—¿Realidad significa dolor? ¿No puede ser real si no duele?

Jimin la mira, como si tratara de ser paciente. Su voz es repentina e inexplicablemente dura.

—Hemos tenido este debate existencial antes, Minjeong.

—Está bien, le preguntaré. —sonríe suavemente y continúa flotando hacia su habitación, sin mirar atrás.

❝Lucid Dream❞ ; WinrinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora