Los BFF no se enamoran (Mordida)

3° Está bien, si soy gay

N/A: Esto me está llevando más tiempo del que imaginé, pero bueno, me gusta escribir y me agrada que a ustedes les gusten mis fics raros uwu y que me comenten también, adoro leer sus ocurrencias 😅

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Para colmo de males hoy también era día de entrenamiento. Los tres chicos se separaron para dirigirse cada quien a su club deportivo. Argentina a fútbol, Chile a básquetbol y México a taekwondo.

Los tres estaban exhaustos, México lo estaba resintiendo aún más en su cuerpo ya que había sido su primera vez, tanto era su agotamiento que no pudo defenderse, ni contraatacar una sola vez. Cuando Jamaica lo mando al piso acolchonado por tercera vez es que ya no hizo intento de levantarse.

- Oye amigo, ¿Estás bien? -

- No - resopló tratando de recuperar un poco de aire.

- Puedo decirle al entrenador que te sientes mal -

- No te preocupes no me pasa nada -

- Pues no te miras nada bien -

- ...solo tengo un chingo de sueño wey, en cualquier momento me quedaré dormido - su vista se nublo unos segundos, pero regreso a la normalidad tallando sus ojos con las mangas de su suéter.

- Entonces te llevaré a la enfermería para que descanses un rato - Mex agarro del brazo al chico de coleta para detenerlo - ¡Entrenador, México se siente mal! - alzó la voz llamando la atención de todos, Mex sintió su cara enrojecer tanto de vergüenza como de coraje.

- Cállate, no grites pinche idiota -

El único adulto del lugar se acercó y miro un poco la apariencia del castaño, había rumores entre maestros de que México pertenecía a una pandilla delictiva otros decían que sufría maltratos en su hogar. Su cara realmente se mostraba cansada, unas ojeras enormes adornaban sus ojos. El chico era bastante simpático y servicial, era enérgico y alegre, tenía tan buena vibra que en el poco tiempo que lleva en su grupo ya había formado amistad con todos. Por eso el no se tragaba el que fuera un pandillero.

- Jamaica acompaña a México con la enfermera, que descanse un poco y se vaya a su casa -

- ...P-pero entrenador, yo estoy bien -

- No hace falta que te hagas el valiente muchacho - el adulto sonrió y le palmeó el hombro - No es un pecado sentirse mal debes en cuando, eres joven, pero debes de cuidar tu salud -

"Ah, maldición" sus ojos se aguaron, ese tipo de cosas eran las que le hacían falta. Esas pequeñas muestras de preocupación y de cariño que jamás su padre le ha dado.

El chico más alto empujó al bajito con cuidado de no utilizar mucha fuerza, fue un pequeño empujón, pero el cuerpo del castaño se sentía tan delgado que podría quebrarlo (ahora se arrepentía de haberlo arrojado tantas veces). Si ya antes le parecía liviano cuando entrenaba con el, tocando su pequeña espalda es que lo confirmo.

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Después de ser atendido, Mex estaba recostado en una pequeña camita, no era la gran cosa pero para el mexicano era la gloria.

- Gracias por acompañarme pero no hace falta que estés tanto rato - sonrió dándole el último sorbo a una cajita de jugo que la enfermera le había regalado.

- ¿Bromeas? Yo también me escape para descansar un rato - sonrió cómplice.

- Cuando el entrenador te encuentre te hará dar 100 vueltas a la cancha de atletismo - rió Mex.

- Si es lo que consigo por escaparme contigo no me importaría dar esas 100 vueltas -

Silencio.

Mex abrió los ojos ante lo dicho por su amigo. El otro chico estaba de pie pero se había girado, dándole la espalda así que no podía ver su expresión "¿Qué acaba de decir?" - Wey... -